Era la única candidata para ocupar el puesto que dejó Lagarde. Asumirá el 1° de octubre.
Kristalina Georgieva fue elegida formalmente como directora del FMI
La búlgara Kristalina Georgieva fue formalmente escogida el miércoles por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como nueva directora gerente de esa institución integrada por 189 países.
Su selección estaba asegurada luego de que el FMI anunciara este mes que era la única candidata a suceder a la francesa Christine Lagarde, quien ocupaba el cargo desde 2011 y lo dejó para postularse a presidir el Banco Central Europeo.
Al aceptar el puesto, Georgieva habló de tormentosos tiempos para la economía mundial: "Es una gran responsabilidad estar al timón del FMI en momentos en que el crecimiento económico mundial sigue decepcionando, persisten tensiones comerciales y la deuda está en niveles históricamente altos".
"Eso significa también lidiar con problemas como la inequidad, riesgos climáticos y rápidos cambios tecnológicos", afirmó, según reprodujo la agencia Noticias Argentinas.
La designación de Georgieva, segunda mujer que lidera el FMI, mantiene la norma no escrita que establece que la entidad debe estar a cargo de una persona europea.
Georgieva, de 66 años, hereda una institución criticada por el creciente populismo en economías avanzadas y el incremento de las peleas comerciales, la mayoría de ellas desatadas por Estados Unidos, el socio mayoritario del Fondo.
Georgieva, quien estaba impulsada por París, superó reticencias en la dividida Unión Europea. Alemania respaldaba nominar al ex ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem.
Los países que impulsaron a Georgieva esgrimieron sus sólidos antecedentes en finanzas internacionales. En el Banco Mundial, donde transcurrió la mayor parte de su carrera y llegó a ser directora general, ganó experiencia en el manejo del ambiente, especialmente en lo referente a desarrollo sostenible y cuestiones agrícolas.
Además trabajó en favor de las mujeres al instar a una mejor educación de las niñas, prohibir limitaciones al trabajo femenino y fomentar los emprendimientos de mujeres, especialmente en África.
En este punto, debería ser continuadora de Lagarde, quien expresó sin pausa su voluntad de defender la igualdad de género.