En breve, en Mendoza, juzgarán a los padres de Valentín Tizza y de Giuliano Ibáñez por las palizas que terminaron con sus vidas.
Juicios por jurado para padres sospechados de matar a sus hijos en Mendoza
En abril de 2018 un bebé de dos años murió luego de sufrir una paliza y los principales acusados son sus padres.
Valentín Tizza vivía con su familia en Tupungato. Sufrió un desgarro hepático producto de la golpiza y murió. La misma edad tenía Giuliano Ibáñez cuando le partieron la columna en Luján de Cuyo y falleció.
Los padres de Valentín, Sebastián Tizza y Celeste González se sentarán frente a un juzgado popular los próximos 2, 3, 4 y 5 de septiembre en el edificio de Tribunales de Ciudad. La decisión se tomó en base a un pedido de la defensa que no quería que los miembros del jurado fueran del Valle de Uco.
El nene fue asesinado el 15 de abril de 2018. Los acusados llevaron a su hijo a la guardia del Hospital Las Heras de Tupungato, pero ya estaba muerto. Los médicos constataron que tenía desgarrado el hígado producto de un golpe en el abdomen y hematomas en todo el cuerpo.
Los padres fueron detenidos inmediatamente y trasladados a la Comisaría de Cordón del Plata y luego llevados al penal en Mendoza. Ahora arriesgan prisión perpetua.
Celeste Gonzalez, la madre de Valentín.
El caso de Giuliano
El crimen ocurrió en noviembre de 2017, en una vivienda de Carrodilla, en Luján de Cuyo. El nene fue trasladado al Hospital Notti, inconsciente. Los médicos no lograron recuperar sus signos vitales. La necropsia reveló que el chiquito tenía la espalda fractura, causada por un golpe mortal. El rostro, además estaba lleno de moretones.
En un primer momento la madre, Yamila Ibáñez, dijo que lo retó y el nene se desmayó, pero su declaración no tenía sustento. Los pesquisas hicieron un allanamiento en la vivienda y encontraron manchas de sangre. Horas después, Maximiliano Rosales, la pareja de la madre, fue detenido.
Yamila Ibáñez, la madre de Giuliano.
El próximo 26 de agosto, serán sometidos a un juicio con jurado popular. Tal como el caso de Valentín, los padres podrían ser condenados a prisión perpetua.
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