Lucía y Bruno, los personajes que interpretan en la novela de eltrece, tuvieron un encuentro íntimo. Torcuato se enteró del engaño y creció su sed de venganza.
Delfina Chaves y Albert Baró protagonizaron una fuerte escena de sexo
Una escena de mucho erotismo se vivió en el último capítulo de Argentina, tierra de amor y venganza. Después de muchas idas y vueltas, Bruno Salvat (Albert Baró) y Lucía Morel (Delfina Chaves) finalmente lograron encontrarse a solas, lejos de Torcuato y de los problemas. Los "tortolitos" se dan cita en la casa de campo de la familia Morel y pasan una tarde de besos, romance y pasión.
El joven catalán decide ir a la hacienda, que en secreto compró a la familia Morel, para buscar una pertenencias de Lucía y llevárselas a su casa en la ciudad. Le pide a Francesca Moretti (Malena Sánchez) que lo acompañe, pero a último momento le cancela porque Lucía termina ofreciéndose a ir con él, a escondidas de su esposo.
En la mansión de los Ferreyra, los delirios y problemas psiquiátricos de Libertad Morel (Virginia Innocenti) se agudizan. Preocupada y angustiada por la situación de su mamá, Lucía se va, excusándose que tiene una cita con su psicólogo. Mientras su hermana la cubre con Torcuato, ella se escapa con Bruno para vivir su amor sin restricciones.
Entre besos, caricias y mucha pasión, Torcuato aparece en la hacienda y, por una pequeña ventana, es testigo del engaño de su mujer. Su rostro se llena de ira, pero sabe que se tiene que contener. Matar a Bruno sería un pase directo a la cárcel y tirar por la borda un meticuloso plan -que pronto ejecutará- para que su adversario quede involucrado en un escandaloso caso policial.