Así lo aseguró el acusado de mandar a matar a Norma Carleti. El ex legislador se encuentra con prisión domiciliaria, a la espera de ser juzgado.
Leonardo Hisa: "Pensé en matarme"
La muerte de la empresaria Norma Carleti movilizó a toda la provincia. En marzo de 2018 la mujer fue hallada con 55 puñaladas en la cocina de su casa en Tunuyán y el principal sospechoso es quien era su esposo, Leonardo Hisa. Hisa está señalado de ser el autor intelectual del hecho y se encuentra en prisión domiciliaria desde noviembre de 2018 y según comentó empezó un tratamiento psiquiátrico para no matarse.
En comunicación con el programa Te digo lo que pienso que conduce Ricardo Montacuto por radio Nihuil, Hisa reafirmó su inocencia y se desvinculó de los hermanos Kevin, Alexis y Ever Guerrero quienes están como acusados como partícipes necesarios del crimen. El hombre aseguró que no es fácil recuperarse de esa situación. Dijo que padece estrés y mucho dolor.
Hisa adelantó que el lunes presentarán un pedido junto con su abogado defensor y recriminó que la fiscalía no les entrega materiales personales. El acusado desmintió las acusaciones de la querella y apuntó al primer fiscal de la causa Hernán Frick a quien señaló como un hombre carente de conocimientos penales. "Dicen que yo la mandé a matar porque rompió el contrato conyugal. Se trabajó con los peritos y se comprobó que yo no había hecho nada", arrancó.
"El fiscal dice que Norma sufría violencia económica, pero ella recibía por bienes conyugales más de medio millón de peso por mes. En 20 años ella compró más de 20 propiedades y recibía dinero, que no estaba bancarizado, y lo dejaba en la casa", continuó.
Hacia el final, Hisa habló sobre los audios que difundió la familia de Carleti sobre el miedo que tenía la empresaria. Aquí el acusado fue severo: "Ella tenía un carácter fuerte. En los audios, Normas dijo que yo era un pelotudo. Que no podría matar a nadie".
En este sentido, el exdiputado aseguró que, si él hubiera mandado a matar a Carleti, no habría sido tan irresponsable. "Supongamos que yo la mandé a matar, los hermanos Guerreros usaron los cuchillos de la casa y si se toman los hechos así, es una investigación desprolija, sin sustento. Es subestimar mi inteligencia", apuntó.
El acusado señaló que pasa sus días en la casa con su hijo, leyendo y ayudando a su hijo. Según contó, empezó un tratamiento psiquiátrico para no quitarse la vida. "Aprendí a meditar, eso me tranquiliza bastante. Trato de tener la mente lo más clara posible. No puedo seguir quedándome callado", comentó.