En realidad no es mendocino, pero casi.
Quién es el diputado "mendocino" que menos lee en el Congreso
Pocos saben que en su reglamento, la Cámara de Diputados de la Nación prohíbe que los legisladores nacionales lean durante sus discursos en el recinto. En la Cámara Baja se impone el denominado concepto "usos y costumbres" para un montón de prácticas y eso termina "salvando" a muchos a la hora de leer.
Quienes tienen más experiencia ya no necesitan del papel y esos, según el ranking que elaboró este sitio, generalmente son los jefes de bloques, acostumbrados a cerrar los debates y dejar en claro la posición de cada espacio político. Por otro lado, quienes sí usan el papel y leen, hablan menos, y apenas se conforman con hacerlo en sesiones calientes como fue la del aborto o algunas reformas polémicas.
Dentro del primer grupo, aparece el "mendocino" Nicolás del Caño, quien en realidad es cordobés, pero está identificado con esta provincia.
También se ubican allí Mario Negri, Axel Kicillof, Graciela Camaño y Felipe Solá. Los cinco, todos de diferentes espacios, son de los que más hablan en la Cámara de Diputados y no necesitan de un papel ni de ayudas memorias siquiera. Son reconocidos por su oratoria, independientemente de cada una de sus posturas. Negri, Camaño y Solá tienen un largo recorrido como legisladores y, principalmente los últimos dos, son de los que llevan más años dentro del Congreso.
En el otro grupo se ubican caras menos conocidas. Hablan menos que los primeros, pero intentan de a poco ir levantando el perfil, aunque todavía siempre ayudados por los discursos que preparan su equipo de asesores. Ellos son: Martín Pérez del FpV de Tierra del Fuego; la también sureña del FpV, María Emilia Soria; el radical Gustavo Menna; el justicialista José Martiarena; y la neuquina Alma Sapag, quien suele sacar su papel sin ningún tipo de problema.