El comunicador mendocnio Edgardo Fretes publicó un texto sobre una frase del papa.
Francisco, en lo profundo de la grieta
La utilización de un párrafo del discurso que el Papa Francisco leyó ante unos 300 jueces de todo el continente americano, en el cierre de la "Cumbre de jueces panamericanos sobre derechos sociales y Doctrina Franciscana", este 4 de junio en el Vaticano, generó, de un lado y de otro, distintas manipulaciones y operetas mediáticas sobre la famosa y trágica grieta argentina.
Todo comenzó con un twitt de la ex presidente de los argentinos, Cristina Fernández, viuda de Kirchner. En el mensaje, la ex mandataria escribía: "Imperdibles 59 segundos de Francisco hablando de la manipulación del Poder Judicial con fines de persecución política a opositores."
Debajo, editados, solo los 59 segundos del video del discurso del papa Francisco, que decía: "Aprovecho esta oportunidad de reunirme con ustedes para manifestarles mi preocupación por una nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países a través del uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones judiciales. El lawfare, además de poner en serio riesgo la democracia de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes y propender a la violación sistemática de los Derechos sociales. Para garantizar la calidad institucional de los Estados es fundamental detectar y neutralizar este tipo de prácticas que resultan de la impropia actividad judicial en combinación con operaciones multimediáticas paralelas."
Evidentemente, pudiendo leer la subjetividad en la construcción del posteo de la nacida en La Plata, utiliza las palabras del Sumo Pontífice para dar a entender que ella es una perseguida de la Justicia, argumento que viene esgrimiendo desde que se comenzaron a conocer las primeras imputaciones y procesamientos en su contra. Ha mostrado, de esta manera, un desprecio hacia uno de los tres poderes de la República, al que quiso someter y presionó de todas las formas posibles para que no prosperaran sus causas. Y, en algún momento, nuestra Justicia Federal oportunista lo permitió. Pero resultan difíciles de ocultar los delitos que se le imputan a esta "pobre viuda". Solo en la causa de los cuadernos suma, según Diego Cabot, 1027 cohechos pasivos, 701 como coautora y 326 como partícipe necesaria. En chino, se diría "cachi chen", porque son 99 los nuevos procesados y, en total, suman 170 en esta causa. El juzgado de Bonadío surfea entre las olas de pruebas que aportan los imputados colaboradores, casi todos empresarios de la patria contratista que supimos conseguir y que cantan como pichones en el nido ante el peligro inminente de quedar tras las rejas. Por lo que victimizarse utilizando estas palabras de Francisco es bastardear la realidad de verdaderos perseguidos por la Justicia, como arma coercitiva de poderes ejecutivos, como los de Venezuela o Nicaragua, gobiernos claramente totalitarios que les dictan a los jueces: las pruebas, el proceso y la sentencia, para sus contrincantes políticos.
Pero, momento, que del otro lado de la grieta está aquel que durante el gobierno de la Sra. de Kirchner vio amenazada su posición de omnipotencia informativa y que, por nada del mundo, quiere que vuelva, aun cuando al actual gobierno se le escapa una tortuga tras otra y aunque seguramente no deben de estar facturando lo que desearían debido a la recesión que no se va, por todos los motivos explicables; entendibles y no tanto. Este pulpo mediático que desafina bastante cuando se trata de sus propios intereses, demuestra día tras día un encono especial contra el papa Francisco. Desde que este twitt de la señora vio la luz, sus distintos medios, plagados de periodistas -prestigiosos y otros no tanto- durante días no dejaron de hablar de cómo Francisco bancaba a Cristina al pronunciar esas palabras frente a los jueces argentinos.
En la tapa del día 5 de junio, en su edición impresa el matutino tituló: "Jueces polémicos, en una reunión con el Papa".
En la foto, muy importante en tamaño, aparece Francisco saludando a un sonriente Eugenio Zafaroni. La construcción subjetiva de la información invita al lector a sacar sus propias conclusiones. Porque para este Godzila mediático, el Papa debería consultarle y repasar en su discutible tamiz moral a quién recibir y a quién no, o a quién estrecharle la mano y a quién negársela.
El 6 de junio, a las 18.20, Clarín publicó en su portal la nota titulada: "Tras un nuevo procesamiento, Cristina Kirchner compartió un video del papa Francisco para argumentar que es una perseguida política". Hasta aquí, la subjetividad es moderada; pero luego comienza a relacionar el nuevo procesamiento de CFK con las palabras del Papa, como que hubiera una complicidad oportunista entre el mensaje de Francisco y el twitt de Cristina. Lo dice así en el primer párrafo de la nota: "Casi a la par de conocerse un nuevo procesamiento con prisión preventiva por supuesta corrupción, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner compartió en redes sociales un video del papa Francisco en el que advierte su preocupación por la intervención de la Justicia en la política". Pero, está claro que para desinformar e inducir el pensamiento deductivo del lector, se debe quitar a la noticia datos como: quiénes integraban la convocatoria, cuál era el motivo de la cumbre, etcétera. Desprovista de todo el contexto, la nota induce a la siguiente interpretación: Francisco defiende y encubre a Cristina.
Este grupo de empresas periodísticas cuenta con la radio récord de Argentina: Radio Mitre que, en virtud de la pésima praxis kirchnerista en el manejo de medios, se convirtió en una verdadera "selección del periodismo argentino", tal como le gusta decir a uno de sus conductores, Alfredo Leuco. Este buen armado de programación y reputaciones bien construidas, le vienen dando números envidiables en audiencia, con un promedio general aproximado de 46% del share en todos los horarios. La gran mayoría de quienes conducen los programas centrales son personalidades muy reconocidas de la televisión y de la radio: Longobardi, Lanata, Leuco, Pablo Rossi, Jorge Fernández Díaz, etcétera. ¿Cuál habrá sido el tema del que se habló durante todo el día 7 de junio? Sí señores lectores, el tópico más importante fue un párrafo del discurso del Papa dedicado a la Justicia utilizada para amedrentar opositores. Nuevamente, el recorte de la noticia que deja de lado el contexto en el que se dio dicho discurso, invitaba permanentemente al oyente a reafirmar el pensamiento subliminal: Francisco juega para Cristina.
Y el colmo de todos los colmos llegó este domingo 9 de junio, con la nota editorial de Ricardo Roa que tituló: "El Papa, nuevo abogado de Cristina". En el cuerpo de la columna de opinión dice: "Francisco acaba de desempolvar la teoría del lawfare que usa el kirchnerismo y que usó la propia Cristina para criticar a la Justicia en su primer discurso cuando volvió como senadora". Acá, es obvio, la inducción al pensamiento del lector es literalmente clara. Con esta nota de uno de los editores del diario, queda impresa y demostrada la intencionalidad manifiesta de "pegar", una vez más, al Papa y a la ex presidente.
Ahora tal vez, usted señor lector, se hará la misma pregunta que este ignoto periodista: ¿Por qué? ¿Por qué Clarín y los aliados insisten en insinuar que Francisco es Cristina y viceversa? Ensayaré algunas posibles respuestas: a) porque no quieren de ninguna manera que Cristina vuelva a gobernar en forma directa o indirecta; b) porque les incomoda la postura de Francisco, poco condescendiente con los medios que intentan un pensamiento único; c) porque Clarín no le perdona a Jorge Bergoglio que haya sostenido a Cristina para que terminara su mandato. Son posibles respuestas, seguramente quien lea esta nota podrá tener la suya propia. De lo que estoy seguro es que hay algunos preconceptos y prejuicios sobre lo que debe y no debe hacer un Papa, que no se cumplen en Francisco. Por ejemplo, que las personas que recibe deben ser casi santas y que poder estrecharle la mano a un Papa es como un premio a la buena conducta. Pero me temo que esta sociedad que se desclericaliza aceleradamente no ha leído el Evangelio. En general no se entiende la palabra misericordia: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra", "Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más." "En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso". Es difícil de entender que para un Dios misericordioso, como es el Dios de los cristianos, el ladrón o la ladrona se podrá arrepentir antes del último álito de vida y compartir el Paraíso con la Madre Teresa o Maximiliano Kolbe.
Francisco, ha tenido gestos, basados en su práctica del Evangelio que han sido mal interpretados y hasta difíciles de comprender para la propia tropa. Un Rosario a un preso, enviado a través de interpósita persona con llegada al Vaticano, es un acto de misericordia y se entiende para los que hemos leído "estuve preso y me visitaste". Pero en tenis podríamos hablar de "error no forzado" cuando se le envía a Pablo Moyano, sindicalista rico y poderoso, una camiseta de fútbol autografiada. Que, claro está, no nos hubiéramos enterado, si el que recibió el presente, no lo hubiera usado, justo cuando la justicia lo tenía en la mira.
Con esta manipulación de las expresiones de Francisco para intentar defender lo casi indefendible. Con la principal empresa periodística del país que conspira para deteriorar su reputación. Cuando se puede leer entre líneas, sumando notas y columnas editoriales que se van inyectando en la opinión pública, una intención velada de enemistar al pontífice argentino con el gobierno de Macri; no puedo dejar de preguntarme: ¿Quién puede tener ganas de venir a la Argentina ante tanto uso y maltrato, de ambos lados de la maldita grieta argentina?
(Nota: El autor es docente universitario y coordinador de la Pastoral de Comunicadores de Mendoza)