Una decisión de riesgo, buscando seducir al voto peronista "anti-K".
Macri escuchó el pedido de Cornejo y puso a Pichetto
En 2015 Cambiemos logró llegar al Poder en parte gracias al auxilio que obtuvo del peronismo "anti-K".
Ése que buscó evitar con su voto que el kirchnerismo anudara un cuarto período de Gobierno a su gestión de 12 años al frente de la Casa Rosada.
Ganó finalmente Macri con el espaldarazo recibido de parte de militantes peronistas en las urnas.
Ahora, tres años y medio más tarde, el líder del PRO convoca a Miguel Pichetto para que lo acompañe en la fórmula presidencial en las próximas elecciones, salvando las distancias, con un objetivo parecido: tratar de seducir al peronismo "anti-K" para que lo vuelva a respaldar en las urnas.
La decisión, por un lado, significa una apertura del frente Cambiemos y una señal de amplitud en momentos en los que la coalición de Gobierno claramente necesita oxigenarse y cobrar un nuevo impulso de cara a los comicios que se avecinan.
Pero por otro lado, la designación de Pichetto supone también un riesgo de fuga de esos votantes que bajo ningún aspecto darían su aval a un dirigente peronista, como el senador rionegrino.
Cuánta plusvalía logrará el Gobierno obtener de la figura de Pichetto, en su rol de candidato a Vicepresidente, está por verse: lo cierto es que el propio titular del radicalismo, Alfredo Cornejo, había pedido hace poco más de un mes ampliar la alianza Cambiemos con dirigentes del Partido Justicialista (PJ).
En pos de este objetivo, el macrismo tentó en al menos dos ocasiones a Juan Manuel Urtubey para que acompañe a Macri en la fórmula presidencial, según averiguó la agencia Noticias Argentinas de fuentes cercanas al gobernador de Salta.
Urtubey se mantuvo firme -al menos hasta el momento- en su postura de bajarle el pulgar a la oferta del Gobierno y mantenerse como precandidato presidencial de Alternativa Federal.
Entonces, el macrismo enfocó la mirada en Pichetto, un dirigente que tras haber actuado con "disciplina política" en el Congreso de la Nación durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se apartó del kirchnerismo para convertirse en un vigoroso crítico de la ex Presidenta.
Su designación acentúa la "grieta" y consolida la polarización en la que muy probablemente se dirimirán los próximos comicios, tomando en cuenta además el debilitamiento de Alternativa Federal como eventual "tercera vía" electoral.
Pichetto abandonó ese espacio; el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, está cerca de pegar el salto de regreso al kirchnerismo -se concretaría este miércoles-; el ex ministro de Economía Roberto Lavagna le soltó la mano y solo quedó Urtubey, con el respaldo de su colega de Córdoba, Juan Schiaretti, tratando de mantener activas las brasas.
El senador patagónico rivalizará nada más ni nada menos que con Cristina, candidata a Vicepresidenta de Alberto Fernández, una particularidad que intensifica el escenario electoral de "unos contra otros" que se viene gestando.
El Gobierno, mientras tanto, se reunirá este miércoles con los radicales que integran Cambiemos para gestionar estrategias y por qué no también negociar futuros espacios de Poder dentro de un eventual segundo mandato.
Lo cierto es que, en este contexto, las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto próximo van camino a transformarse en una (mera) "gran encuesta nacional" entre precandidatos presidenciales, al menos en el ámbito de las principales fuerzas políticas.
(*) NA, Especial para Mendoza Post