La tercera temporada de The handmaid's tale llega a las pantallas casi al mismo tiempo que el octavo proyecto por la legalización del aborto al Congreso de Argentina y a dos días del #NiUnaMenos
La revolución de las criadas
La tercera temporada de El cuento de la criada(The handmaid's tale, Bruce Miller, 2017-actualidad), basada en la novela homónima de Margaret Atwood (1985), nos trae expectativa, resistencia, revolución y esperanza no sólo para la República de Gilead, sino para todas.
"Herejía. Eso es por lo que te castigan. No por ser parte de la Resistencia. Porque oficialmente no hay resistencia. No por ayudar a la gente a escapar. Porque oficialmente no hay tal cosa como escapar".
En 2017, la serie producida por Hulu empezó a ser mencionada por lo bajo. La pregunta "¿has visto El cuento de la criada?" se escuchaba en pocas personas, contadas con los dedos de una mano. Después, empezaron a aparecer imágenes de los uniformes rojos y las tocas blancas. El rostro de Elisabeth Moss (quien protagoniza la tira como June/Defred y, además, es productora de la misma) comenzó a reconocerse: "¿No es la actriz de Mad men (Matthew Weiner, 2007-2015)?"
Y así, mucha gente buscó dónde ver la serie y le dio play al primer episodio pensando que vería una producción de época, sorprendiéndose al ver en la primera escena a una pareja (June y Luke) con su hija sin ningún elemento que pudiera inferir ambientación en el siglo pasado o, más aún, en los cinco anteriores.
Es que El cuento de la criada es una distopía situada en un futuro no muy lejano en el que los Estados Unidos ya no son tales sino la República de Gilead. Allí hay un régimen totalitario, puritano, gobernado por unos pocos varones y en el que las mujeres están confinadas a ser "esposas", a los trabajos domésticos, al trabajo forzado en las Colonias, o a ser "criadas". Estas son tomadas para que gesten y den a luz niños y niñas para las familias del régimen.
La segunda temporada de la serie llegó al mundo en el momento en que en Argentina el actual presidente, Mauricio Macri, daba "luz verde" para que se debatiera en el Congreso un proyecto de ley para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). La tercera entrega de la ya aclamada producción comenzará ocho días después de que en el país se presentó la octava iniciativa legislativa para que el aborto sea, mediante la ley, un derecho.
Nunca fue sólo un cuento
El cuento de la criada tiene un significado particular en las mujeres argentinas y en todas aquellas que hoy buscan y luchan para que en sus países se legalice el aborto. Parece ser que hubo algún motivo (o varios) que llevó a que esta historia pasara del libro a la pantalla después de 22 años de su publicación: ni más ni menos que la Cuarta Ola del feminismo.
Podemos citar varios hitos: el surgimiento del colectivo Femen en Europa que, desde 2008 realiza intervenciones visibles y mediáticas en diferentes lugares de Europa contra la autoridad política y religiosa; la primera intervención del colectivo ruso punk feminista Pussy Riot; la marcha pionera bajo la consigna #NiUnaMenos en Argentina en 2015, y la Marcha de las Mujeres en Estados Unidos en repudio a la elección de Donald Trump como presidente, en 2017.
En la industria del espectáculo norteamericano también se originó, en ese mismo año, el movimiento masivo #MeToo, a través del que actrices y otras trabajadoras de la industria comenzaron a denunciar acosos y abusos sexuales por parte de varones del mismo ámbito y, en 2016, también se sumaron los Paros Internacionales de Mujeres.
Particularmente en Argentina, las apropiaciones del símbolo que las criadas en tanto mujeres reducidas a su posibilidad de gestar sin que tengan decisión sobre sus cuerpos (y si no podemos decidir sobre nuestros cuerpos, ¿podemos, realmente, decidir sobre algo?) han sido realmente significativas. A tal punto que, desde el debate por la legalización del aborto en el Congreso en 2018, periodistas argentinas han realizado numerosas intervenciones en espacios públicos, como el mismo parlamento de cúpula verde, vestidas con el uniforme rojo y las tocas blancas y los pañuelos -también verdes- alzados con firmeza sobre sus cabezas. Lo mismo se ha visto en las marchas a lo largo y ancho de todo el país.
"Nadie está forzando a las mujeres a tener abortos. Nadie tampoco debería obligarlas a someterse a un parto".
La misma Margaret Atwood interpreló a la vicepresidenta Gabriela Michetti cuando el proyecto de IVE de 2018 llegó al Senado: "Vicepresidenta de Argentina @gabimichetti", publicó en su cuenta de Twitter el 25 de junio del año pasado, "no mire para otro lado ante las miles de muertes anuales por abortos clandestinos. ¡Déle a las mujeres argentinas el derecho a elegir!".
Más tarde, la aclamada escritora redactó un texto completo para referirse a la situación de nuestro país, en el que -al final- sentenció: "Nadie está forzando a las mujeres a tener abortos. Nadie tampoco debería obligarlas a someterse a un parto. Fuerce partos si usted quiere, Argentina, pero por lo menos llame a lo forzado por lo que es. Es esclavitud: es reivindicar poseer y controlar el cuerpo de otra persona, y sacar provecho de eso".
Ser testigo de una revolución
Con esta frase cierra el tráiler de la tercera temporada de El cuento de la criada. En ese video de casi dos minutos, vemos lo que los y las seguidores de la serie esperábamos: June estableciendo alianzas, inclusive -y principalmente- con Serena, la revolucionaria menos pensada de la serie ya que fue la creadora de todo el sistema de Gilead. Claro está, su esposo -Fred Waterford- y otros hombres apoderados se adjudicaron el poder y, aunque Serena fue la mente del régimen, las decisiones nunca fueron suyas. Siendo escritora, hasta le fue prohibido leer.
Afortunadamente, la escritora que todavía lee y escribe es Atwood y recientemente se anunció un segundo libro que viene a ser la secuela del publicado en 1985. Se prevee que se publicará por septiembre de este año y ya hay título, Los testamentos, y portada...una portada con un particular color que destaca: el verde.
El mundo distópico creado por Atwood, por Miller, por la mismísima Elisabeth Moss, trae a las pantallas relatos de mujeres en primera persona, mujeres que ponen en el tapete la diferencia entre la maternidad forzada y la deseada, el sexo como derecho al goce, bien diferente a la violación, la religión como base de la tiranía y otros tantos temas que hoy se debaten no sólo en Gilead sino en Argentina y en el mundo entero.