Quincho: De Cristina a Cornejo y la UCR, y la PASO mendocina con el PJ

Aunque años atrás Julián había sentido cierto rechazo inicial a estar pendiente de los smartphones, por las redes sociales, o lo que fuere... Al final le habían "entrado" por el lado de la música. Había puesto su playlist de clásica mientras escuchaba una de sus tantas versiones de "Oda to joy", la maravillosa 9na Sinfonía de Ludwig Van Beethoven. La música le aumentaba varios grados el ánimo mientras cocinaba su famosa cazuela de porotos, una adaptación que había hecho de una antigua receta, como para ponerle "banca" al otoño que había empezado a enfriar en serio.

La cocción era bastante sencilla. Consistía en saltear trozos de marotilla, y de pechito de cerdo, en una olla enorme, en oliva y manteca. Agregar luego cebollas picadas y un toque de verdeo, más un par de dientes de ajo, y luego sí, la artillería pesada. En la misma olla sobre el fuego de la cocina a leña del quincho, agregaría un par de litros de agua para cocinar los porotos y el maíz entero amarillo que había remojado el día anterior, y poco a poco sumaría los condimentos: pimentón ahumado, un toque de azafrán, orégano, sal gruesa, unas cucharadas de pulpa de tomates, unos chorizos colorados, y finalmente, el zapallo de plomo que conseguía en la verdulería de Fernández, en el Mercado Central. Apenas un toque de ají molido, y generosidad con el azúcar para cortar la acidez al final de la cocción. A Julián le gustaba pensar, cuando de pibe leía cuentos de Ray Bradbury, que -si algún día debía conversar con extraterrestres- les convidaría vino de la damajuana de "Trapiche" que su abuelo buscaba los jueves en la bodega, y la cazuela de porotos.

- O se hacen amigos, o revientan...- murmuró en voz alta.

- ¿Qué decías? - le interpeló el Ruso, mientras miraba precios de inmuebles en el Bombal y la Quinta Sección. Se habían ido al carajo y en dólares. Como corresponde en este país desaforado que tenemos.

- Nada... un recuerdo de pibe...- le dijo Julián, sonriendo. Era un adolescente grandulón cuando había acompañado a su madre a votar "Perón-Perón" en 1974. Y después, todo se había ido al cuerno.

...

La cazuela hervía despacito, pidiendo tiempo al tiempo, mientras el quincho se nutría de la armonía de "Air", interpretada por la Orquesta Sinfónica de Baviera. Una verdadera delicia. El gordo trataba de acomodar las imágenes en su cabeza. Al final, los argentinos siempre terminábamos mirando al peronismo. Aún, a sus rostros más farsantes.

- Si los viera el general...-

- ¿Qué te pasa? ¿Hablás solo?

- Nada, Ruso... estoy preocupado.

- ¿Por Cristina?

- No. Por todos...-

...

La cazuela terminó de cocción en el punto justo de los porotos. Julián apagó el fuego y pegó el grito, para que sus amigos apareciesen plato en mano, y de a uno en fondo. En la mesa ya respiraba un Terrazas de Los Andes Malbec 2013, de un viñedo de Las Compuertas. Penetrante, frutado, ese vino era como meterse una ciruela negra, enorme y madura en la boca y salir corriendo, en atropellada huida de madres y abuelas, porque "¡Las ciruelas son para la mermelada, mocosos de mierda!" Julián sonrió con el recuerdo, mientras empotraba generosos platos de cazuela en las manos de sus amigos.

La charla se armó rápido alrededor de los temas más calientes de la semana: el regreso de Cristina, Lobos, y la campaña que en Mendoza ya había arrancado con mediciones que por ahora están más que reservadas.

El Omar, el radical-radical-radical que habla con todos, arrancó primero.

- José Ber Gelbard... lo que nos faltaba.... Congelamiento artificial de precios y salarios y atraso del tipo de cambio, hasta que explotó todo con el Rodrigazo... ¿Ese el plan de Cristina? ¿Volver a los 70? - preguntó el Omar. El gordo sintió el ataque, pero la tiró al córner.

- Gelbard era comunista. No era peronista. Y de hecho bajó la inflación... un rato...- dijo el dueño de casa, y los amigos estallaron en carcajadas. El Ruso se puso serio.

- Gordo... sos peronista de verdad... ¿Vos estás contento con que vuelva Cristina?

Julián pensó un rato antes de responder, mirando el fondo de la copa.

- Si la opción es Cristina o Macri, la voto a ella. Macri me desilusionó. No hizo nada. Chocó la economía. ¿Por qué le daría un cheque de cuatro años más? A lo mejor ella cambió, y se puso seria... ¿O no? - dijo el gordo, y se zampó una generosa cucharada de la cazuela en la boca. El Omar estaba rojo, y a punto de estallar.

- ¡Tienen más de cien dirigentes investigados, imputados, procesados o presos por afanar, por quedarse hasta con la máquina de hacer billetes... por revolear bolsos de guita... y además... chocaron la economía antes que Macri! ¡No podés defender a Cristina!

- A la gente le chupa un huevo la corrupción...- dijo Ludovico, el más PRO del grupo, con desazón.

- No importa... los dirigentes tienen que hablar de la corrupción... Cristina tiene que hablar... Anabel también tiene que hablar de los cuadernos... el PJ tiene que hablar de Lobos... se tienen que hacer cargo, o pedir perdón, o mandar a alguien en cana... o algo... no puede ser que se nos borre la memoria así nomás...- dijo el Omar, dando un puñetazo sobre la mesa. El gordo se encogió de hombros.

- Ya lo viste... ¿Cuántos comunicados de repudio viste en organizaciones sindicales, políticas, estudiantiles, peronistas y kirchneristas, a las agresiones a una piba de TN que trataba de transmitir desde la feria del libro? ¿Viste la saña con que la atacaron? Creo que ni los radicales hicieron un comunicado. Vuelve todo. Cristina no cambió. No se engañen. Lo que pasa, es que la gente quiere que le alcance la guita, comprar en cuotas, morfar, tener laburo, y los que tienen un poco más de expectativas... lo mismo... en otra escala... ir a Chile... comprar dólares baratos... A nadie, más que algunos dirigentes y a veces, a los periodistas, les importa la corrupción. De lo que quieren los empresarios no quiero ni hablar... ¿No vieron los cuadernos? Lo mismo la CGT, los Moyano... Gana Cristina, y se van a tener que adaptar...- dijo el gordo. El Omar trató de sintetizar lo que le pasaba por la cabeza:

- Chicos... Esta es la última gran batalla de la Argentina. O vamos hacia un país normal, serio, legal, justo, tranquilo, de laburo, donde todos podamos crecer un poco, con responsabilidad, o nos vamos al populismo con todo, nos entregamos a los kirchneristas y que todo reviente. A ver... Hay poco más de siete millones de personas que con sus impuestos, mantienen a otros 21 millones de tipos... Esto no aguanta... ¿Nadie lo puede ver? Este es un momento bisagra del país. Gane Macri, o gane Cristina, esto va a un ajuste feroz, a una mega devaluación... A un ajuste de la economía que nos va a dejar tiritando... y después de eso... seremos un país cerrado y chiquito... Eso es lo que vamos a debatir, además de un plan u otro, o quién roba más o menos, o si Cristina es autoritaria, o si el kirchnerismo quiere gobernar sin contrapoderes ni controles... o si Macri es un gato... Acá, al final del día, será Cristina contra Macri, a matar o morir... Si gana el populismo... vamos a arruinar a dos o tres generaciones de argentinos...- dijo el radical del grupete. Una lágrima le surcó la mejilla y cayó en un costado de la cazuela. La levantó con una servilleta de papel y la arrojó a un cesto. El Ruso trató de moderar.

- ¿Hay datos? ¿Encuestas de la foto actual? - preguntó. El gordo tenía mucha información que había circulado el fin de semana en ámbitos reservados.

- Algo hay... en Mendoza están midiendo todos, les recuerdo que estamos a menos de un mes ya de las PASO a gobernador. Así es que hay algo de números. Dato importante, cruzado con los encuestadores serios. Hay mucho indeciso, casi 30 % en voto nacional y especialmente provincial. Eso es raro, por la cercanía. Pero guarda que si salís a preguntarle a la gente si sabe que se vota el 9 de junio, te vas a llevar una sorpresa.

- ¿Entonces?

- El dato es la decepción. Ese porcentaje alto de indecisos mide la decepción la poca variedad de opciones que ve la gente a presidente. "Hay que elegir entre la que afanó y el que chocó el país". Ese es un buen resumen. Miren... en nuestra provincia, Cristina anda cerca del 20 % de intención de voto, y Macri ya está en el piso total, entre el 10 y el 15 %. Hay un 30 % de indecisos, y el resto, lo suman montones de opciones, desde "peronistas que no se parezcan a Cristina" hasta "No peronistas que no se parezcan a Macri". Todo eso, que no es ni Macri, ni Cristina, ni indecisos, suma 44 %, por lo menos... dijo Julián, y bajó la parrafada con un trago de Malbec.

- Insisto... ¿Entonces?

- Que ni los radicales ni los peronistas creen todavía que haya en Mendoza una "ola cristinista", aunque Cornejo está convencido que, así como está, Cambiemos no aguanta y que las chances de perder las elecciones son enormes...- cortó el gordo. El Ruso preguntó más.

- ¿Y en Mendoza, cómo estamos?

- Y... hay que ver... repartidos... en la PASO oficialista, Rody Suárez está mejor que el Omar De Marchi, de acuerdo a los números que están manejando por los menos en el oficialismo y el peronismo. En el PJ está todo mucho más entretenido. Miren... Semanas atrás... la PASO de Cambia Mendoza era la más entretenida. Pero ahora, la realmente espesa es la del peronismo... - dijo el gordo, y sacó un papelito que tenía anotado.

- En el Gran Mendoza, depende con quién hables, gana Anabel Fernández Sagasti o Alejandro Bermejo, por un puñado de puntos. Es obvio que los intendentes con el Alejandro a la cabeza harán diferencia en Maipú, San Martín, Lavalle... y Tunuyán, donde son gobierno. Y que en San Rafael, los Félix van a "traccionar" mucho a Bermejo. Pero en Las Heras, con Amstutz, y en Guaymallén con Abraham, Unidad Ciudadana gana fácil. Pero hay otras encuestas con otros números. Analía del Franco, que trabaja para el peronismo de los intendentes, está terminando una en la que el Alejandro gana por unos puntitos, sin procesar aún Maipú y San Rafael. Qué se yo... se lo ve parejo y competitivo... Lo que no sé, es si Cristina le suma o le resta a Anabel, por ejemplo.

- Le afirma el voto duro y le arrima voto joven peronista, de izquierda...- dijo Ludovico. Ya iba por el tercer plato de cazuela.

- Lo que yo veo... es que los intendentes no arrancan. Que los pibes de Unidad Ciudadana se los están comiendo crudos y que el peronismo tradicional no se da cuenta... Los van a cocinar, y a jubilarlos...- dijo el Omar.

- Ehhhhhhhhh... ¿Pero qué estás viendo? - preguntó el gordo.

- Eso. Que no arrancan. Que no se los ve en los temas importantes. Que están laburando la PASO como si fuese una interna del PJ, y que no se dan cuenta que es una elección general, que va a determinar el futuro. Es la bisagra, la grieta. No sé qué les pasa... No hablan de la Economía, ni de la convocatoria de Macri, ni de Lobos, ni de inseguridad o narcotráfico, no sé si con recorridas visitando gente alcanza... en el país y la provincia se están jugando cosas muy grandes... ¿Estarán cansados? - se preguntó el Omar.

- A lo mejor es cautela... entiendo que han estado cancelando entrevistas... capaz es momento de no arriesgar...- dijo el gordo. Y agregó información:

- Amigos... estos "pibes" ya tienen unos diez años de política encima, más o menos... algunos, un poco más... Los jefes se levantan a las seis de la mañana, a las ocho y a las tres de la tarde, Lucas Ilardo ya habló dos veces con todos los jefes de campaña provinciales y de todos los departamentos. Todos afilados. Tienen equipos de redes, de marketing, de clipping de medios, de contenidos, de encuestas... y además la tienen a Cristina. La transformación de Anabel, que mutó de ser una chica reacia y desconfiada de La Cámpora, a una senadora nacional de 36 años que habla de casi todo y se reúne con todos los sectores, ha sido impresionante. Realmente, no sé si en el peronismo tradicional tienen la suficiente fuerza como para lidiar con esto... hoy, los intendentes les pueden ganar... pero es cuestión de tiempo. Y guarda, porque en una de las encuestas que hay dando vueltas los tienen midiendo bien en la PASO peronista a Amstutz, a Abraham y a Jaque... es decir, que el "armado" en el que se ha metido con todo Carlos Germán, les ha dado resultado...- dijo el dueño de casa, y saboreó un largo trago de Malbec para acomodar las ideas.

...

La cena fue llegando a su fin. Después de semejante cazuela, el gordo sirvió unas frutas frescas cortadas, y un buen licor de manzanilla a modo de bajativo. Finalmente, los amigos partieron rumbo a los autos.

...

- Gordo... no se puede salir a ningún lado... está todo lleno de candidatos...

- Jajajajaaa ya se. Ayer, en el asado de Alvear estaban todos. Y el otro día en el Mascotón, también.

- ¿A quién viste?

- Ulpiano hizo una "manganeta" en el Mascotón.

- ¿¡El quéeeeee...!?

- Sí. En vez de llevar perro, llevó un caballo, o una mula. No sé qué era. Menos mal que una señora que iba detrás lo auxilió y le dio una bolsa de consorcio para el popó del "choco".

- ¡Jajajajaaaaaa! Decime... ¿Qué va a hacer Cornejo? ¿Va a insistir con eso de sumar más gente a Cambiemos?

- Si, a full. Cree que es la única forma de ganarle a Cristina. Que con Cambiemos no alcanza y que nadie más puede ganarle... aún hay algo de tiempo, pero tampoco tanto. Lo que quiere el Alfredo es llevar esa propuesta a la Convención Nacional de la UCR del 27, que tendrá un ánimo muy especial después del palizón que se van a comer Cambiemos y la UCR, aunque por separado, en Córdoba. Y se va a perder la Capital de la Provincia, además. Macri no pudo o no quiso disciplinarlo a Mario Negri, los radicales tampoco se bajaron. El resultado es que sigue el PJ, y además, un peronista volverá a gobernar la ciudad de Córdoba. Imaginate. El último fue Germán Kammerath, un menemista que estuvo hasta 2003.

- ¿Y si fracasa y los peronistas o Lavagna no quieren?

- Y bueno... morirán con las botas puestas acompañando a Macri. Mirá... el Alfredo entiende que no lo van a sacar "en andas" de la Convención Nacional. Pero sabe que su propuesta de sumar a Lavagna y al Peronismo Federal, algo con lo que anda Gerardo Morales también, puede "promediar" entre el radicalismo que quiere romper todo, y el que quiere ir solo con Macri. Así como está Cambiemos, hoy, con un Macri sin plan político ni económico, gana Cristina.

- Mirá vos... Che... ¿Quién es el tipo que aparece en una foto haciendo la "V" de la victoria detrás de Lobos cuando salió del juicio, condenado por fraude al Estado?

- A ver... esperá que miro... ¿éste?

- Sí...

- Uhhhhh es Alejandro "Titino" Ameni... un matón del antiguo peronismo municipal de Guaymallén... hace de guardaespaldas de Lobos... andaba con otro más... ¿No te acordás? Tiene muy mala fama... y está imputado en la causa por robo de combustibles a la Municipalidad...

- Mamita... Y esos tipos eran amos y señores del departamento...

- Sí, pero se les acabó. Las próximas elecciones, las ven de afuera... ¡O de "adentro"!

- ¿Vos creés?

- Y... sí... te lo vengo diciendo hace cuatro años y medio. Son muchas causas, y con muchas pruebas, muy abundantes.

- ¿Y si gana Cristina?

- Qué se yo... ¡Que les lleve cigarrillos!

- ¡Jajajajaaaaa!

...

Y así, entre risas y chanzas, los amigos desaparecieron en el sentido estricto de la palabra.