Según admitió la UIM, nadie se imaginó el escenario económico que se desataría en 2018.
Pocas expectativas de mejora en el sector pyme de Mendoza
Desde la Unión Industrial de Mendoza (UIM), entidad que agrupa a más 1200 pequeñas y medianas empresas de la provincia, afirman que la situación de las pymes locales es "grave" y que se profundiza aún más en los sectores que dependen de actividades productivas como la vitivinicultura o la frutihortícola en donde la demanda de productos y servicios ha caído fuertemente.
A esto se suma que en el último año se perdieron en el sector unos 2.700 puestos de trabajo.
En esa línea desde la Federación Económica de Mendoza (FEM) advierten que según un estudio de percepción realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), por primera vez en diez años se registrado más cierres que aperturas de nuevas empresas dejando un saldo negativo del orden del 7%.
Según Mario Comellas, coordinador de equipos técnicos de la UIM, entre los problemas más urgentes que tienen hoy las pymes aparece la "falta de demanda de productos y servicios, un fuerte incremento en la estructura de costos impulsados por las suba de precios de la electricidad, el gas y el transporte, los altos costos previsionales y el impacto tributario de impuestos distorsivos como el impuesto al débito y crédito bancario, los ingresos brutos y las alícuotas de los impuestos a los combustibles. A esto se suma que la fuerte suba del dólar se traslada directamente a la compra de materias primas y a los gastos indirectos de fabricación.
Para Adolfo Brennan de la FEM, a excepción del turismo, casi todas las ramas empresariales vienen desde hace 6 o 7 años en caída aunque destacó que el cóctel de recesión más inflación actual pone a las pymes en una posición muy complicada. Sobre todo porque se trata de empresas chicas que no tienen estructura ni espalda para afrontar una crisis de este tipo por lo que la opción muchas veces es endeudarse en en el circuito informal, descontar cheques en las cuevas y generar deudas impositivas lo que las deja automáticamente fuera del circuito financiero.
En este contexto la pregunta que muchos se están haciendo es si al gobierno todavía le queda tiempo para intentar revertir mínimamente la situación económica cuando solo restan poco más de seis meses para concluir su gestión.
Al respecto Comellas dijo que si bien había buenas expectativas de poder ordenar la economía al inicio de la gestión, no solo desde la UIM sino también de una buena parte de la ciudadanía, nadie se imaginó el escenario económico que se desataría en 2018 ni que hoy todos los economistas estén pronosticando una inflación del 36% y un dólar a $50 en diciembre, con lo cual, lo único que se genera es una expectativa inflacionaria sin freno. "En lo personal creo que aún se pueden tomar algunas medidas para frenar el flagelo de la inflación que es lo que no permite ninguna posibilidad de poder ordenar la cadena productiva o la economía de una familia. Pero para eso hace falta consenso de toda la clase política" agregó Comellas.
Por su parte Bennan afirmó que no hay demasiadas expectativas de que la situación vaya a cambiar hasta las elecciones, pero no solo por el mal momento económico, sino porque la Mendoza tiene una matriz productiva agotada que no ha cambiado en muchos años y que en los últimos treinta ha ido perdiendo posiciones en el producto geográfico nacional pasando del 4.5% al 2.8% a fines de 2017. Sin embargo Brennan cree que Mendoza tiene todo para poder mejorar pero que eso hace falta desarrollar un proyecto a largo plazo con menos mezquindad política y que apueste a las pymes que en definitiva son el sector que genera riqueza y empleo.