Análisis del caso de los alumnos y ex alumnos del CUC y otros, acusados de "machos abusadores". Lo que resolvió el juez fue una cautelar. El fallo igual es innovador. Quedan instancias abiertas.
El fallo de los escraches a chicos en Twitter no es un "vía libre" feminista
Ni vencedores, ni vencidos. Puede que el fallo del juez mendocino Juan Darío Penisse, que rechazó por "abstracta" una medida cautelar presentada por chicos "escrachados" en Twitter; sea materia innovadora en cuestión de acoso, acosados y acosadores en redes sociales, sobre todo cuando se trata de jóvenes, algunos de ellos menores de edad.
El fallo, conocido ayer a través de este diario, se prestó a una interpretación apresurada y optimista de muchas activistas que lo festejaron como un triunfo, en un caso donde una militante feminista de 20 años, estudiante de abogacía, dio en Twitter una lista de chicos a los que acusó -por sí o por información de otras chicas- de "machos abusadores".
El juez no absolvió a la "escrachadora", y no rechazó la denuncia por "injurias", porque tal cosa no existió. Ninguno de los denunciantes en este caso ha ido a la justicia penal aún, donde se denuncian las injurias. El juez, resolvió una cautelar para que el daño cese. Sí es cierto que aceptó el pedido de la joven demandada, para que la causa sea "abstracta". Hizo algo lógico. La chica borró los posteos agraviantes una semana después de publicados, y el daño no se siguió prolongando en el tiempo, a entender del juez. Y por eso declaró "abstracta" la demanda. Había desaparecido el motivo que generó la cautelar de los "ofendidos".
El fallo del juez Penisse no es un "vía libre" para que cualquier persona del género que fuere, diga barbaridades sobre otra en las redes sociales, sin consecuencias. Por el contrario, los jóvenes escrachados aún tienen abiertas la vía civil por daños y perjuicios, y la denuncia penal por injurias contra la joven escrachadora. Lo que hizo el juez fue resolver un pedido preventivo, para que el "daño cese o no se agrave más", como dicen los intérpretes de la ley. No fue lo único. Además, previó toda una secuencia de tutelaje sobre los denunciantes y las denunciadas, para ser informado mensualmente del avance en los estados de salud de todos los involucrados en el expediente.
El caso empezó en diciembre del año pasado, entre los días 12 y 13. Comenzó a circular un "hilo de Twitter" abierto por una militante de 20 años, una aguerrida joven de la causa feminista. En la cuenta "@Tori_Coria" (que ahora es "privada", es decir, sólo acceden los autorizados por la propietaria) comenzó a "escrachar" a los jóvenes. La chica tomó coraje cuando decenas de "compañeras" le acercaron nombres, historias, y testimonios. Algunos de ellos, abusos realmente horribles sufridos en condiciones de inconciencia total. La mayoría de los jóvenes escrachados eran alumnos o ex alumnos del Colegio Universitario Central, pero luego, la "lista" se extendió y pronto hubo más de 600 escrachados. Muchos de los chicos acusados se vieron atrapados injustamente en una maraña infernal, y otros, serían autores reales de abusos. Lo que sí es cierto, es que una inmensa mayoría de los escrachados no hicieron denuncia alguna, a pesar de las múltiples manifestaciones en ese sentido, que hicieron en redes sociales e incluso medios de información periodística. No se ofendieron tanto. Los casos se redujeron a un puñado, y que se sepa, ninguno inició la causa por el lado penal, fueron por la vía civil, y aún no protestaron por "daños y perjuicio". Primero, apuntaron a que cese el daño, con el pedido "preventivo" que el juez resolvió.
El fallo fue mostrado y comentado entre jueces y abogados ayer. Reservamos su identidad, para evitar cualquier recusación en el futuro. Y casi todos coincidieron en que habrían hecho lo mismo en cuanto a la medida cautelar, aunque tuvieron visiones negativas respecto de la responsabilidad de la escrachadora, salvo que lograse demostrar que dijo la verdad, en caso de que le inicien demandas o la denuncien efectivamente.
¿Se equivocaron las abogadas de los jóvenes escrachados, en elegir el camino de una vía cautelar, en vez de ir por las vías civil o penal habituales? Especialistas consultados por el POST dijeron que probablemente sí, aunque ahora pueden seguir aquellas vías penal o civil. Hubo visiones disímiles. Uno de los consultados, de los mejores penalistas en materia de Derechos Humanos en la Argentina, dijo a este diario que "Había que cesar el daño, y ver el estado de los jóvenes. El juez hizo bien..." explicó.
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Puede que el propio juez Penisse adhiera a esta postura ya que lo escribió en el fallo. Los demandantes pidieron en la acción preventiva una retractación pública, y no se pusieron de acuerdo entre los abogados y abogadas de ambas partes. "Debo decir que las cuestiones planteadas posteriores al pedido de declaración en abstracto, exceden el marco de la presente tutela preventiva, desde que existe una limitación procesal en cuanto a su objeto. La posición de la actora, respecto de la fórmula conciliatoria que propone, consistente en retractación y disculpa pública por parte de la demandada son propias de acciones de fondo..." sentenció.
Las abogadas de la chica escrachadora, por otro lado, contestaron la demanda amparando a la joven en que la publicación de los nombres de chicos acusados de "Machos abusadores de Mendoza", fue una acción "...dentro de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la Mujer, Ley de Protección Integral a las Mujeres (Ley 26485), y demás normativa vinculada a la problemática". Es decir, buscaron dar estatus legal a denuncias públicas en redes sociales, contra jóvenes hombres, sólo por la condición de feminista de la chica que hizo los escraches. El juez consideró que todas estas cuestiones excedían el recurso, y que eran propias de otro tipo de demanda.
A los efectos de entender mejor el problema, publicamos la sentencia completa, omitiendo los nombres de todos los involucrados. Ello, porque el juez hizo especial foco en no re-victimizar a ninguno de los jóvenes. Tampoco a la chica escrachadora. La consideró también a ella una víctima:
Finalmente, y a modo de resumen, vale decir:
1 - El caso no fue una demanda por daños y perjuicios, ni una denuncia penal por injurias. Pero podría convertirse en una de ellas, o en ambas.
2 - La mayoría de los ofendidos por el hilo de Twitter, no hizo la denuncia.
3 - La joven se amparó en leyes de protección de género para justificar el "escrache" y el juez consideró que se excedía, igual que los demandantes, que pidieron rectificaciones y que haya pedido de disculpas.
4 - El juez consideró que tanto los chicos como la chica fueron víctimas, y que por lo tanto hay que tutelar su salud y su comportamiento todo el año. Algunos, también la denunciada, estuvieron muy afectados. Por eso buscó protegerlos. "No puede haber vencedores ni vencidos" escribió.
5 - Hubo tensión entre derechos tales como la integridad, la intimidad, la honorabilidad, la libertad de expresión, y las normativas de género y de prevención de violencia contra la mujer.
6 - El fallo no es un "vía libre" a los escraches.