Desde ese Departamento negaron la información publicada el 18 de enero por el Post. Incluso trataron a este medio de mentiroso. Los documentos que prueban lo aquí contado.
Los documentos que prueban las incorporaciones en Santa Rosa
"Mendoza Post miente". La frase fue publicada por puntuales referentes del oficialismo de Santa Rosa cual mantra que, a fuerza de repetición, creían que sería impuesto como una verdad absoluta.
Referían esas palabras a una nota publicada por el Post el pasado 18 de enero que daba cuenta de que, a pesar de la austeridad que solicitaba Alfredo Cornejo a la hora de contratar empleados públicos, la comuna comandada por Norma Trigo había avanzado en la contratación de más de 50 personas.
Algunos casos incluso fueron escandalosos, porque se promovió a los que aparecen involucrados en el caso de la muerte de la pequeña Leonela Rosales, caso que, dicho sea de paso, persiste en mantenerse empantanado.
No fueron los únicos: según publicó este mismo diario, muchos de los ingresados "fueron echados en febrero/marzo de 2018 porque decían que había súper población. Y hay otro montón de gente que han recategorizado y mejoraron al subirles la categoría, sin llamado a concurso".
Ello, según el Ejecutivo a cargo de Trigo y su alter ego Marcos Nuarte, sería todo una burda patraña inventada por Mendoza Post por algún motivo oscuro y desconocido.
Ver además: Santa Rosa incorpora 55 empleados y no dicen quiénes son
Es curioso, porque los únicos que se movieron con suspicaz sigilo fueron los mismos que cuestionan a este diario: la maniobra la llevaron a cabo el último día hábil del año 2018, 28 de diciembre, y en total reserva.
Pero ese no es el tema, sino otro, el fundamental: ¿Mintió el Post? ¿Actuó de manera irresponsable?
Esto último tiene una respuesta contundente: NO. Por caso, se consultó a 6 diferentes fuentes de información a la hora de chequear los datos para avanzar en aquella nota. Y cuatro de los informantes hablaron en "on the record", como se deja ver en el artículo de marras. En buen romance, aparecen sus nombres y apellidos. Uno de ellos es el colega santarrosino Alejandro Ismael, quien difundió parte de toda la trama en su propio Facebook.
Respecto del primer interrogante, la respuesta también es negativa. El Post no mintió. Por eso, se publican a continuación las listas completas de los incorporados a la "muni" de Santa Rosa. Con una rectificación, si acaso cabe: no eran 55 personas, sino muchas más.
Según se desprende del Decreto 2311 (justamente del 28/12/18) hay 98 pases a planta permanente, 32 recategorizaciones y más de 100 pases a planta temporaria. Ergo, este diario se quedó corto.
A las pruebas me remito
Más allá de las incorporaciones, que pueden observarse en los documentos que se publican a continuación, en la primera hoja pueden verse algunas de las recategorizaciones, efectuadas sin cumplir con los pasos que exige la normativa referida a la administración pública.
De allí se desprende que el director de Salud, Leonardo Fernández, fue ascendido a "clase I"; el jefe de Rentas, Fabricio Martínez, a "clase H", el jefe de Obras Públicas, Gonzalo Parra, a "clase H" y el jefe de Prensa, Marcelo Villarroel, a "clase G".
En la segunda hoja, se puede ver al jefe defensa Civil, Enzo Panelo, ascender a "clase D". A su vez, se deja ver el nombramiento de la hermana del director de Cultura Julio Leguizamon, Lidia, como "clase A". También a su sobrina, Daniela Leguizamon, como "clase C".
Y más... Según los documentos, aparecen más "reacomodamientos":
La coordinadora de Cultura Isis Ancillai pasó a clase E.
El jefe Relaciones con la comunidad Alicia López pasó a clase E.
La jefa de Servicios Gabriela Murgo subió a clase E.
Como delegados de distrito clase H se vieron recategorizados: Mónica Gautier, Pablo David Jofre, Diego Ortega y Dante Sánchez.
La directora de Desarrollo Social, Macarena Benegas, ya logró llegar a clase H y su hermana, Sofia Benegas, alcanzó la clase D. Y así sucesivamente.
Todo está allí, en cada una de las páginas del documento publicado. Como bien dicen, una imagen vale más que mil palabras.