Continúan las medidas para controlar la propagación de Didymo, un alga que se propaga rápidamente sin control.
Mendoza lucha contra una perjudicial alga en sus ríos
La Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial continúa implementando medidas para controlar la propagación de Didymo, un alga exótica que crece en sistemas hídricos de bajas temperaturas.
Tras recibir una denuncia de posible presencia en el Arroyo Grande de la Quebrada, en Tunuyán, la Dirección de Recursos Naturales Renovables, tomó muestras en la zona y las envió a analizar a la Dirección General de Biología Acuática de la provincia de Neuquén.
A la espera de los resultados se activó una alerta temprana sumando nuevas herramientas para reforzar la estrategia de control del alga exótica, la cual no representa problemas para la salud pública sino que se convierte en un nuevo competidor para el ecosistema.
La propagación es ocasionada principalmente por los usuarios de los ríos y arroyos en donde el alga se aloja, sabiendo que se adhiere a objetos que han entrado en contacto directo, como es el caso de equipos de pesca, y también botes, kayaks y otros típicos implementos utilizados en diversas actividades y deportes acuáticos, siendo los humanos el principal vector de propagación.
Es por eso que a través del Departamento de Fauna se buscará preservar las cuencas del río Mendoza, río Tunuyan, río Atuel, río Grande y río Salado, colocando puntos de desinfección (alrededor de veinte en toda la provincia) para que los equipos que ingresen al agua no tengan el alga adherida.
Los pasos para asegurase de que los objetos que ingresaron o van a ingresar al agua no cuentan con presencia de Didymo son simples y no requieren de mayores insumos. El procedimiento se realiza en tres pasos: remover, lavar y secar antes y después de ingresar a un cuerpo de agua es importante.
Remover restos de barro, arena, plantas y algas de la ropa, calzado, embarcaciones y equipos de pesca. Lavar con detergente o sumergir en lavandina al 2% o en agua a 60ºC o en agua con sal al 5% durante al menos un minuto todo lo que haya estado en contacto con el agua. Por último, secar al aire o al sol el calzado, ropa y equipos.
El hecho de que sea el ser humano el mayor vector de propagación genera la necesidad de un compromiso por parte de los usuarios de los ríos, arroyos y espejos de la provincia para controlar la dispersión.