Usualmente cerrados a la luz pública, los jueces federales de Mendoza pergeñan un cambio de imagen a partir de febrero. Cómo lo harán. El caso D2.
La justicia federal mendocina busca cambiar su imagen
Los alcances del fuero Federal están normados por el artículo 116 de la Constitución de la Nación Argentina.
Allí se puntualiza, entre otras cuestiones, que tendrá injerencia en todo lo ateniente a tratados internacionales; causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; asuntos en que la Nación Argentina sea parte; causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero.
Se trata, como puede verse, de causas sensibles al interés público. De ahí la reserva que suelen ostentar jueces y fiscales federales a la hora de manejarse a nivel profesional.
Es atendible, pero solo hasta cierto punto. ¿Cómo hacer desde el periodismo para acceder a un fallo de ese fuero si los funcionarios judiciales ostentan total cerrazón?
Por ello, en ese contexto, la justicia Federal mendocina pergeña una estrategia para revertir esa actitud. "Será casi revolucionario", dijeron desde el Poder Judicial al Post.
Y explicaron: "A partir de febrero se quiere mostrar una imagen más pública de los federales, que la gente sepa que ellos están más comprometidos con la sociedad".
Los cambios que se verán empezaron a motorizarse hace algunos meses, cuando fueron designados los nuevos titulares de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza: Juan Ignacio Pérez Cursi, Manuel Alberto Pizarro, Olga Pura Arrabal, Gustavo Enrique Castiñeira de Dios y Alfredo Rafael Porras.
Ahora, ello se hará carne a través de la difusión de puntuales fallos judiciales y la apertura -parcial- de los magistrados ante la consulta del periodismo.
No es todo: también hay toda una movida que se pergeña respecto del edificio del D2, otrora centro clandestino de detención y hoy convertido en Espacio para la Memoria.
La idea de los camaristas es que no se trate solo de un lugar estático de recuerdo, sino que sirva para algo más.
"Los espacios de memoria no deberían quedarse solo como un recuerdo histórico, sino también servir para que las generaciones futuras viendo lo que ocurrió en el pasado se preparen de mejor manera para el futuro. Esto debe servir de advertencia para dichas generaciones que ya no tendrán la oportunidad de encontrarse con las víctimas y con testigos de lo ocurrido", advierte una resolución judicial a la que tuvo acceso el Post, firmada por algunos de los camaristas antes mencionados.
Y añade: "Los lugares para la memoria son para la meditación, la reflexión y el pensamiento. También están destinados para conmemorar el dolor, servir de advertencia, reflejando la parte negativa de la conducta humana. Además, el conocimiento sobre el pasado es fundamental para el entendimiento de debates y decisiones en las que está inmersa la sociedad toda".
Como se dijo, todo es parte de la movida que se viene a efectos de cambiar el rostro de la justicia Federal. Habrá que ver cómo resulta.