Reino Unido había rechazado enviar al fundador de WikiLeaks a los Estados Unidos, pero este país prepara una nueva demanda para extraditarlo y juzgarlo.
La fiscal del caso consideró que la evidencia ha perdido peso.
El periodista australiano, de 47 años, se enfrenta a 18 nuevos cargos, entre ellos por espionaje y publicación de documentos altamente clasificados.
Buscan juzgarlo por una veintena de cargos, entre ellos espionaje.
El fundador de WikiLeaks permanece detenido en Londres.
El tribunal lo encontró culpable de haber violado en 2012 las condiciones de libertad condicional impuestas por la Justicia británica sobre una orden de extradición a Suecia.
