Varias investigaciones comenzaron a mostrar que quizás sí es posible crear este extraño material.
Cristales de tiempo: qué son y por qué serán revolucionarios
En 2012, el físico teórico Frank Wilczek propuso describir un nuevo estado de la materia que desafiaba las leyes de la física. "Cristales de tiempo", los llamó Wilczek, quien en 2004 ganó el Premio Nobel de física.
Al principio, varios de sus colegas dijeron que era simplemente imposible crear cristales de tiempo, pero luego varias investigaciones comenzaron a mostrar que quizás sí es posible crear este extraño material. Producir estos cristales nos permitiría medir el tiempo y la distancia con una "precisión exquisita", como escribió Wilczek en un artículo en la revista Scientific American y según replicó recientemente en un completo artículo la BBC.
Pero el conocimiento en esta materia es tan incipiente que los científicos apenas son capaces de soñar cómo los cristales de tiempo podrían revolucionar áreas como la tecnología cuántica, las telecomunicaciones, la minería o la comprensión misma del universo.
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Qué es un cristal
En física, un cristal se define como un objeto cuyos átomos están ordenados de tal manera que crean un patrón que se repite. En un líquido, por ejemplo, las moléculas se distribuyen de manera simétrica, como un enjambre uniforme.
En un cristal, en cambio, las moléculas se agrupan formando redes y estructuras que van creando una secuencia. Por eso, Wilczek dice que "los cristales son las sustancias más organizadas de la naturaleza".
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Romper la simetría
Un líquido es simétrico, pero si de alguna manera se logra romper esa simetría, el líquido deja de ser líquido y se convierte, por ejemplo, en un cristal.
En su investigación, el físico Pablo Hurtado y su equipo querían romper la simetría de un fluido, pero no a lo largo de su espacio, sino del tiempo. Para ello, en una súper computadora simularon aplicarle al fluido algo llamado "campo externo de empaquetamiento".
El resultado fue que el paquete de partículas comenzó a viajar incesantemente por el sistema. Es como si, paradójicamente, su estado de reposo fuera el movimiento constante a lo largo el tiempo.
"El sistema forma un paquete compacto de partículas que lo hace viajar en el tiempo", dice Hurtado. De esa manera surge un estado de la materia que no se comporta como un fluido, pero tampoco como un cristal sólido de los que vemos habitualmente.
Los cristales del tiempo son un área de estudio que está en sus inicios, pero desde ya permiten soñar con impresionantes usos en la ciencia y la tecnología.
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Este estado de la materia permite especular, por ejemplo, con la posibilidad de que en un futuro existan máquinas de movimiento perpetuo.
Todo eso aún pertenece al terreno de la especulación, pero quizás algún día llegue el momento en que un cristal de tiempo sea más útil y valioso que el más fino de los diamantes.