El chatbot sensación en todo el mundo aprobó exámenes de nivel superior. Especialistas en educación debaten cómo incluirlo en las cátedras y si puede ser perjudicial para el aprendizaje.
ChatGPT, la inteligencia que desafía a las universidades de todo el mundo
La Inteligencia Artificial (IA) está cada vez más presente en nuestras vidas. Esta tecnología está nuevamente en boca de todo el mundo gracias a ChatGPT, el Chat Generativo Previamente Entrenado. Se trata de un software que simula mantener una charla con quien interactúe con él. Las distintas aplicaciones que tiene el bot están planteando desafíos en las instituciones educativas.
Es que esta herramienta desarrollada por la startup OpenAI aprobó exámenes de Derecho en la Universidad de Minnesota y hasta logró obtener un MBA de la Escuela de Negocios de Wharton, en Nueva Jersey. Este hecho trae la pregunta de si ChatGPT podría afectar el desarrollo de la creatividad y la capacidad de aprender de los alumnos.
Para Alejandro Artopoulos, director del Centro de Innovación Tecnológica de la Universidad de San Andrés, la única forma de balancear el poder de la IA en educación es con más tecnología al servicio de los docentes y profesores.
La IA promete reformular la manera en la que aprendemos los seres humanos.
"La IA no es una oportunidad de aprendizaje o un atajo, sino que las dos son válidas. Estamos en un momento en el que la IA puede hacerle daño a la educación, pero al mismo tiempo estamos aprendiendo para sacarle provecho. Las plataformas de verificación de similitud han anticipado demos que pueden detectar la utilización de texto generados por los modelos GPT3. Aunque lo más importante son las propuestas de evaluación, la llegada del ChatGPT debería acelerar un cambio en el modo en el que se piensan las evaluaciones", opina el especialista ante la consulta de La Nación.
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Por su parte, Francisco Lehmann, vicedirector general del Belgrano Day School, indicó que uno de los usos de la IA al servicio de la educación será la personalización del aprendizaje: "Ahí hay un campo muy interesante para la IA. La posibilidad de interpretar cómo aprende alguien y cómo proponerle lo que sigue para que aprenda mejor. Estamos lejos de eso, pero creemos que hay un potencial muy importante en ese sentido".
"Debería acelerar un cambio en el modo en el que se piensan las evaluaciones", opinó Artopoulos.
"Seguramente nos implicará mucho aprendizaje institucional y un esfuerzo adicional, pero creemos que el camino es incorporar estos cambios, así como hace algunos años hicimos con los teléfonos celulares y la conectividad", ejemplificó.
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Una ventaja de la IA es que en sus diferentes campos proporciona herramientas de asistencia para potenciar la actividad, añadió Lehmann. "Y, si alguien hiciera trampa en un proceso de evaluación utilizando esta herramienta, propondría revisar dicho proceso para asegurarnos de que estimule y ponga a prueba el pensamiento crítico y la producción personal del protagonista de ese hecho", cerró.
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