Los artefactos electrónicos que usamos a diario están modificando nuestros cuerpos de forma muy rápida.
Cómo y por qué los celulares están cambiando nuestro cuerpo
El avance veloz de la tecnología y los nuevos artefactos electrónicos están modificando la vida de las sociedades. Basta pensar que los celulares son lo último que tenemos en nuestras manos antes de dormir y lo primero que tomamos al despertar. Los teléfonos y una amplia gama de elementos están cambiando nuestros cuerpos de una forma muy rápida.
Federico Kukso, periodista científico argentino especializado en historia de la ciencia, escribió en La Nación que especialistas de columna notan un aumento de casos de pacientes que se hacen atender por dolor en el cuello y en la espalda. Cada vez hay más jóvenes con problemas de alineación de columna y con hernias de disco.
En The Spine Journal, cirujanos ortopédicos llegaron a la conclusión: "Todos parecen tener en común es el uso prolongado de teléfonos inteligentes". Las consecuencias musculoesqueléticas están presentes a corto y a largo plazo. La posición prolongada y persistente del cuello con flexión hacia adelante causa preocupación en los especialistas porque eso puede deriva en contracturas ligamentosas anteriores, acelerando la degeneración del disco cervical que pueden terminar en desviaciones de la columna.
Los celulares están cambiando nuestros cuerpos. ¿Nos damos cuenta?
Esta desviación,"tech-neck" (o cuello tecnológico) es consecuencia de sentarse con los hombros encorvados hacia adelante y el cuello en un ángulo incómodo para leer celulares o computadoras.
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Además, las nuevas tecnologías pueden provocar la "garra de texto" o síndrome del túnel cubital: un trastorno por el uso constante que deriva en tendinitis, con dolor y calambres en dedos, muñeca y antebrazo.
Las pantallas también generan trastornos de sueño.
"Hoy, nuestros cuerpos son más sensibles al cambio de lo que pensamos", expresan los investigaciones. Es tan importante la transformación que vivimos que el investigador británico Vybarr Cregan-Reid de la Universidad de Kent expresa que la forma de vida actual es quizás el cambio más drástico "desde que el Homo sapiens caminó por el planeta por primera vez, probablemente hace más de 300.000 años".
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Las nuevas tecnologías alientan el sedentarismo, la obesidad, provocan fatiga y atrofia ocular -estiman que la mitad de la población mundial será miope en 2050-, y los efectos negativos de trastornos del sueño, dolores de cabeza, depresión y ansiedad.
El sedentarismo, otra complicación de las nuevas tecnologías.
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