La UNCuyo fue vandalizada con amenazas de odio y consignas que remiten a los años de dictadura. Mientras tanto, la campaña presidencial, en la previa al balotaje, está intratable y los candidatos van por todo. ¿Cuáles son las consecuencias?
El peligro de los votos a cualquier costo
La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo amaneció este jueves con un escenario preocupante: los muros fueron vandalizados con mensajes de odio hacia la institución y, por elevación, a la educación pública.
"Votá kirchnerismo y rogá no terminar con un tiro en la cabeza". "Chau, parásitos, progres y feminazis". "Se les termina la joda, roñosos". "Dejen de quemarle la cabeza a los pibes, hdp", son algunos de los mensajes que aparecieron en las paredes exteriores de la casa de estudios.
Este ataque vandálico, en la previa al balotaje, aviva el debate entre el extremismo y las posturas radicalizadas, ambas expresiones ultra. Lo urgente es debatir como estas posiciones amenazan a la democracia.
El principal problema es que la ambigüedad en la definición del concepto extremista, en este caso, permite que determinados movimientos irrumpan en la sociedad como "los salvadores", "la solución" a un problema existente. ¿Y cómo lo hacen? Camuflándose en un discurso que se acomoda para parecer "moderado", a mercer del diálogo forzado con sectores políticos del mismo espectro.
El peligro que implica la ultra es que presiona sobre la estructura de la democracia, interpelándola con los males que alberga. En este contexto, los partidos políticos han sabido actuar como marcos de contención, poniendo límites a la ultra en la medida en que incorporan elementos radicalizados para promover un equilibrio. Este mecanismo es imprescindible porque se corre el riesgo de que las soluciones absolutas de los salvadores anulen el diálogo democrático.
Un ejemplo concreto, llevado al límite, fue el "cordon sanitaire" establecido a fines de los ochenta en Flandes, una región que comprende partes de Bélgica, Países Bajos y Francia, en la que los partidos políticos de la zona se unieron para aislar al Vlaams Blok, el partido belga de extrema derecha.
Más allá del análisis teórico es importante señalar que lo ocurrido en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales es deleznable , aunque hay responsabilidades divididas. Es que el discurso de la militancia liberal promueve la anulación del Estado como mediador, a cualquier costo. Más allá de que sus líderes políticos se muevan en aguas moderadas dentro de la puja electoral, en la calle sus seguidores no negocian y ejecutan salvajadas.
Pero, desde el otro lado, la cruzada populista también tiene su cuota de acción al promover por estos días una campaña en redes sociales y afiches "al hueso" en la que se demoniza al contrincante sin filtros, planteando la distopía : "Milei muerte".
¿Hay límites en la guerra por el voto? No hay certeza. Lo que está claro es que si hay consecuencias. Y ya tomaron las calles.
Ver: Vandalizaron la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo: "Zurdos de mierda"