El Zonda provocó incendios que bordearon varios barrios en Las Heras. En Luján, en tanto, las llamas alcanzaron varias viviendas. Terror y angustia.
El desesperante relato de una vecina del Challao afectada por el fuego
Mendoza vivió un fin de semana de terror culpa del viento Zonda y sus consecuencias. Ramas caídas por todos lados, árboles que se vinieron abajo, cables cortados y miles de familias sin luz (en algunos casos por más de 24 horas) resultaron ser únicamente la punta del iceberg del devastador paso del viento por nuestra provincia.
El costado más angustiante tuvo que ver con el fuego y los diferentes puntos de incendio que se registraron en la provincia, principalmente en la zona del Challao, Las Heras, y en Las Compuertas, Luján de Cuyo.
Allí, las llamas comenzaron el sábado por la tarde noche (en este caso sin intervención humana, sino por infortunios provocados por el viento) y pronto fueron ganando terreno, provocando escenarios de desesperación que lamentablemente vivieron cientos de familias. En Las Compuertas, el fuego alcanzó varias zonas residenciales a la vera del Río Mendoza y las llamas consumieron casas y complejos de cabañas.
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En el Challao, por su parte, las llamas bordearon varios barrios, aunque el más afectado fue Nuevas Quintas de San Isidro y sus alrededores. Hasta allí llegó el fuego que vino "bajando" del pedemonte por el efecto del viento a través de un cañadón que bordea la barriada. El trabajo de los vecinos y bomberos fue incesante para evitar que las viviendas se vieran alcanzadas.
Sofía, una habitante de dicho barrio, le narró al Post la desesperación que vivieron. "El sábado a la tarde veíamos las llamas bastante lejos, pero cuando el viento empezó a soplar más fuerte, el fuego comenzó a bajar. Era muy angustiante ver cómo se acercaba sin poder hacer nada para evitarlo", contó.
Luego prosiguió: "Llegaron los bomberos, pero solo tenían un camión hidrante, el resto eran todas camionetas sin agua, y no daban abasto. La gente comenzó a colaborar con tierra y agua. Ahí comenzó la evacuación. Yo me fui a la casa de mi hermano con mis hijos y mis mascotas, hicimos dos viajes para llevarnos a todos los perros y los gatos, pero no pude pegar un ojo en toda la noche porque estaba preocupada y sin saber qué estaba pasando".
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"Mis viejos se quedaron en la puerta del barrio toda la noche, no se quisieron mover. Para la mañana del domingo la situación estaba más calma y pudimos volver a entrar, pero los focos seguían prendidos, aunque controlados según lo que nos decían los bomberos", continuó.
Para finalizar, Sofía aseguró que "el domingo a la tarde volvió el viento y se reactivaron algunas llamas. Se prendieron fuego un par de árboles al lado de unas casas, pero las casas quedaron intactas. En otros barrios de la zona la cuestión se puso peor y varios vecinos de mi barrio se fueron con los bomberos a colaborar. Por suerte ninguna familia perdió su viviendo".
La conclusión de la experiencia es nefasta: "Fue desesperante ver como las llamas estaban en el cañadón al lado de mi casa, a 10 metros de lo que tanto esfuerzo me costó conseguir. Por suerte los bomberos actuaron muy bien pese a sus recursos limitados. Pero fue horrible y ojalá que no tengamos que volver a pasar una experiencia similar".
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