Por las fuertes ráfagas se complicó el descenso de un avión de Neuquén y terminó aterrizando en Mendoza. Una pasajera contó cómo fueron las horas de tensión.
Terror en el aire: el video de un avión que no pudo aterrizar por el viento
Momentos de tensión en un avión de JetSmart que no logró aterrizar en la pista del aeropuerto neuquino Juan Domingo Perón por el viento. Las ráfagas superaron los 100 kilómetros por hora. Por la situación la aeronave debió seguir viaje y aterrizar en Mendoza.
"El viaje fue horrible, interminable y lleno de incertidumbre", relató Juliana Oses, en diálogo con LMNeuquén. Tres vuelos intentaron descender en el aeropuerto neuquino pero solo dos pudieron. El tercero, al intentar aterrizar por la inestabilidad del viento, tocó la pista de aterrizaje con una de sus rueda, por esto el piloto tuvo realizar una maniobra inesperada para elevarse y continuar viaje para aterrizar de emergencia en Mendoza.
"Salimos de Buenos Aires a las 14 por la empresa JetSmart. Hasta la mitad del viaje venía todo bien hasta que arrancó la turbulencia. Se movió bastante la aeronave. Cuando estábamos por aterrizar, dicen que nos pongamos el cinturón. Miro por la ventana y no se veía nada, solo veía tierra", comunicó la pasajera al medio neuquino.
Juliana agregó que escuchó el ruido de las ruedas abrirse y seguía sin ver el piso: "Ahí nos empezamos a acercar. El piloto pega una maniobra brusca y vuelve a tomar vuelo. Pasaron 15 minutos y la gente estaba tensar y nerviosa. Había gente grande muy asustada. A los cinco minutos de no saber qué iba a pasar, nos avisan que no pudieron aterrizar en Neuquén y que nos íbamos para Mendoza".
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El avión tuvo que ir a Mendoza para ir a cargar nafta y volver a Neuquén para intentar aterrizar luego. "Estuvimos una hora esperando que nos digan a dónde íbamos. Es más, un hombre se descompensó y lo bajaron del avión y nunca lo subieron. Había mucha tensión y estábamos todos muy nerviosos", relató la mujer.
Finalmente, cerca de las 18, el vuelo de JetSmart partió a la ciudad de Neuquén. "Fue una hora más, llena de miedo y de turbulencia. Intentábamos estar todos tranquilos, pero había cierta tensión. Estábamos todos expectantes, mientras el avión se seguía moviendo porque la turbulencia no cesaba", describió la mujer.
Por último, luego de haber aterrizado a salvo, concluyó: "No le deseo a nadie lo que vivimos".
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