Es "una ciudad de luces que flota en el mar". Una producción aérea de Enrique Piñeyro muestra una realidad preocupante en aguas nacionales.
Un video muestra cómo pesqueros extranjeros depredan el mar argentino
Una filmación a bordo de un avión a 200 millas de la costa argentina muestra con preocupante detalle la flota marítima de barcos pesqueros extranjeros depredando la fauna del mar argentino, justo en el límite de aguas internacionales y nacionales.
Se trata de "una ciudad de luces flotando en el mar" en medio del Océano Atlántico que se observa a través del Boing 787 que es propiedad de Enrique Piñeyro, piloto de avión, empresario gastronómico, cineasta, médico, actor y filántropo, entre otras habilidades, devenido incluso en activista ambiental.
"Desde la primera vez que hice algún vuelo de Ezeiza a Ushuaia -hace más de 20 años- que ya vi esto. Además fue sin buscarlo, a más de 40 mil pies de altura. Pero con el tiempo fue creciendo la actividad y hoy parece la costa de Nueva York", dice Pineyro en un artículo reflejado por Infobae.
"Es un tema que no está resuelto. No se patrulla, no se puede vigilar a los barcos, no hay forma de interceptar, de disuadir. Falta logística y hay que darle el peso político que esto tiene. Esto es serio, es una depredación monstruosa", agrega.
Su campaña por visibilizar la situación podría decirse que empezó hace dos meses, cuando volvió a sobrevolar la zona después de mucho tiempo y al ver la imagen la compartió en Twitter. Publicó: "Enero 31 2021. Vuelo nocturno sobre el mar procedente de Ushuaia con destino a Ezeiza. Lo que parece la luna es la luna, y lo que parece la costa de Nueva York es la flota pesquera extranjera que depreda nuestros mares y que luego nos vende como producto importado".
Acompañó su tuit con un video que acumula más de 200 mil reproducciones. La imagen es impactante, y sería difícil creerla si no fuera porque de pronto la aeronave baja a 5000 pies de altura (aproximadamente 1700 metros) y aparece lo mismo frente a nosotros.
Es que la depredación del mar -no solo el argentino, sino de los océanos en general- está completamente descontrolada. Greenpeace viene hace años denunciando estas prácticas de pesca insostenible y pidiendo por un tratado global para proteger los océanos.
Es que en aguas internacionales no hay ley que diga lo que se puede o no se puede hacer. Así las cosas, llegan barcos pesqueros principalmente de China, Corea, Japón, España y arrasan con todo. No solo porque pescan sin pausa (sin permitir que la flora y la fauna marítima se regenere), sino porque en muchos casos usan técnicas (como el arrastre) que aniquila los suelos y la vida bajo el agua. ¿El lugar preferido? El agujero azul, donde por las condiciones de profundidad y luz suele haber más vida que en otros puntos. Pero la paradoja brilla tanto como las luces: donde más vida, más explotación. Más muerte, diría la frase si buscara impacto.
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El mar argentino termina a 200 millas marinas de la costa. Hasta ahí es nuestra Zona Económica Exclusiva (ZEE), luego comienzan las aguas internacionales. Si algún pesquero extranjero entra en nuestras aguas, está rompiendo la ley, pero por la enorme extensión de nuestro país es muy difícil para las fuerzas de seguridad nacionales patrullar la zona eficazmente.
El trabajo que hacen la Armada y la Prefectura Naval es de un esfuerzo fenomenal, pero como bien dijo Piñeyro, no hay suficientes recursos disponibles para la tarea.
"¿Querés langostinos argentinos? No, los pescan todos y se los llevan. Y no hay forma de competirles. Después vas por España o esos lugares y venden con un cartelito que dice ?langostinos argentinos', y acá terminamos comprando los ecuatorianos. ¿Entonces? Es un recurso bestial el de nuestro país, tenemos 5 mil kilómetros de costa, tenemos costas interiores, hay cooperativas de pesca artesanal. Y después autorizan 16 toneladas de exportación de peces de río, esto es la depredación", concluye Piñeyro.
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