La asociación de empresarios mendocinos busca evolucionar para involucrarse más con la provincia. Entrevista a Silvina Giudici, miembro de la Comisión Directiva.
Valos comienza a dar los pasos para convertirse en una fundación comunitaria
Por el año 2001, cuando estalló la crisis económica, social e institucional más grave de la Argentina, un grupo de empresarios mendocinos creo Valos, una asociación que se puso como primera meta la Responsabilidad Social Empresaria (RSE), esto es, aplicar buenas prácticas en todos sus negocios, prácticas en las que el objetivo de la rentabilidad no fuera en detrimento del impacto social sino todo lo contrario.
Pasaron 23 años y Valos fue sumando más metas y objetivos. Hace pocos días la asociación, integrada por referentes de empresas importantes de Mendoza y el país, eligió su nueva Comisión Directiva, renovando el mandato presidencial de Farid Nallim.
Nallim, junto a quienes lo acompañan, impulsó en los últimos años la idea de transformar a Valos en una fundación comunitaria, meta que se ha puesto en este nuevo mandato.
¿De qué se trata este nuevo formato? ¿Cuáles son los nuevos objetivos? Nos lo cuenta Silvina Giudici, miembro de la Comisión Directiva.
Tras más de 20 años de existencia Valos se pone nuevos objetivos. ¿Cuáles son?
Valos es una asociación sin fines de lucro que nuclea a un grupo de empresas con un fin común, que es promover la sostenibilidad de los negocios y una Mendoza mejor para todos.
Comenzó, allá con la debacle del 2001 y desde ese entonces ha evolucionado, siempre ha sido el faro de cómo tenemos que hacer los negocios en Mendoza, promoviendo actividades sostenibles, y desde el comienzo, muy ligados a la Responsabilidad Social Empresaria, pero hoy entendemos que tenemos que dar un paso más fuerte hacia negocios de triple impacto.
Hoy Valos se encuentra en un momento muy particular, porque estamos dando el paso para dejar de ser una asociación civil sin fines de lucro y pasar a ser una fundación comunitaria.
Esto nos pone en una posición muy diferente, estamos con muchas expectativas, contentos de seguir transformándonos en pos de mejorar lo que pasa en Mendoza, comprometidos con la sustentabilidad de los mendocinos.
¿Cuál es la diferencia de dar el paso a una fundación comunitaria?
La diferencia es que ya no nos ocuparíamos sólo en marcarles un camino a las empresas sino involucrarnos directamente en la manera de bajar fondos económicos para generar formas sostenibles sobre la visión de Mendoza, desde una perspectiva más fundacional.
Claro, porque cuando se refería a los primeros años de Valos, el tema de la Responsabilidad Social Empresaria que promovieron fue el desafío para que las empresas hicieran un salto de calidad, con acciones hacia la sociedad y también propias. ¿Cambió en los últimos 20 años?
Si, Valos lideró esos cambios. En su momento se perseguía la calidad total, la RSE hacia adentro de las empresas, este concepto de que no solo importan los números sino cómo influyen en la sociedad, el tema ambiental tomó auge y ya no sólo estábamos hablando del tema económico y el tema social sino de cómo las empresas impactábamos ambientalmente.
¿A esto se refería con el triple impacto?
Claro, el triple impacto es eso, pero también implica cómo podemos hacer negocios que impacten en la sociedad y no sólo en la rentabilidad de una empresa.
Valos siempre lideró eso, se adelantó a lo que venía, ya estábamos hablando de esto hace 4 años, en prepandemia. Hoy nos planteamos cómo las nuevas inteligencias afectan a nuestros negocios, pero nunca perdemos el rumbo de cómo volcamos acciones desde las empresas para ir hacia una Mendoza mejor.
Esta Mendoza, que es tan particular, con un gen B muy fuerte, y donde, desde Valos, hemos sido precursores dando origen al Banco de Alimentos de Mendoza, por ejemplo.
¿Entonces, el triple impacto que implicaría?
Ninguna empresa se sostiene en el tiempo si no es rentable, pero tampoco lo logra si no es sostenible, y por lo tanto, el concepto es que la rentabilidad no me quede solo a mi sino que debemos volcarla hacia la sociedad, siendo responsables, social y ambientalmente.
Es poder incorporar métodos de trabajo. Por ejemplo, incorporar en nuestra cadena de proveedores internos a aquellos que cumplan con las cosas que nosotros creemos como el trabajo justo, que no haya trabajo en negro, que no haya trabajo infantil, que podamos garantizar que en toda nuestra cadena somos responsables de lo que hacemos.
Pero, además de hacer esto con una mirada ambiental, hoy nos estamos planteando ya no sólo hablar de sostenibilidad sino de regeneración. Las empresas que somos parte de Valos tomamos esos principios y tratamos de aplicarlos en nuestros negocios.
Por otra parte, hoy en Valos ya se plantea ser mucho más que una asociación de empresas que creemos en los mismos objetivos, sino ser una fundación comunitaria que nos permita bajar fondos y generar nuevas cosas para Mendoza donde se nos necesite.
¿Habló del gen B? ¿De qué se trata?
Es todo lo que son las empresas B Corp, una forma diferente de hacer negocios. (Economía B Corp: obtener rentabilidad sin sacrificar el impacto social y medio ambiental) Si buscamos en Mendoza, vamos a encontrar una gran cantidad de empresas y pymes certificando B Corps y eso no pasa en el resto del país.
Esto se da por algo muy particular: los mendocinos queremos seguir viviendo en Mendoza, queremos que nuestros hijos se queden en Mendoza y que Mendoza sea un lugar bueno para vivir y para desarrollarlo, y la única manera de hacerlo es con empresas que se hagan cargo de esa parte.
¿A qué apuntarían cuando den el paso para ser una fundación comunitaria?
Siempre a la visión de una Mendoza sostenible, con capacitaciones para el mercado laboral, dando soporte a entidades que necesitan el respaldo del sector privado que también es parte de esta historia.
Porque el sector privado tiene que involucrarse más en los temas de Mendoza y dejar de mirarse el ombligo. Ese es el gran trabajo de Valos, el promover que las empresas miren hacia afuera.
¿Y cuál es la barrera más importante a vencer para el empresario que no quiere mirar afuera, que no quiere involucrarse?
Las empresas mendocinas son bastantes diferentes a lo que pasa en el país en general. Las empresas de Mendoza hoy entienden que el camino es la sostenibilidad, la sustentabilidad y la regeneración.
Por ejemplo, si hablamos de las bodegas, tenemos por ejemplo que si hoy no tenemos como empresarios métodos sostenibles de trabajo no entramos al mercado europeo.
Es cierto que hoy, cuando uno está tratando de que la empresa sea rentable, cuesta poner el foco hacia afuera, es mucho más fácil cuando las cosas te están yendo bien, pero lo que nosotros estamos promoviendo es que haciendo las cosas bien y trabajando de esta manera los resultados terminan siendo mejores.
Por eso, desde Valos ya no sólo pensamos en la Responsabilidad Social Empresaria y en la sustentabilidad sino en la regeneración, en una Mendoza que regenere porque ya ser sustentable no es suficiente.
¿Qué sería regenerar, que estas acciones repercutan en nuevas acciones positivas en otros ámbitos?
Exacto, pero también en todo lo que tiene que ver con el tema ambiental. Hoy podemos construir un hotel en el Valle de Uco, pero tenemos que prestar atención a que hacemos con el ambiente que nos rodea y permitir la regeneración de ese ambiente; pensar la agricultura de otra manera; dejar de pensar en el cuadro y pensar en el paisaje; promover los corredores biológicos. Son cosas que parecen muy locas y no son tan complejas.
En mi caso, por ejemplo, soy responsable de la Reserva Natural Villavicencio y puedo asegurar que la regeneración está en nuestra mirada permanentemente. Venimos regenerando miles de hectáreas que fueron impactadas por incendios y por la actividad propia del lugar, y tenemos un turismo regenerativo que nos permite sostener la reserva con un monto de más de mil millones de pesos por año, y sostenerla casi al 65% sólo con el turismo regenerativo.
Entonces, creo que hoy ya no alcanza con ser sustentable, con ocuparnos sobre qué hacemos con los residuos, sino que tenemos que dar un paso más.
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