La batalla legal está aún lejos de tener resultado favorable para los países pobres que buscan acceder a fármacos contra el Covid-19.
Qué son las patentes de vacunas y por qué se dilata su liberación
Más allá del apoyo crucial de Estados Unidos y la Unión Europea, la idea de levantar de manera temporal la protección que ofrecen las patentes sobre las vacunas desarrolladas contra el coronavirus y facilitar el acceso a fármacos más baratos para salvar vidas parece estar cada vez más cerca de hacerse realidad pero aún hay varias trabas que sortear.
Vale recordar que el debate tomó fuerza desde el miércoles último, a partir de la declaración de Joe Biden a favor de la exención de esas protecciones para las vacunas.
Postura que acompañó el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la Unión Europea, y que pese a ser el principal exportador de vacunas en el mundo, confirmaron en las últimas horas: "Estamos dispuestos a discutir".
Lo cierto es que esto recién ocurre cuando las naciones ricas acapararon la mayoría de los inmunizantes disponibles (o que ya están cerca de la anhelada inmunidad de rebaño).
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Por otra parte, los laboratorios, se niega a aceptar la liberación de las patentes ya que argumentan que esa protección es necesaria para incentivar la investigación y el desarrollo de medicamentos.
Vale mencionar que las patentes protegen la propiedad intelectual de un producto para que no pueda copiarse. En el caso específico del universo farmacéutico, cuando se descubre y desarrolla un medicamento, la empresa patenta su descubrimiento para que nadie más pueda fabricarlo. De esta manera, se logra controlar el precio y la producción.
Si bien cada Estado puede liberar las patentes frente a una crisis de salud pública como es una pandemia, los creadores se pueden reservar el derecho a concederlas o no.
Actualmente, los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas impiden a los países de ingresos bajos y medios obtener dosis suficientes, debido a los altos precios y la escasez de suministro, ya que unas pocas farmacéuticas abastecen a toda la población mundial.
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