El equipo de Victoria Sánchez, del Conicet, cuenta con apenas cinco personas en total. Buscan financiamiento para poder avanzar más rápido.
5 científicos investigan en Mendoza una vacuna, y necesitan más fondos
En plena carrera para tratar de vencer o al menos controlar al coronavirus, en Mendoza hay quienes se dedican a investigar y tratar lograr una nueva vacuna contra la enfermedad que desató la pandemia. María Victoria Sánchez, del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), explicó que en la provincia hay un candidato vacunal que con el pasar de los años y apoyo económico podría transformarse en una nueva dosis. Sin embargo, hasta el momento el financiamiento es escaso a tal punto que ella apenas cobra $70.000 por mes.
Según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), una familia mendocina precisó en mayo casi $59.000 para no ser considerado pobre. Teniendo en cuenta esta situación la realidad económica de los científicos en Mendoza es más que mediocre considerando la importancia que refieren a la sociedad.
"Somos un equipo de cinco personas que trabajamos ocho horas. Esta semana estuve doce horas en el laboratorio. La mayoría somos apasionados en esto, así que cada resultado que tenemos lo sentimos de manera especial, ya sean a favor o en contra. Acá nos mueve la pasión", reflexionó la especialista en declaraciones a Te digo lo que pienso, que conduce Ricardo Montacuto por Radio Nihuil.
En cuanto al proyecto, Sánchez explicó que empezaron el proyecto en colaboración con investigadores del Conicet de Buenos Aires: "Yo vengo desarollando hace muchos años candidatos vacunales para una vacuna de influenza, entonces me puse en contacto con estos investigadores los cuales están trabajando con una proteína del virus, una parte que recubre el virus. En donde la mayoría de los anticuerpos neutralizantes se generan en esta parte. Entonces este candidato vacunal generaría anticuerpos en esta parte para bloquearlo".
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"Esta es una proteína que se produce bajo ingeniería genética en levaduras. Esto es lo bueno porque se puede generar fuera del cultivo del virus y se purifica. Luego se formula con un adyuvante, algo que puede potenciar la respuesta inmune. Ahora la estamos probando en ratones de laboratorio. Ya tenemos algunos datos preliminares que indican que esta vacuna genera una muy buena respuesta de anticuerpos", agregó la científica.
Si bien el método de inoculación puede demorar varios años en ser aprobado y colocado en la población, ella destacó la importancia que tiene realizar este tipo de estudios: "Estamos viendo las características de estos adyuvantes que también pueden funcionar para otras vacunas. Como pasó con las plataformas para las vacunas actuales, mucha gente cree que la vacuna salió en menos de un año, pero en realidad esto ya se venía estudiando para influenza. Es decir que todo ese conocimiento se sabe y luego se pone como plataforma".
Finalmente, contó cómo se puede colaborar con el proyecto: "Sería buenísimo poder recibir donaciones se pueden comunicar a la Fundación Crisyt ó también mediante nuestras redes de Imbecu".
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