Desde la universidad avalaron la aplicación de una dosis a más personas y afirman que hay mayor efectividad si se demora hasta 45 semanas la segunda dosis..
AstraZeneca: desde Oxford recomiendan retrasar la segunda dosis
Según un estudio publicado por la Universidad de Oxford diferir en un intervalo de 45 semanas (casi un año) la primera y la segunda dosis de la vacuna desarrollada por AstraZeneca mejora la inmunidad contra el coronavirus.
La información difundida desde el Reino Unido ratifica la permanencia de los anticuerpos contra el coronavirus por tiempos prolongados en la primera aplicación y, a la vez, respalda la efectividad de ese fármaco ante las estrategias sanitarias diseñadas por varios países en los que se resolvió ampliar el tiempo de vacunación entre una y otra dosis.
Vale mencionar que el estudio puntualiza que el tiempo de intervalo en el que los investigadores demostraron que hay una mayor efectividad de la vacuna de Oxford-Astrazeneca es de hasta 45 semanas.
En este sentido, los científicos informaron que una "una tercera dosis administrada más de seis meses después de la segunda dosis, conduce a un aumento sustancial de anticuerpos e induce un fuerte impulso a la respuesta inmune contra el SARS-CoV-2, incluidas las variantes".
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Además, el informe recuerda que un estudio anterior publicado en febrero por la revista científica en The Lancet indicaba que la eficacia de la vacuna era mayor con un intervalo de tres meses entre las dosis (81 por ciento) que con un intervalo de seis semanas (55 por ciento).
Asimismo, Teresa Lambe, científica autora de los estudios difundidos señaló que la investigación también muestra que una tercera dosis de la vacuna "se tolera bien y aumenta significativamente la respuesta al nivel de los anticuerpos". Por este motivo sostuvo que la de hoy "es una noticia muy alentadora si se constata que es necesaria una tercera dosis".
Los investigadores de Oxford aseguran asimismo que la vacuna provocó "menos efectos secundarios tras la segunda y la tercera dosis que después de la primera".
La vacuna de AstraZeneca, que utiliza una tecnología denominada de "vectores virales", había causado preocupación después de que se estableciera una relación entre su administración y la aparición de trombos, lo que generó que muchos países restringieran su uso en las personas mayores.
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