Andrea Federico es docente en un CEBJA de Maipú. Advirtió que sus estudiantes no se percibían como personas.
Una profe de matemática creó un sistema de ayuda emocional para alumnos
Andrea Federico, es una docente de matemática del nivel secundario en el Cebja 3-128 "Marilín Penna de Ferro" de Fray Luis Beltrán, ubicado en el departamento Maipú. La docente, creo un novedoso sistema para ayudar emocionalmente a sus estudiantes.
En un emotivo diálogo con Ricardo Montacuto en el programa Te digo lo que pienso por radio Nihuil, la profesora manifestó que, a su entender, lo que ha causado impacto es que una docente de matemática se dedique a la parte emocional.
"Siempre he planteado proyectos que tienen que ver con estos temas porque me parece que es súper importante tanto para matemática como para otras áreas, que los chicos tengan motivación y autoestima para el aprendizaje y para saber desenvolverse en la vida, relacionarse con el otro y auto controlarse en ciertas situaciones", dijo.
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La docente contó que venía advirtiendo un clima tenso en las aulas. "Propuse la idea de una bitácora para que los alumnos tuvieran una manera distinta de expresarse. Que lo hicieran libremente, para poder contar, escribir, lo que viven, lo que piensan. Es una forma de sacarse de adentro lo que les molesta y los pone furiosos, porque a veces, no quieren hablar o no tiene ganas de escuchar una opinión. Lo hacen en forma individual y si quieren lo pueden compartir o no".
"Además, la idea fue crear talleres generales y áulicos para que se sientan seguros y encuentren una orientación en la vida, un proyecto de vida, un objetivo, porque muchos no lo tienen. Para que se miren como personas, porque se sienten menospreciados. Son alumnos que tienen desde 14 años en adelante. Son adolescentes y adultos".
"No se perciben como personas"
Andrea relató que con otra docente hicieron un taller muy interesante en el que colocaron una caja de regalos frente a los estudiantes que contenía en su interior un espejo. "Les pedí que sacaran lo que había en el interior del paquete y que se miraran. Ante distintas preguntas que les hice, me sorprendieron mucho las respuestas. Mientras se miraban, contestaban que no se percibían como personas, que no se creían importantes para los demás y que no se creían capaces de lograr algo a corto plazo, algunos ni siquiera creen que puedan terminar el secundario. Otros, salieron del taller muy angustiados diciendo que no les gustaba lo que veían y eso me preocupó mucho".
"Este proyecto está en constante cambio. Por eso, ya estamos pensando en una actividad diferente para el próximo taller, para que los chicos vayan levantando el ánimo y que se sientan capaces, porque lo son. Tienen que saber que son importantes para algunas personas. Y les he dicho que para mí son importantes. Así es que ya no tienen excusas. Ahora tiene que ir para adelante".
"No se conocen"
La profesora destacó que junto a la docente de ciencias sociales realizaron una actividad donde los estudiantes tenían que expresar lo que les hacía sentir bien y lo que los ponía mal. "Les propusimos, que con cada letra de su nombre escribieran un adjetivo, positivo o negativo y la verdad es que no se conocen. Empezaron a buscar el google palabras que los representaran y no podían. Porque el buscador no les va a decir qué es lo que los hace sentir bien. Ellos tienen que conocerse. Se conocen muy poco y eso tiene que ver con la baja autoestima. No conocen sus habilidades y nosotros tenemos que ayudarlos a descubrirlas.
"Al otro día del taller, regresaron con una actitud diferente. Más reflexivos. Me decían: profe, nos hizo pensar en nosotros. Otros me decían que se les vino a la mente el pasado, que para algunos puede ser muy fuerte", remarcó.
"Una profesora que estuvo de licencia por dos meses y volvió recientemente a la escuela me dijo que se había ido con una impresión y cuando regresó dijo que se encontró con un colegio totalmente diferente. Que encontró a los chicos más tranquilos, con ganas de trabajar y más tolerantes entre ellos. Si es que creo que los talleres están funcionando.
Docente con sueldo de pobreza.
Andrea Federico tiene 44 años y desde hace 12 que ejerce la docencia. Gana cerca de 60 mil pesos.
"Sé que no estamos bien calificados por la sociedad. Por ahí se critica desde la ignorancia y el desconocimiento. Estaría bueno que se conociera lo que pasa puertas adentro de la escuela. Hay cosas maravillosas que no se dan a conocer y los papás no se enteran. El vínculo que establecemos con los alumnos es único".
"Me encanta la etapa de la adolescencia y siempre me ha gustado trabajar con las emociones para distender un poco la situación y que no sea todo matemática. Sé que cuesta mucho y que los chicos se mal predisponen al área, por eso trato que la clase sea lo más amena posible. Para mi es fundamental llamar al chico por su nombre, con eso achico la distancia entre el estudiante y el docente, pero siempre manteniendo el respeto".
"Siempre les digo: yo los respeto a ustedes y espero lo mismo de ustedes hacia mí. Ahí, ellos se vinculan de otra manera. Con algunos docentes lo hacen y con otros no, por eso creo que tenemos que darle una mirada diferente a la educación. No es que no sean importantes los conocimientos, los saberes, pero es importante que los chicos se lleven de la escuela herramientas que los hagan mejores personas, que sean empáticos, que puedan relacionarse con los demás, que sean seguros, porque en todos los trabajos les van a pedir eso", finalizó.
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