El caso de Carolina expone un problema que afecta principalmente a mujeres en Argentina debido a que la explotación de imágenes sin consentimiento aún no es delito.
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En Argentina existen más de 30.000 grupos en sitios de Internet y redes sociales en los que miles de usuarios consumen, comparten, distribuyen y comercializan fotos y videos de mujeres sin su consentimiento. El dato es difundido por la organización Género y TIC, encargada de luchar contra la ciberviolencia de género.
La procedencia de esas imágenes es variada, según registra la organización mencionada. Algunas son enviadas por parejas o exparejas, pero también crecen otras maneras de obtención que colocan a cualquier mujer en el papel de potencial víctima, como el caso de Carolina, docente, quien al terminar la hora de clase y retirarse del curso, alumnos le contaron que en un grupo de Telegram en el que se comparte "porno casero" habían fotos suyas. "Imposible, chicos, yo no ando en esas cosas", respondió la profesora.
Los estudiantes sacaron el celular y se las mostraron. Eran fotos suyas, en bikini, que se había tomado durante unas vacaciones y que alguien le había robado. El grupo se llamaba "Minitas Argentinas". Carolina no entendía cómo sus fotos habían llegado ahí. Una de ellas tenía borrada la bikini para que pareciera que estaba desnuda. Avergonzada, le agradeció a sus alumnos y como pudo, siguió dando clases hasta el final del día, preguntándose ¿cuántos más habrían visto esas fotos?
Muchos de los grupos dedicados a esta actividad se alojan en plataformas triple X (así se denominan los sitios para adultos) y blogs. Otros utilizan redes sociales como Facebook, WhatsApp o, como en el caso de Carolina, Telegram. Esto ocurre debido a que la distribución de este material actualmente no es un delito.
La falta de tipificación de estos delitos en la ley penal, genera un vacío legal que beneficia a sus perpetradores. "Son muchas las mujeres que desconocen que forman parte de esta red. Es muy duro enterarte de que sos víctima de este tipo de explotación sexual digital que se consume y se comparte de diferentes formas. Si bien algo hemos avanzado como sociedad y, quizás, en algunos grupos de WhatsApp de varones hoy esté mal visto distribuir este contenido, quien demanda este tipo de material se está mudando a otro tipo de redes, más anónimas (en Telegram se puede preservar no sólo el nombre sino también el número telefónico), para seguir haciéndolo", explica la abogada Florencia Zerda, autora del libro "Violencia de género digital" y directora de Género y TIC.
Dos proyectos presentados en el Congreso en agosto de 2022 serían decisivos en caso de convertirse en ley (deben obtener la media sanción en Diputados), para cambiar esta situación de impunidad.
Uno de ellos, según informa La Nación busca penalizar la obtención y difusión no consentida de material íntimo. Se lo conoce como "Ley Belén", en homenaje a Belén San Román, una joven de Bragado que se suicidó tras enterarse de que una expareja había viralizado un video íntimo suyo sin su consentimiento.
El otro, busca incorporar este tipo de violencia digital como otra forma de violencia contra las mujeres. Lleva el nombre Olimpia, en honor a Olimpia Coral Melo, una mujer mexicana que fue víctima de la difusión no consentida de un video íntimo y que en 2020 logró que su país reconociera este tipo de prácticas como violencia digital.
Celeste González es parte del Grupo Ley Olimpia Argentina, que lucha por que este proyecto se convierta en ley, y está integrado por numerosas víctimas de este tipo de violencia. Muchas de ellas se dedican a buscar en estos grupos a otras mujeres que, sin saberlo, forman parte de este mercado de compra, venta e intercambio de imágenes.
González cuenta que a veces es simple dar con ellas porque los usuarios viralizan algunos de los datos personales de estas mujeres buscando más material y además alerta que este tipo de delitos impactan con fuerza a muy temprana edad, sobre todo, con el auge del sexting (el intercambio de imágenes y videos de contenido sexual) entre los más jóvenes. "Pueden terminar empujando a la víctima al suicidio. Pensá en una chica de un pueblo chico, que quizás es maestra, o que trabaja en un comercio, y empieza a sentir que todos la miran porque saben de su video. Prácticamente sentís que te están violando sin tocarte un pelo", ejemplifica, como en el caso de Carolina.
Cuando la joven docente, residente de una ciudad del interior, descubrió quién había sido la persona que le había robado las imágenes, también detectó que el hombre tenía varios perfiles en los que ofrecía imágenes de otras chicas. Desesperada, se contactó con una integrante del Grupo Ley Olimpia Argentina para pedir ayuda: en la Comisaría de la Mujer no habían sabido cómo asistirla y la persona en cuestión, un conocido, seguía escribiéndole como si nada.
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Por su parte, Zerda, de Género y TIC, está convencida de que la sanción de ambas leyes comenzaría a inclinar la balanza en favor de las víctimas. "Si bien la solución no sería inmediata, el solo hecho de que exista una ley como la Ley Belén, que persiga a quienes difundan este tipo de material, va a incidir positivamente para que bajen este tipo de conductas", pronostica y sigue: "Por su parte, la sanción de la Ley Olimpia promoverá políticas públicas y educativas que son muy necesarias. Hay gente que desconoce de dónde vienen estas imágenes y que todavía no entendió que no debe consumirlas".
Más información
La organización Género y TIC tiene detectadas las múltiples formas que puede tomar la violencia de género digital. Algunas de ellas son:
Difusión no consentida de material íntimo: consiste en la divulgación, distribución, compilación, comercialización o publicación por cualquier medio de material digital íntimo que retrata, con o sin consentimiento, a una persona mayor de edad que no autorizó su difusión. Se trata de imágenes de desnudez o semidesnudez obtenidas en un ámbito de intimidad, o de contenido sexual explícito o erótico de una persona.
Obtención y difusión de material de desnudez: otra forma de violencia digital es la obtención y difusión de material de desnudez en donde se retrata sin consentimiento a una persona fuera de un marco íntimo sexual y se violenta su privacidad e imagen.
Violencia sexual exhibida en internet: según la organización, es cada vez es más frecuente ver en los estrados judiciales o en los medios, casos de abusos sexuales en los que existe un video o imágenes del hecho. Muchas mujeres además son retratadas mientras son explotadas sexualmente.
Sextorsión: es una modalidad del delito de extorsión o de amenazas en la que se coacciona a la víctima bajo amenaza de poner su material íntimo en conocimiento de terceros.
Discurso de odio de género en línea: se trata de alocuciones que promueven o justifican, de manera directa o indirecta, de manera explícita o implícita, el sexismo, la misoginia, el machismo y el antifeminismo.
Acoso virtual: puede ser definido como una forma de hostigamiento y persecución perpetrada a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), los servicios de mensajería, las redes sociales y cualquier mecanismo, aplicación o programa que implique el uso de tecnología. Tiene diversas formas: el acoso virtual de índole sexual , el de índole difamatorio y el cibercontrol.
Suplantación de identidad digital: es la acción de quienes se hacen pasar por otra persona (la "víctima"), creando un perfil falso en las redes sociales o la web, con la finalidad de causarle un perjuicio.
Doxing o Doxxing: es la acción dañina por intermedio de la cual se difunde información privada de una persona a través de las TIC.
Qué hacer y qué no hacer si alguien es víctima de estos delitos
Buscar ayuda psicológica con perspectiva de género.
Consultar con algún abogado o abogada con formación en cibercrimen y con perspectiva de género.
No manipular la evidencia digital y la prueba de la distribución: no denunciar cuentas ni pedir que se den de baja, no eliminar conversaciones ni borrar chats o bloquear personas porque, en el caso de que se haga una investigación criminal, se hace más complicado llegar al usuario que estuvo detrás de las agresiones si la cuenta no está vigente.
Dónde pedir ayuda y denunciar
Línea 144: brinda asistencia y orientación a las víctimas de violencia de género
En la oficina más cercana que tome denuncias por violencia de género
En la fiscalía de turno
Género y TIC: la organización brinda asesoramiento jurídico y psicológico; se los puede contactar por Instagram haciendo click aquí o por mail a: gentic.org@gmail.com
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