Tuvieron que mudarse y cambiar de celular. Además, esperan la decisión del juez acerca de la elevación a juicio de la causa en la que fueron imputados.
Qué pasó con los empleados que filtraron fotos del cuerpo de Maradona
A un año de la muerte de Diego Maradona, los tres hombres que se fotografiaron con el cadáver del astro argentino viven recluidos y con procesos judiciales abiertos. Las vidas de Diego Molina, Claudio Fernández y Sebastián Fernández cambiaron para siempre después de escandalizar a todo un país y ser escrachados.
Los tres dieron de baja sus números celulares. No solo eso: tanto los Fernández (padre e hijo) como Molina vivían en Villa General Mitre, en Capital Federal, y terminaron mudándose a Ezeiza para comenzar una vida más lejos de los señalamientos.
Maradona murió el 25 de noviembre de 2020. Dos días después, se viralizaron en redes sociales una serie de fuertes fotos que mostraban a tres personas distintas posando junto al cadáver, en una violación de la intimidad. Se trataba de estos tres hombres, los cuales trabajaban de forma tercerizada en la funeraria que realizó los servicios póstumos en el cuerpo del Diez.
Matías Morla, abogado de Maradona, viralizó la identidad de Molina apenas se filtró la foto.
Fueron escrachados en las redes sociales, luego señalados en los lugares en que vivían y finalmente llegó el despido de la empresa para la que trabajaban y que había colaborado en la preparación del cadáver de Maradona para el entierro.
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Molina se presentó por su cuenta en la Justicia al día siguiente de la viralización de las fotos y quedó imputado. El medio TN confirmó que su abogada, Juana Ramona Cabral, está tratando de llegar a un acuerdo para no ir a juicio. Por otra parte, los Fernández delegaron su defensa en el Estado.
Este 25 de noviembre se cumple un año de la muerte del Diez.
Ahora, los tres están imputados por profanación de cadáver y el proceso judicial se encuentra en la etapa de audiencia de requerimiento a juicio. Es decir que está en manos del juez el decidir si se eleva a juicio o no.
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El Código Penal determina que ese delito tiene una pena de prisión de entre 1 y 5 años.
Los tres hombres imputados, además de mudarse y dar de baja sus teléfonos, no volvieron a usar sus redes sociales. Molina, que ya tenía antecedentes penales, fue expulsado del club Argentinos Juniors, del que era socio.
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