Abelardo Usandivaras, el hombre que se encerró "hasta que le entreguen la camioneta" encontró un final inesperado a su historia antes de volver a casa.
Inesperado desenlace para el gaucho que se atrincheró en la concesionaria
Abelardo Usandivaras, un gaucho salteño, se convirtió en noticia nacional hace unas semanas tras atrincherarse en una concesionaria de autos en Puerto Madero, exigiendo justicia y transparencia en la compra de una camioneta.
A principios de abril, Abelardo, con la ilusión de regresar a Salta conduciendo un vehículo nuevo, llegó a Buenos Aires con su familia. Había dejado $10 millones en diciembre de 2023 como parte de pago de una camioneta que, meses después, seguía sin ser entregada.
El caso del salteño Usandivaras tomó trascendencia nacional.
Su frustración no solo radicaba en el incumplimiento de la entrega, sino también en la sensación de ser despreciado y manipulado por los vendedores, quienes, según contaba, lo trataban con condescendencia por su origen rural.
"Me trataban como a un hombre de campo, como si ellos supieran todo y yo no entendiera nada", expresó Abelardo en una entrevista, subrayando la falta de respeto percibida por parte de los empleados de la concesionaria. La situación escaló cuando le informaron que el dinero pagado no sería devuelto hasta dentro de algunos meses, lo que lo llevó a tomar la decisión de atrincherarse en el local hasta que se resolviera su caso.
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La resolución llegó, pero no sin un esfuerzo considerable y la ayuda de su comunidad: amigos y conocidos comenzaron a organizarse para apoyarlo económicamente, permitiéndole adquirir una camioneta usada y finalmente volver a casa. Aunque Abelardo recuperó su dinero, el evento dejó una huella de desconfianza y un deseo de luchar contra lo que él considera injusticias flagrantes en el sistema.
"Ahora no paran de llegarme mensajes de otras personas damnificadas que vivieron o viven lo mismo que me tocó pasar a mí", señaló Abelardo, quien ahora busca dialogar con el ministro de Justicia para exponer estas problemáticas y buscar soluciones.
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Por su parte, la concesionaria involucrada, Automotores Sentire SA, emitió un comunicado alegando ser víctimas de una campaña de difamación y aseguraron que sus operaciones son transparentes. La empresa denuncia la creación de páginas web falsas y noticias erróneas que buscan dañar su reputación y desestabilizar su funcionamiento.
Este caso no solo resalta la lucha individual de un hombre que buscaba ejercer un derecho básico al consumo, sino que también subraya la necesidad de regulaciones más estrictas y transparentes en la industria automotriz. El desafío para Abelardo no ha terminado; se ha transformado en una cruzada por la justicia y la equidad, resonando con muchas otras voces que, desde la sombra, enfrentan batallas similares.
Finalmente, Abelardo Usandivaras compró una camioneta usada y recuperó su dinero.
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