Hace un año, una fiesta clandestina en Maipú regada de excesos causó un tendal de contagios de coronavirus justo cuando la situación en la provincia comenzaba a normalizarse. La resolución judicial del "gordo Maxi", el protagonista de la historia.
A un año del "caso 98" que disparó los contagios en Mendoza
En junio del año pasado, Mendoza parecía comenzar a ver la luz, o al menos era una ilusión. Los casos de contagios de coronavirus habían bajado, promediaban menos de una decena a diario y había menos de diez muertos en total. El gobernador había flexibilizado permisos, había habilitado los encuentros familiares y sociales, con protocolos. Pero una juntada propia de otros tiempos ocurrida durante una larga madrugada cambió todo
El conocido "caso 98", tal como se bautizó al contagio de Mauricio Maximiliano Fernández, produjo un rebrote de 10 nuevos contagios en Maipú y obligó a dar marcha atrás a las flexibilizaciones que se habían otorgado en la provincia.
El viernes 12 de junio dio positivo un empleado de una bodega y con él se contagiaron otros dos compañeros de trabajo en la planta dedicada mayoritariamente a producir vinos en Tetra Brik, ubicada en el carril Rodríguez Peña, de Maipú.
Además, tres familiares de uno de ellos también contrajeron la enfermedad, junto a otros nuevos casos que se dieron todos en el mismo barrio.
Ver: "Si allanan, cagué": el chat del Caso 98 y los que estuvieron en la fiesta loca
Como los empleados trabajan en el sector expedición de la bodega, se buscó el "nexo 0" epidemiológico por el contacto con algún camionero, pero como aparecieron otros infectados, todos vecinos del barrio González Galiño de Luzuriaga, Maipú, se determinó que el foco de infección tuvo su origen en una fiesta prohibida, entre el 4 y el 6 de junio.
La investigación arrojó que fue un bacanal de excesos que se extendió, al menos, a lo largo de dos noche. Allí circuló la famosa "jarra loca" y uno de los contagiados admitió haber compartido una cerveza "tomando del pico" con el hombre del "caso 98".
Otros dos infectados que participaron de la fiesta, un empleado de una pizzería, y una mujer que trabajaba en una cervecería, obligaron a clausurar preventivamente esos locales, y a aislar a más de 100 personas.
Ver: Droga y coronavirus: éste es el protagonista del "caso 98"
Sin embargo, a medida que la investigación avanzaba, el caso empezaba a tomar más ribetes policiales. Sucede que los pesquisas que investigaban la violación del artículo 205 del Código Penal (aquel que refiere a la transgresión del aislamiento y las normas sanitarias en contexto de pandemia) comenzaron a recibir información sobre actividades ilícitas por parte de Fernández, conocido en el ambiente como "gordo Maxi".
Los rumores apuntaban a que el empleado de la bodega también se dedicaba al narcomenudeo, es decir, a la venta de droga en pequeñas cantidades. El hombre de 34 años permanecía internado en el Hospital Español y mientras era asistido, su vivienda era vigilada.
Finalmente el 26 de junio de 2020 la vivienda del hombre en Luzuriaga fue allanada. Allí secuestraron 9 envoltorios que contenían en total 14,7 gramos de cocaína y 2 envoltorios que contenían 2,8 gramos de marihuana. Además se incautó un revólver calibre 32 y 20 municiones de calibre 32, 38 y 22, conjuntamente con dos balanzas de precisión y dinero en efectivo.
De ese modo, Mauricio Maximiliano Fernández fue imputado por partida doble: por la justicia provincia y por la justicia federal.
El juez federal Walter Bento lo procesó por la causa vinculada a la venta de drogas. Por su parte, la fiscal Graciela García Cobos lo acusó por el delito de tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil y violación del aislamiento social obligatorio y preventivo.
Ver: Detuvieron al "Gordo Maxi", el protagonista del "Caso 98"
Por estos cargos, el "gordo Maxi" fue condenado, en un juicio abreviado a dos años de prisión en forma condicional.