Qué deben tener en cuenta y qué estudios y tratamientos deben realizarse las personas que sufrieron la enfermedad.
Postcovid: respuestas para los que superaron el coronavirus
Mendoza tiene casi 144 mil personas recuperadas de coronavirus desde que inició la pandemia. A su vez, Argentina ya ha registrado más de 4.407.000 personas dadas de alta. ¿Qué estudios tienen que hacer las personas recuperadas para recibir el alta definitiva? ¿Cuáles son los cuidados? ¿De qué prevenirse?
El coronavirus es una enfermedad multisistémica, no solamente afecta el sistema pulmonar y por eso hay diferentes escenarios en el "postcovid". Según le explicó al POST la doctora Valeria Zeballos, médica de planta e instructora de residentes del Hospital Central, "no hay guías internacionales que digan qué hacer con los pacientes recuperados. Tiene mucho que ver con el médico que atiende y no se le puede pedir todo a cada paciente". Sin embargo, hay un grupo de órganos más susceptibles a sufrir el postcovid, ya que el virus podría provocar daños, u otras enfermedades. Corazón, pulmones, cerebro, y sistema renal son los principales centros del cuerpo a "vigilar" y monitorear con pruebas clínicas y de imágenes, en algunos casos, durante meses.
Esta situación se da porque es una enfermedad nueva y porque puede afectar a todo el organismo y es difícil tener una "receta de cocina", paso por paso, para tratar a los recuperados. No hay una regla en general como con otras enfermedades. Hay que ver qué paciente hay en frente, qué complicaciones ha tenido y qué síntomas persisten.
El médico cardiólogo Sergio Eibar agregó que "no hay una norma para el seguimiento ni para los estudios, sólo recomendaciones de algunas sociedades científicas. No existe un protocolo y depende de los criterios médicos y de los pacientes. Estamos aprendiendo de esta enfermedad, todos los días salen síntomas y complicaciones nuevas. El tratamiento es muy personalizado. No todos los pacientes evolucionan de la misma manera".
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A grandes rasgos, siempre teniendo en cuenta que no hay unanimidad de criterios, existen tres grandes grupos de pacientes recuperados a los que se les puede pedir diferentes estudios. Pero siempre estará relacionado a su historia con el coronavirus, cómo cursó la enfermedad y cómo fue el "postcovid" en los primeros meses.
Pacientes con riesgos leves
En este primero grupo están los pacientes con infecciones leves, con pocos riesgos o que salieron de una internación de forma asintomática.
Zeballos detalla que estos pacientes, luego de recibir el alta por coronavirus, deben realizarse un control al mes. "El clínico le tiene que hacer (al paciente) un interrogatorio y debería pedirle un examen físico completo que abarque todos los órganos, como el corazón, los pulmones, las articulaciones. Además de saber si tiene insomnio, si tiene algún síntoma de estrés o ansiedad".
"A ese paciente que está asintomático y que lo encuentra perfecto, podría hacerse un análisis. Si está todo bien al mes, y si el paciente ha tenido una pulmonía, podría realizarle una tomografía de pulmón a los tres meses", agregó.
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"Muchas veces a los casos leves si no encontrás nada en el primer control, se le puede dar el alta definitiva. Siempre hay que darle el signo de alarma si aparece algún nuevo síntoma para que vaya a volver a consultar. Aún no sabemos si los asintomáticos o leves a largo plazo van a desarrollar complicaciones o secuelas por haber estado en contacto con el virus", determinó Eibar.
Pacientes con riesgos moderados
"Son pacientes con síntomas como tos, fiebre, compromiso pulmonar, falta de olfato o gusto y que estos síntomas disminuyen en la intensidad pero persisten en el tiempo", agregó la profesional del Hospital Central. A los mismos controles que recibieron los pacientes leves hay que agregarle los específicos de cada persona, dependiendo cómo se encuentra.
"La mayoría de los pacientes se recuperan a los tres meses, pero otros siguen con falta de aire, tos, palpitaciones, dolor de pecho, la fatiga tan grande que tuvieron con la enfermedad, con cefalea, insomnio, muchos quedan con síntomas de depresión, ansiedad, miedos", manifestó.
"Si por ejemplo el paciente sigue con síntomas de disnea y tos, además del examen físico completo se le hace una tomografía a la brevedad porque puede tener una complicación como un tromboembolismo de pulmón. No se puede esperar tres meses para hacer la tomografía, se debe hacer rápido", ejemplificó.
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"Si es un paciente joven que quiere volver al gimnasio y tiene palpitaciones, le tengo que hacer un chequeo cardiológico completo con electro, un holster, una prueba de esfuerzo. Para los pacientes que han tenido pérdidas familiares o han tenido una internación prolongada en terapia, seguramente voy a necesitar el apoyo psicológico y psiquiátrico", explicó.
En este grupo se pueden contabilizar pacientes sin internación, pero que tienen factores de riesgo adicionales y a los que fueron internados en domicilios particulares o en hospital sin factores de riesgo.
"Se le puede hacer un seguimiento mucho más simple. Un médico clínico general, un segundo lugar neumonólogo y en tercer lugar el cardiólogo. Si con el tiempo existe alguna otra alternación, se hacen las derivaciones correspondientes", dijo Eibar.
Pacientes con riesgos altos
Son los pacientes que han tenido una enfermedad grave con una internación prolongada y los pacientes que no tienen complicaciones en sí de coronavirus pero tienen todas las complicaciones o las secuelas de una hospitalización larga. También son las personas con factores de riesgo adicionales y otro tipo de enfermedades. Requieren mayor seguimiento, además de los controles habituales estándares postcovid.
"Pueden no tener síntomas del Covid en sí pero son pacientes que han quedado con úlceras por presión, con polineuropatías periféricas que no pueden caminar. Antes lo veíamos en pacientes con ACV o politraumatismos, ahora lo vemos en pacientes jóvenes que quedan con secuelas con Covid", explicó Zeballos.
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Eibar precisa que la cantidad de síntomas que pueden aparecer son muchísimos para cualquiera de los recuperados. Puede ser respiratorios (falta de aire, tos, broncoespasmos), otorrinolaringológicos (la falta de gusto o la falta de olfato, dolor de garganta o dificultad para tragar, congestión en la nariz), pueden tener diabetes por primera vez durante la internación, cardiovasculares (infartos, pacientes que antes no eran hipertensos y ahora quedan, tener miocarditis, secuelas como palpitaciones, taquicardia).
También síntomas osteomusculares (dolores en las articulaciones, en los músculos, debilidad muscular), digestivos (dolores abdominales o cuadros gastrointestinales como náuseas, vómitos, diarreas), renales, sobre todo en los pacientes con factores de riesgos o antecedentes y neurológicos (niebla mental o accidentes cerebrovasculares o dolores de cabeza durante un tiempo, problemas para caminar), entre otros.
La importancia de los controles
"En la guardia hay muchísimas consultas. Al control van muchos pacientes que nunca los internaron pero persisten con los síntomas y esta persistencia de los síntomas no tiene mucha relación con la gravedad de la enfermedad. Quizás uno que no se internó está ahora con astenia, dolor de cabeza o tos durante tres meses", contó Zeballos.
"Está la conciencia del paciente y también que hay muchos seguimientos telefónicos. Me he encontrado con muchos pacientes que han ido a la consulta y no han tenido la consulta telefónica. Otro grupo sí tuvo el seguimiento por un médico que le hizo los pedidos para ir a especialistas. Depende de la información que tenga el paciente, porque se habla poco de los recuperados y no hay difusión con respecto a los seguimientos", relató Eibar.