La sobrecarga sensorial puede derivar en crisis severas en los chicos con autismo. La Policia en general no tiene conocimiento de cómo tratarlos.
Una policía de CABA quiso "calmar" a un niño con autismo a los gritos
Las personas con autismo, y sobre todo los niños, tienen dificultades para relacionarse socialmente, y si ya de por sí está mal que una persona cualquiera le grite a un niño, peor es si se trata de uno con autismo.
Ayer, la periodista Carolina Villalba, subió a sus redes un video que mostraba cómo una mujer policía de la Ciudad de Buenos Aires le gritaba a un chico exigiéndole que "se tranquilizara". El chico tiene autismo y su reacción fue la contraria, ante la amenaza de la mujer policía, entró en crisis y comenzó a defenderse a las patadas y golpes. La policía seguía gritándole aunque la madre le explicaba que el chico tiene autismo.
"Bueno, pero me está pegando", fue la respuesta de la agente al saber que el niño padecía esa condición.
"Una de las cosas que hay que entender es que las personas que se ubican dentro del espectro autista tienen dificultades en torno a la decodificación de códigos sociales. Por lo tanto, muchas están aprendiendo a moverse en el mundo y necesitan acompañamiento porque la vía pública no tiene una accesibilidad universal", explicó a La Nación, Matías Cadaveira, psicólogo especializado en autismo (UBA).
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"La sobrecarga sensorial que enfrentan es inmensa. Por ejemplo, en el transporte, tenemos alarmas en los subtes, bocinas cuando se van a cerrar las puertas, etc. Y ellos van acumulando esta sobrecarga a diario: en la escuela cuando son chicos, más todo lo que se le exige dentro del entorno familiar, más las terapias que realizan, más la vía pública", enumeró Cadaveira.
Por eso, esa sobrecarga puede llevar a situaciones donde el niño entra en crisis y el desconocimiento sobre los Trastornos del Espectro Autista empeoran la situación.
Por eso el psicólogo explicó qué se puede hacer:
"Primero no hay que juzgar y dar espacio a la posibilidad de que esa persona tenga una discapacidad o algún tipo de condición por la que requiere de la ayuda de los demás" dijo.
Luego señaló que hay que acercarse con conciencia y respeto, y preguntar si necesita ayuda. Hablar con lenguaje sencillo y accesible, ponerse a la altura de la otra persona (si es un niño, agacharse) e intentar no hablar demasiado, ofreciendo un espacio seguro y calmo, sin estímulos excesivos.
Es muy importante evitar el contacto físico, ya que las personas con autismo no toleran que los toquen.
"Lamentablemente, muchas veces, las personas que tienen que cuidarnos, como la policía, no cuentan con el conocimiento suficiente para enfrentar estas situaciones. En otros países, se han dado casos en los que los oficiales terminan disparándole a personas con autismo que claramente se encontraban atravesando una crisis", se lamentó Cadaveira.
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