Se trata del Cono de Arita, una enigmática figura queda a 1738 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y, a más de 3500 metros sobre el nivel del mar.
La impactante pirámide argentina que parece un paisaje de otro planeta
Argentina es un país de paisajes tan diversos como sorprendentes. Desde la selva misionera hasta los glaciares de la Patagonia, cada región guarda joyas naturales que invitan a ser descubiertas.
Entre ellas, en la Puna salteña, se encuentra una de las formaciones más enigmáticas y fotogénicas del país: el Cono de Arita.
Situado en el extremo sur del Salar de Arizaro, el tercer salar más grande del mundo con una extensión de aproximadamente 1.600 km², el Cono de Arita se alza con una simetría casi perfecta, recordando a una pirámide esculpida por la naturaleza.
Este enigma geológico, que alcanza los 3.690 metros sobre el nivel del mar, ha sido objeto de numerosas leyendas y estudios científicos.
El nombre "Arita" proviene del aymara y significa "filoso" o "punzante", una descripción que encaja a la perfección con su apariencia cónica. Durante décadas, su origen fue motivo de especulación, ya que su forma perfecta llevó a algunos a creer que se trataba de una construcción humana.
Sin embargo, estudios geológicos han confirmado que es una formación natural, posiblemente el vestigio de un volcán que nunca llegó a hacer erupción.
Ver también: Jueves fresco y ventoso en Mendoza
El Cono de Arita no solo sorprende por su peculiar fisonomía, sino también por su valor histórico y cultural. Se cree que fue utilizado como centro ceremonial por culturas preincaicas, lo que añade un componente de misticismo a su ya enigmática presencia. Hoy, es un destino obligado para quienes buscan experiencias auténticas en plena naturaleza.
Para llegar a este rincón escondido del noroeste argentino, se debe partir desde la ciudad de Salta y recorrer aproximadamente 433 kilómetros hacia el oeste.
El trayecto, de al menos ocho horas de duración, es una aventura en sí mismo, atravesando paisajes de montañas, quebradas y salares. Desde Salta, se toma la Ruta Nacional 51 hasta San Antonio de los Cobres, para luego continuar por la Ruta Provincial 27 hasta Tolar Grande, un pintoresco pueblo andino que sirve como base para explorar la región.
El tramo final del recorrido, de aproximadamente 85 kilómetros desde Tolar Grande, es el más desafiante. La travesía por el Salar de Arizaro requiere un vehículo 4x4 debido a las condiciones del terreno.
Es altamente recomendable contar con la asistencia de un guía experimentado, ya que el desierto de altura puede presentar dificultades para quienes no estén acostumbrados a este tipo de geografía extrema.
Ver también: Las ciudades con el peor aire están en Chile: ¿y Mendoza?
Para los viajeros que optan por transporte público, existen servicios de colectivos que conectan Salta con San Antonio de los Cobres y, desde allí, con Tolar Grande. No obstante, la frecuencia es limitada y es fundamental planificar el viaje con antelación. Desde Tolar Grande, también es posible contratar excursiones locales para visitar el Cono de Arita.
Algunas recomendaciones esenciales para visitar este mágico destino incluyen llevar suficiente agua, alimentos, combustible y equipo de emergencia, ya que los servicios en la zona son escasos. Además, es importante estar preparado para la altura y los cambios bruscos de temperatura típicos de la Puna.
Visitar el Cono de Arita es una experiencia única, donde el silencio del desierto y la inmensidad del salar crean una atmósfera que transporta a otra dimensión. Un destino que, sin duda, deja una huella imborrable en cada viajero que se aventura a descubrirlo.
Ver también: Atención viajeros: este fin de semana cambia la hora en Chile