Pedro Molina, el club que "recuperó su memoria" en tiempos de crisis

Este histórico club de barrio de Guaymallén rescató un valioso espacio cultural para todos los vecinos de la comunidad. Alejandro Bunsters, presidente de la institución, conversó con el Post para compartir detalles sobre este gran desafío.

Pedro Molina, el club que "recuperó su memoria" en tiempos de crisis

Por:Deborah Puebla
Periodista

Un club de barrio que había permanecido "dormido" durante un tiempo ha comenzado a despertar. Su esencia, atrapada en el silencio de los años, resurge de sus cimientos, impulsando el crecimiento de una importante e histórica institución de Mendoza.

El Club Social y Deportivo Juventud Pedro Molina, ubicado en calle Matienzo 2073, de Guaymallén, está en un proceso de recuperación de su memoria y su legado. Un grupo de vecinos, con la pasión que solo puede surgir de la nostalgia, se unió para reconstruir no solo el espacio físico, sino también el espíritu que lo fundó.

Juntos, han revivido las tradiciones que lo hicieron vibrar. La magia de este lugar no radica solo en sus instalaciones, sino en la comunidad que lo abraza. Al reencontrarse con sus raíces, el club ha renacido como un símbolo de unidad y pertenencia.

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En este contexto, el Post dialogó con Alejandro Bunsters, presidente del club. A través de sus palabras, buscamos comprender cómo enfrenta los desafíos que surgen en el camino hacia el fortalecimiento y la continuidad de esta emblemática institución, que representa no solo un equipo, sino un legado de esfuerzo y dedicación para toda una comunidad.

"El club se fundó el 7 de agosto de 1931, a partir de la fusión de dos clubes de jóvenes que se reunían para jugar al fútbol. En sus inicios, el club comenzó a funcionar en la calle Pedro Molina, que en aquel entonces no era aún el distrito Pedro Molina. Como sucedía en esa época, los chicos se juntaban, formaban sus equipos y, a su vez, comenzaban a establecer sus propios clubes", expresó Bunsters.

Y agregó: "Contamos con más de 200 socios. Las principales actividades que ofrecemos incluyen básquet, futsal, tenis de mesa, voleibol femenino, karate y ajedrez. Además, tenemos algunas actividades complementarias, como folclore, aunque estas no son gestionadas directamente por el club. También hay dos murgas que utilizan nuestro espacio". 

Recuperar la memoria

Alejandro Bunsters asumió sus funciones en pandemia en el club y así lo recordó:  "Asumí la presidencia el 13 de marzo de 2020, justo cuando comenzó la pandemia. Tenía cierta experiencia en el ámbito de los clubes, pero nunca había estado al frente de uno. Esta situación presentó tanto desafíos como oportunidades. La pandemia nos brindó una oportunidad para reflexionar sobre el futuro del club. Con tiempo de sobra, comenzamos a reunirnos por zoom, lo que nos permitió pensar en estrategias y en cómo mejorar nuestra presencia en redes sociales. Así, pudimos desarrollar un plan estratégico que sentó las bases para el crecimiento del club". 

"Antes de esto, enfrentábamos una situación de abandono y carencia de infraestructura. En cuanto a actividades deportivas, solo contábamos con básquet y tenis de mesa, y el voley apenas comenzaba como un alquiler para un grupo de chicas. Poco a poco, formalizamos y organizamos las diversas disciplinas, lo que nos permitió expandir nuestra oferta deportiva. Ahora, en básquet, hemos logrado contar con todas las categorías, incluyendo la primera", manifestó. 

 "Se agregó el futsal gracias a la construcción de una cancha en un espacio vacío que teníamos. Ahora, el futsal está en pleno funcionamiento. También iniciamos la construcción de un quincho, lo que nos llevó a reflexionar sobre la historia del club y su propósito original. Queremos que el club esté abierto y al servicio de la comunidad. Por ejemplo, en las mañanas, utilizamos un espacio para la Escuela Técnica de San José y también para clases de gimnasia. Se realizan reuniones de vecinos, algo que el club solía hacer de manera efectiva en el pasado. Sin embargo, el club estuvo casi 40 años en desuso, dormido. Ahora, el Club Pedro Molina ha sido recuperado. Este proceso comenzó en 2010, cuando se trabajó en la regularización de la personería jurídica y se formó una nueva comisión para revitalizar la institución", indicó Alejandro Bunsters.

Papeles en regla

Es una tarea esencial de cualquier comisión regularizar la documentación para poder acceder a subsidios. "La comisión logró varios objetivos, entre ellos la organización de los papeles jurídicos y la obtención de la personería jurídica. Sin embargo, no se avanzó más debido a retrasos en la presentación de algunos balances y documentos. Nosotros hemos trabajado para regularizar todos esos papeles, lo cual es fundamental, ya que nos permite solicitar subsidios al Estado, ya sea a nivel provincial, municipal o nacional. Gracias a tener la personería jurídica al día, hemos podido acceder a subsidios de distintas instancias, lo que ha sido de gran ayuda para el club", detalló Alejandro Bunsters.

"Esto ha sido un desafío diario, pero estamos trabajando para regularizar esta situación, lo cual es fundamental para la sostenibilidad de la organización. La cuota social es la base de cualquier club, y nos esforzamos por mantener este aspecto en funcionamiento. Además, mantenemos nuestras puertas abiertas para todos", enfatizó. 

La impronta de lo cultural 

"Contamos con un salón que hemos recuperado en su totalidad. Originalmente, tenía una pared de adobe, pero gracias a subsidios, hemos podido renovarlo. Actualmente, tenemos un grupo de teatro trabajando en el club, lo que nos permitió establecer contacto con el Instituto Nacional de Teatro y obtener fondos para mejorar el escenario. Este escenario tiene un significado especial en nuestra historia, ya que en él han actuado artistas como Tejada Gómez y Mercedes Sosa. La parte cultural del club ha sido reflotada y revitalizada", contó emocionado Alejandro Bunsters. 

"Además de ser un espacio para el teatro, el salón nos permite alquilarlo para eventos musicales y celebraciones como cumpleaños, lo que contribuye a nuestra sostenibilidad. Esta dimensión cultural es fundamental para mantener el club activo en la actualidad", destacó el presidente del Club Pedro Molina

El gran desafío de pagar los servicios

Sobre el final de la nota, Alejandro Bunsters repasó los desafíos que enfrentan para abonar los servicios básicos y así mantener al club. "Pasamos de pagar entre 100 mil en marzo a 400.000 pesos. Este aumento ha sido significativo y, aunque hemos tratado de resolverlo, a veces hay que buscar alternativas. Además, los costos de los deportes se han vuelto elevados. Cuando compites en federaciones, los gastos se incrementan: los árbitros son caros y las inscripciones de los equipos también. En el caso del básquet, hay planilleros, y una tira de básquet -que abarca desde Mosquito hasta U19- puede costar más de 150.000 pesos por fin de semana. Todo esto se ha podido manejar gracias a la organización de los padres y las subcomisiones del club.

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