Muchos de los mendocinos podrían recorrerlo con los ojos cerrados. No obstante, hay hitos que suelen pasar casi inadvertidos.
Los secretos mejor expuestos del Parque San Martín
El Parque General San Martín fue creado en 1896 y se lo llamó "Parque del Oeste" durante muchos años. Tiene 394 hectáreas de bosque y es el paseo por excelencia de los mendocinos, el "gran pulmón verde" de la provincia. Su extensión lo transforma en el parque artificial más grande de América del Sur.
Muchos de los mendocinos podrían recorrerlo con los ojos cerrados. No obstante, hay hitos que suelen pasar casi inadvertidos. Nos referimos al origen de las esculturas y otros objetos artísticos, que tienen su lugar en el espacio verde de Mendoza.
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Fuente los continentes o Fuente del vino: Adquirida en París y emplazada en el corazón del Parque en 1911, fue realizada por la firma Duval D'Osne. Su autor, Mathurin Moreau, estuvo inspirado en la fuente de los Cuatro Continentes de los Jardines de Luxemburgo. Hecha totalmente de hierro representa solo a 4 continentes, América, África, Asia y Europa, porque en esa época Oceanía era parte de Asia.
El espejo de agua tiene un diámetro de casi 20 metros, hay 4 sirenas (Nereidas) sumergidas en el agua hasta las rodillas y que, en lugar de cola de pez, tienen 2 piernas en forma de cola, y sostenen caracoles.
En el centro hay 4 figuras, 2 figuras femeninas y 2 masculinas. Más arriba hay 4 niños vestidos de acuerdo al continente: África está casi desnudo, el de Europa, con ropa griega; el de Asia, vestido como un mongol, y el Americano, como indígena.
En el punto más alto de la fuente, a 9,60 m, se encuentra un surtidor que esparce agua. En 1950 esta fuente "destiló" agua con colorante y por un tiempo solía llamarse la Fuente del Vino.
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La Pureza: Hecha en mármol de Carrara por el escultor Florentino Belli de Florencia, La Pureza, ubicada en el Rosedal, fue adquirida en Casa Harrods en 1923. Su base es un estanque en forma de valva. Una figura femenina inclinada derrama el contenido de un jarro.
Diana y Endimión: Obra del francés Ernesto Damé, fue donada por la familia Day y se ubicó inicialmente en la rotonda Monseñor Orzali, para luego trasladarla a Av. Los Olmos y Av. Los Robles. Presenta líneas de estilo academista y clasicista, con un poco de art nouveau. Está emplazada en la rotonda del Rosedal. Endimión duerme sobre una nube con un rostro "michelagiolesco" de triste gesto.
Diana tiene un vuelo diagonal y ascendente, extiende sus brazos y sostiene un velo, su rostro se vuelve atrás para contemplar a Endimión. Proveniente de la mitología griega, hay tres leyendas sobre Diana y Endimión y todas simbolizan el sueño a través de la figura masculina que por su belleza logra enamorar a Diana.
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Monumento a Matienzo: Obra de los cordobeses Bazzino Barros y Héctor Valazza, también está ubicada frente al Rosedal. Rinde homenaje al aviador tucumano Benjamín Matienzo en su intento de volar sobre la cordillera de los Andes, el 28 de mayo de 1919, partiendo del Aeródromo El Plumerillo para llegar a Chile con el fin de entregar un mensaje solidario desde Argentina aprovechando el festejo de un nuevo aniversario patrio.
Lo acompañaban Pedro Zanni y Antonio Parodi, que regresaron por cuestiones climáticas, pero Matienzo decide continuar. Se vio obligado a aterrizar a 4.500 metros y caminó hacia Las Cuevas. Muere congelado a 70 metros de un refugio de una mina de cobre oculta a su vista. Su cuerpo es hallado cinco meses después en el cerro Tolosa. El monumento mide 6 metros, su base es de piedra y cemento -inspirada en el cerro Tolosa- y la estatua es de bronce.
Escultura de San Francisco de Asís: La obra de la mendocina Beatriz Capra rinde homenaje al patrono de la ecología. Fue inaugurada en 1997 y se ubica frente a la rotonda del Monseñor Orzali.
Figuras lampadarias: La figura se encuentra sobre una media luna y una nube, el brazo derecho extendido eleva una lámpara y el izquierdo se pliega sobre el cuerpo y sobre sí mismo. Presenta líneas de estilo art nouveau. Su única función es ornamental, brindando sensación de ligereza, movimiento y despegue del suelo. Se encuentran dos, una en la Isla de los Enamorados y otra en la entrada del Rosedal.
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Busto de Agustín Álvarez: Fallecido en 1914, padre de Raúl Álvarez, era filósofo, escritor, literato y sociólogo. Obra del escultor S. Costa, ubicada debajo de un roble. Fue emplazada en 1924, realizada en bronce sobre un pedestal de piedra labrada. Álvarez mira al norte, con los brazos cruzados, y sostiene un libro con la mano izquierda.
Bacante y Sátiro: Instalada en 2008 en la intersección de las pérgolas del Rosedal, de autor desconocido, alude a las bacantes y sátiros que formaban el cortejo de Baco, dios del vino, y representan las fuerzas desatadas de la naturaleza salvaje.
Las bacantes son mujeres adeptas a los ritos dionisíacos y simbolizaban el alma ebria, poseída por una divinidad enloquecedora y enajenada a los impulsos de la danza. Los sátiros, seres mitad humanos y mitad caprinos, evocan aspectos de licencia sexual y se representan acechando o persiguiendo ninfas.
Joven de los huesillos: Colocada en la primera mitad del siglo XX, de la Fundación Francesa de Antoine Durenne Paseo del Rosedal, representa a una joven púber absorta en el juego del astrágalo, que se practicaba con pequeños huesos, concretamente el carpo de las patas delanteras del carnero.
En el ámbito local ha sido erróneamente identificada como El niño, debido a que no se ha advertido que se trata de una figura femenina.
Es una copia de esculturas célebres formando parte de un conjunto de obras provenientes de la estatuaria griega y romana presentes en los principales museos de Europa.
A los capitanes del Ejercito de los Andes: De autor desconocido, el monolito está emplazado en Av. El Libertador, pasando la rotonda ubicada en la intersección de Av. San Francisco de Asis y Monseñor Orzali, en el camino de llegada al Cerro de la Gloria.
Dedicada a los Capitanes del Ejercito de los Andes Bernardo O'Higgins, Miguel E. Soler, Gregorio de Las Heras, José Zapiola, Rudecindo Alvarado, Pedro Conde, Ambrosio Cramer y Pedro Regalado de la Plaza.
El 12 febrero de 1967 se cumplió el sesquicentenario de la Batalla de Chacabuco y se levantó un monolito conmemorativo dedicado A los capitanes del Ejército de los Andes. La fecha fue celebrada en Argentina y Chile.
En esta batalla se enfrentaron el ejército de los Andes, comandado por el general José de San Martín, y el ejército Realista, en la cuesta de Chacabuco.
A lo largo de la Av. El Libertador, se colocaron monumentales rocas jalonando el camino hasta el Cerro de la Gloria con los nombres de los capitanes grabados en sus caras, de las cuales se conservan algunas.
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