El concepto optimización busca una reducción de los gastos, tanto en los propios insumos como en los gastos asociados al desplazamiento al campo y o los gastos de la maquinaria.
Optimización de la eficiencia agrícola con la tecnología de tasa variable
En los últimos años, la agricultura está sufriendo un proceso de transformación radical. Entre los objetivos de este cambio están el incremento de la producción de alimentos y la ansiada sostenibilidad. Por extraño que parezca, la agricultura tradicional es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero; asimismo, también es una de las actividades más contaminantes, debido al uso indiscriminado de productos químicos que acaban en las masas de agua cercanas. Para corregir estos problemas, la adopción de tecnología de tasa variable y software agrícola especializado es indispensable.
Beneficios de la tecnología de tasa variable
Un campo es un lugar heterogéneo, pues las condiciones del suelo y el crecimiento de las plantas varían de un punto a otro, incluso si están separados por apenas unos pocos metros. En este contexto, aplicar la misma cantidad de insumos en una planta con algún tipo de déficit que en otra cuyas condiciones son ideales no solo no es positivo para la productividad del campo, también puede generar problemas adicionales.
El uso de tecnología de tasa variable supone una ayuda inestimable para corregir este problema. El concepto optimización no viene solo por la idea de conseguir el máximo rendimiento posible, que beneficia a los agricultores al incrementar sus ganancias al final de la temporada, también busca una reducción de los gastos, tanto en los propios insumos como en los gastos asociados al desplazamiento al campo y o los gastos de la maquinaria. Asimismo, también se logra un trabajo más eficiente, sin perder tiempo en tareas innecesarias.
Al utilizar software agrícola, en combinación con esta tecnología, se logra una toma de decisiones más efectiva y sencilla, basada en datos objetivos y no en conjeturas. Solo de esta forma es posible lograr el máximo potencial en la explotación agrícola.
Aplicaciones de la tecnología de tasa variable
Como se mencionaba anteriormente, el uso de la tecnología de tasa variable, combinada con el correspondiente software para la agricultura encargado de la gestión y creación de mapas VRA, está enfocada especialmente a dar un buen uso de los insumos necesarios en la agricultura. El uso más habitual de esta tecnología es con la fertilización. La aplicación de tasa variable de nutrientes necesarios para las plantas y presentes en el suelo, como nitrógeno, potasio, fósforo, calcio, azufre, etc. puede variar significativamente en función del tipo de suelo, las plantas cultivadas o la ubicación. La aplicación de fertilizantes en diferentes formatos, como líquidos, granulados, en polvo o estiércol, en la dosis adecuada aumentará la productividad general del campo.
De igual modo que los fertilizantes, el agua es un componente clave para las plantas. La mayoría de los campos presentan ciertas irregularidades debido a la topografía, por lo que un riego indiscriminado puede acabar formando pequeños charcos o zonas con agua estancada, algo que repercute de forma negativa en la salud de las plantas y su productividad. Tampoco es extraño que alguna parte de los campos colinde con carreteras, arroyos y otros elementos donde no es necesario regar. Así pues, el riego con caudal variable es una excelente opción para suministrar el agua por el campo en la cantidad que cada zona necesita, tanto con sistemas de pivote central como otros de riego directo directamente en la zona radicular.
La siembra también es una actividad sujeta a prescripciones donde la cantidad no es uniforme. La siembra dispersa, lanzando semillas a la tierra con las manos o por medio de maquinaria, suele acarrear problemas, con zonas con demasiada densidad de plantas y otras donde es escasa y donde el viento puede acabar desplazando muchas de ellas. La siembra de tasa variable permite optimizar espacialmente las semillas, de modo que haya el espacio suficiente entre las plantas y no tengan que competir entre ellas por los recursos, como la luz solar, la humedad del suelo o los nutrientes.
Por último, y aunque se desaconseja su uso siempre que sea posible, la tecnología de tasa variable presente en el software usado en agricultura también es útil para la aplicación de productos químicos de protección contra plagas y enfermedades. Las plagas y enfermedades no afectan de forma lineal a todo el campo, por lo que la pulverización de estos elementos debe realizarse de forma adecuada, tanto para acabar con el problema en cuestión como para evitar la contaminación de los recursos medioambientales cercanos.
El futuro de la tecnología de tasa variable
Aunque la tecnología de tasa variable es ya una realidad en muchas zonas del planeta, su aplicación no está exenta de ciertos desafíos. Si bien el coste de la tecnología no es tan elevado como otras herramientas, para los agricultores más modestos puede suponer un desembolso importante. Asimismo, la curva de aprendizaje para aquellos no familiarizados con la tecnología en general puede suponer un obstáculo difícil de salvar.
A pesar de estas dificultades, el futuro de esta tecnología es prometedor. Por un lado, los avances tecnológicos facilitarán la adopción al hacer que el coste de los dispositivos sea mucho más asequible. Por otro lado, el uso de esta tecnología de forma continuada por parte de los agricultores ayudará a los desarrolladores a generar datos aún más precisos y fáciles de interpretar, permitiendo que incluso aquellos con menos nivel tecnológico puedan sacar partido a esta tecnología. Solo de este modo se puede optimizar el uso de los recursos, mejorar el rendimiento y promover la sostenibilidad.