El descubrimiento fue realizado por científicos del CONICET y de la Universidad Austral de Chile. Lo encontraron en el Valle de Uco y por eso lo nombraron "Ctenomys uco".
Descubrieron una nueva especie de roedor en Mendoza
"Ctenomys uco" es el nombre de una nueva especie de roedor tuco-tuco descubierta por especialistas del CONICET y la Universidad Austral de Chile (UACh). El animal fue denominado de esa manera porque fue hallado en el Valle de Uco. En este sentido, se comprobó que tiene al menos dos poblaciones: una en Tupungato y otra en Tunuyán.
"Dentro de la gran biodiversidad que posee el Valle de Uco, podemos encontrar diferentes especies de mamíferos y entre ellas a los roedores del género Ctenomys, conocidos como tuco-tucos. Se trata de animales de hábitos subterráneos y cuya distribución se encuentra restringida al cono sur de Sudamérica, es decir, no existen en otro lugar del mundo. Además, son de los roedores más diversos que existen y hasta el momento se han descrito sesenta y nueve especies, todas dentro de este género", dice Raquel Alvarado-Larios, becaria doctoral del CONICET en el Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (IADIZA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mza.)
Ella fue una de las autoras del trabajo publicado en Vertebrate Zoology junto a especialistas de la Unidad Ejecutora Miguel Lillo (UEL, CONICET-Fundación Miguel Lillo), el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" y la UACh.
Cómo fue el descubrimiento
El hallazgo fue posible gracias a estudios previos que habían identificado un linaje diferente en esta zona, que no había sido descrito ni nombrado propiamente. Durante el otoño de 2023, el equipo científico realizó campañas de campo para estudiar los animales, medir sus cráneos y realizarles estudios genéticos y moleculares. Con los datos recolectados, y luego de compararlos con otras especies, ya descritas en la bibliografía, lograron comprobar que se trataba de una especie nueva, no conocida por la ciencia.
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En una primera instancia, se constató que la nueva especie tenía, al menos, dos poblaciones: una en Tupungato y otra en Tunuyán. La primera de ellas fue encontrada en zonas de producción vitivinícola (Finca Caicayén II de Chandon y Terrazas de los Andes) y la segunda en la zona montañosa conocida como "Cajón de Arenales" en Tunuyán. Posteriormente, en la primavera de 2023, en otro viñedo limítrofe con Tupungato (Finca Agrelo de Bodega Argento en Luján de Cuyo), se encontró otra población de esta misma especie.
"Es destacable el papel que cumplen los tuco-tucos en los viñedos, principalmente en aquellos que tienen producción orgánica, ya que, al tener mayor cantidad de especies herbáceas propias del lugar, entre las hileras del cultivo, los tuco-tucos aprovechan para alimentarse de las mismas y, a la vez, airean el suelo, aumentando su permeabilidad y ayudando a que los cultivos accedan al agua de manera más eficiente", comenta la científica.
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A pesar de la gran diversidad de especies, los tuco-tucos enfrentan diversos problemas de conservación, ya que sus hábitos son poco conocidos y, en muchos casos, viven en ambientes que están amenazados, ya sea por las consecuencias del cambio climático o porque tienen fuerte actividad humana. Por este motivo, es importante la identificación de poblaciones para focalizar adecuadamente los esfuerzos de conservación en aquellas que podrían presentar algún grado de amenaza.
"Realizar investigaciones que aportan este tipo de descubrimientos permite dirigir los esfuerzos de conservación para estas especies y estudiar mejor a sus poblaciones, así como proponer un manejo adecuado para emprendimientos gestionados por el ser humano en la región", cierra la científica.