Un fiscal investigará los 14 fallecimientos producidos en un geriátrico a cargo de un polémico sacerdote de San Rafael. Cómo apareció el brote. Por qué no los vacunaron. ¿Quién tiene la culpa?
Muertes en el geriátrico: Dudas, mentiras y una investigación penal
Catorce adultos mayores murieron, doce de ellos de coronavirus, en el hogar de la fundación "San Luis Gonzaga" de Monte Comán, en San Rafael. Las muertes se produjeron en un puñado de días. Pese a que la población de los geriátricos de Mendoza fue de las primeras en ser vacunadas, en este instituto ninguno de los adultos mayores estaba inmunizado contra el Covid-19 ni con una primera dosis. Hubo un largo proceso de dilaciones y demoras que incluyó la gestión de "autorizaciones" de dudosa necesidad, y la aplicación presumiblemente inoportuna de la vacuna contra la gripe, cuando ya estaban reservadas y listas las dosis de Sinopharm para 27 internos y 17 personas del Hogar, incluido el recurso humano. Esas vacunas nunca salieron del vacunatorio. El hogar es un instituto privado del sacerdote sancionado Fernando "Padre" Yáñez, y estuvo fuera de la órbita del ministerio de Salud de la Provincia hasta el año pasado. Sencillamente, no sabían de su existencia, admitió una fuente. Así es como ocurre con muchos establecimientos de este tipo que salen a la luz cuando hay alguna denuncia aunque en este caso habría una habilitación municipal. Desde entonces comenzó un proceso de regularización sanitaria que aún no está terminado. "No lo cerramos, porque no podemos perder de vista que cumplen una función social" dijo un informante. En este lugar se produjeron las muertes que serán investigadas por el titular de la Segunda Fiscalía de San Rafael, Javier Giaroli. Hasta allí, la información cruda que dimos a conocer en la noche del jueves a través de un reporte de este diario, más el inicio de una causa penal.
A medida que pasaron las horas desde que se conoció el caso, comenzaron a aparecer algunas precisiones que generan dudas respecto del manejo de las vacunas a la población de este geriátrico en particular, y al método con el que administra las dosis el Ministerio de Salud con este tipo de instituciones. En San Rafael, pocas semanas atrás, ya existió el caso del "vacunatorio trucho" en un geriátrico y hay varias personas imputadas.
Las aclaraciones del "padre" Yáñez no ayudan a comprender qué pasó. El ex cura es una persona complicada a la hora de declarar. Inasible. Ayer lo entrevistamos en nuestro programa Te Digo lo Que Pienso. Tendríamos razones para creer que Yáñez habría ocultado alguna información o probablemente mentido durante la entrevista. Y algunas de las explicaciones que dio fueron incomprensibles. Yáñez fue sancionado años atrás por el obispo de San Rafael Eduardo Tausig a causa de reiteradas desobediencias. Hace tiempo que fue separado del clero, determinación que el año pasado fue ratificada por el Vaticano. Yáñez es considerado un ultra conservador ubicado en las antípodas del papa Francisco. No puede hacer ninguna celebración religiosa pública ni privada, aunque sigue siendo sacerdote. Desde 2013 hasta 2019 estuvo involucrado en un caso de presunto abuso, luego de difundirse unos audios escandalosos del propio sacerdote con un par de muchachos de otro hogar que manejaba, que le recriminaban un hecho de índole sexual. Pero en 2019 fue absuelto.
Yáñez no es claro para hablar y sus argumentos no inspiran confianza. Aun así, regentea un instituto de adultos mayores con dinero de una fundación que habría levantado con la herencia de su propio padre. Entre las muchas afirmaciones que hizo en nuestro programa, dijo que a los internos "les habían negado camas" en los hospitales locales, o que los residentes pudieron haber fallecido "por la vacuna de la gripe" y que eso "se lo dijeron los médicos". Sin embargo, la afirmación más turbia que habría hecho Yáñez cuando lo entrevistamos, fue que "el ministerio de Salud estaba al tanto de cada cosa que ocurría y de todas las muertes". Fuentes del gobierno informaron al Post que en realidad, tenían registrados cuatro fallecimientos desde el inicio del brote hasta el viernes 18. Y que las otras diez muertes no fueron informadas sino hasta el miércoles. El jueves falleció el último, de momento. Finalmente, ayer al mediodía y luego de haber verificado el estado de salud de los sobrevivientes (no cabe otro término), Salud informó que los muertos por Covid en el geriátrico del "Padre" Yáñez fueron doce, y que otros dos residentes habían muerto por otras patologías. Esos dos pacientes habrían dado negativo en los test rápidos de coronavirus.
Qué se sabe hasta ahora
El ministerio de Salud de la provincia decidió "tercerizar" la vacunación geriátrica contra el coronavirus a los propios hogares de ancianos y sus responsables médicos. Varias complejidades en el manejo de pacientes adultos muy mayores -los fallecidos en el hogar del cura tendrían todos más de 85 años- determinaron esta metodología. "Es un sistema muy fiscalizado. Nosotros entregamos las vacunas nominalmente, con nombre y apellido de cada paciente que se vacuna, y por cada uno se hace una declaración jurada de la vacunación" explicó a este diario un funcionario de Salud. El caso del "vacunatorio clandestino" en otro geriátrico también en San Rafael, y ahora estas muertes de adultos mayores sin vacunar, cuestionan por sí mismas esta metodología. De hecho, la municipalidad conducida por el peronista Emir Félix vendría pidiendo desde hace tiempo que el ministerio les ceda el operativo de vacunación en los geriátricos. "Hoy, por esto, no sabemos qué abuelos están vacunados" dijo una fuente municipal.
Lo cierto es que la vacunación de los residentes en el hogar que el cura Yáñez regentea en Monte Comán se fue complicando de a poco.
De acuerdo a la información que este diario pudo recoger en fuentes oficiales relacionadas al caso, más algunas de las afirmaciones del propio cura, podríamos ensayar una aproximación a lo ocurrido.
A mediados de febrero, unos cinco meses atrás, la delegación sur del ministerio de Salud que conduce el médico Abel Freidemberg, ya habría contado con la lista (completa, nombres y apellidos) de residentes y personal que debía inmunizarse. En el mismo mes, cuando hubo un lote de vacunas disponibles, desde la Dirección de Inmunizaciones del Ministerio de Salud se habrían comunicado con el cura Yáñez para pedirle que retire las vacunas y las aplique a toda la población del hogar. Pero el sacerdote les habría dicho que no, porque "no contaba con las autorizaciones de los familiares". Lo mismo dijo en la entrevista que le hicimos ayer por la mañana. Tardó tres meses y semanas en conseguir los permisos, para 27 internos. Es extraño que a personas adultas se les requiera una "autorización". Diversas fuentes del sistema sanitario explicaron al Post que en el caso del hogar del cura, varios de los residentes "eran psiquiátricos", o "estaban demenciados" o "esquizofrénicos" y que no podrían decidir por sí mismos. No está claro si en ese caso, el médico titular y director técnico del hogar, un profesional de apellido Santamaría que ahora está internado por Covid al igual que su esposa, pudo haber firmado las autorizaciones. "Son pacientes muy especiales... y en ocasiones sus familiares no desean vacunarlos, aunque parezca increíble" dijo otra fuente. El 29 de abril a través de un comunicado oficial (consultar aquí) el ministerio de Salud informó que toda la población de geriátricos estaba inmunizada en el sur provincial. Pero el dato no era certero.
Finalmente, a principios de junio -casi medio año después de iniciado el trámite- estuvo todo listo para darles sus vacunas a los ancianos del hogar de la fundación San Luis Gonzaga. Pero antes, ya sea el cura Yáñez, el médico que ahora tiene Covid, o una médica voluntaria que estuvo atendiendo a los adultos mayores del hogar, tuvo la idea de darles la vacuna contra la gripe, por lo que hubo que esperar otros 14 días. Como esa inmunización está en el calendario obligatorio, no se pidió autorización alguna. Y el operativo con la Sinopharm se siguió demorando. Luego, fue tarde. En los primeros días de junio se detectó un caso de Covid. Fue un residente, y se hizo el hisopado a tres más con síntomas que primero dieron negativo y tres días después, positivo. En el hogar ya había un brote. Hasta el viernes 18 habían muerto cuatro pacientes. El ministerio estuvo informado y en esto coinciden la versión del cura Yáñez, y la de voceros de Salud. Allí se bifurcan las pistas que hay respecto de qué ocurrió. Yáñez se ofendió al aire mientras explicaba que, por supuesto, el ministerio estaba enterado día por día de cuanto ocurría. Sin embargo, fuentes oficiales dijeron al Post que las últimas diez muertes ocurridas entre el lunes y el miércoles, no habrían sido comunicadas, y que se encontraron con el hogar "explotado". Por eso mandaron un equipo de médicos y enfermeros miércoles y jueves al hospital a relevar la situación. Tampoco está claro por qué los ancianos no fueron trasladados a terapias intensivas para su mejor atención. Yáñez dijo al aire que fue porque "les negaron las camas porque son personas ancianas y enfermas" en el sistema de Salud de San Rafael, algo que el gobierno niega. "No es cierto... no quisieron internarlos y dijeron que los familiares se oponían..." dijo una fuente. Otra, lo ratificó. Y contó que en el geriátrico había dos concentradores de oxígeno, antibióticos, y diversos remedios. "Les administraron el tratamiento" dijo un informante. Yáñez también lo aseguró al aire. "Gastamos una fortuna en farmacia" se quejó.
La posición de la Dirección General Regional Sur del Ministerio de Salud que dirige Abel Freidemberg no luce cómoda. Llegaron al caso cuando los pacientes ya estaban incendiados. Aunque el funcionario explicó en los medios con los que habló, que se habían cumplido todos los protocolos y que los pacientes "estaban atendidos". El ministerio inició una investigación de tipo sumaria.
Ahora, el encargado de chequear todas estas versiones será el fiscal Javier Giaroli. Inició de oficio una causa por "averiguación de muerte". Se intentará establecer si hay relación entre la demora en tramitar los "permisos" y administrar las vacunas a los ancianos, y sus fallecimientos.
Entre todas las dudas, surgiría un dato llamativo. Yáñez nos dijo ayer que mucha gente vacunada "se moría". Puso el ejemplo de la muerte de Mauro Viale para sostener su argumento. Y aseguró que "los médicos" le habían dicho que los residentes pudieron morir por "la vacuna de la gripe". Así, el cura responsable del hogar donde demoraron cinco meses la vacunación de los internos que murieron, a su vez, no se habría vacunado. El cura Fernando Miguel Yáñez no figuraría hasta ahora en el sistema Nomivac. Seguro, el fiscal querrá preguntarle por qué. Aunque fuere, por curiosidad.
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Colaboró: Jorge Fernández Rojas.