La colación "blue" del CUC marcó el hartazgo de la sociedad con medidas a esta altura ridículas.
Mendoza, capital nacional anti cuarentena
Un grupo de padres y alumnos del Colegio Universitario Central, más unos pocos docentes, hicieron lo que muchos hubiésemos querido desde hace meses: decirle "No" al sistema que nos impone medidas sanitarias tan inútiles como ridículas, cuando la mayor parte de la economía local funciona desde hace meses. Comercio, industria, hoteles, turismo interno, gastronomía, oficinas públicas, actividades deportivas y culturales, supermercados y mayoristas, farmacias, y hasta los casinos trabajan aun con protocolos y distancia social. Fueron abriendo progresivamente desde abril y mayo hasta ahora. Sin embargo, la Universidad Nacional de Cuyo mantuvo la posición férrea y poco comprensible de impedir la colación de grados de los 5tos años de sus colegios, de modo presencial. Ningún reclamo pudo contra el muro de piedra de las autoridades universitarias.
Las familias recurrieron a la Legislatura, al gobierno, a los medios, y a la propia universidad. Y nada dio resultados. Finalmente fueron los padres en su mayoría comerciantes, empresarios, funcionarios, profesionales, y trabajadores, los que se cargaron el problema al hombro y junto a los chicos decidieron la rebelión. Así, este lunes hicieron una colación "paralela" prolija, con distancia social, uso de tapabocas, y cuidados sanitarios en el Teatro Plaza de Godoy Cruz. Pero no fue un acto frío. Algunos chicos no se veían desde el 13 de marzo. Hubo llanto, ovaciones, aplausos a rabiar. Como debe ser. Por eso, desde ahora, Mendoza es la capital nacional anti cuarentena.
La comunidad del CUC no quería armar un "velorio de Maradona", sino algo razonable.
Las cifras de coronavirus en el país con 1,5 millones de casos oficiales y probablemente 11 millones sin detectar -somos de los primeros países del mundo en muertos por millón de habitantes, y en infectados-demuestran que la política sanitaria de encierro total fue un error. Los contagios ocurrieron igual. Y ello pese a que hemos tenido -aun la sufrimos- una de las cuarentenas más estrictas del mundo según la medición del "Rastreador de respuestas guvernamentales de Oxford ante el Covid-19". Hoy sólo somos superados en rigidez por los países arrasados por la segunda ola.
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Es cierto que hay que mantener los cuidados personales, individuales y familiares. Es cierto que aquí proliferan las fiestas clandestinas que podrían producir un desastre. Es cierto que en la calle se nota el "relajo" y que hasta el gobernador Rodolfo Suarez está preocupado por ello. Es cierto que ya murieron 1.190 personas y que muy probablemente hubo hasta medio millón de infectados sin detectar en la provincia. Pero el encierro irrestricto no funciona. Lo que sirve es el cuidado, la distancia social, la higiene profusa de manos y el uso de tapaboca.
Ayer lunes, los chicos y los padres del CUC nos mostraron el camino.