Mariano Nadorowsky dijo que los chicos argentinos que terminan el secundario mayoritariamente pertenecen a clases sociales medias y altas.
Experto en educación explicó que "hoy la escuela pública no iguala"
Según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, de cada 100 chicos que empiezan primer grado en la Argentina, solo 53 están cursando el último año de la secundaria, 12 años después, en el tiempo teórico. A ese dato, se le suma uno nuevo que enciende más alarmas: solo el 16% termina la escuela a tiempo y con los conocimientos necesarios en las dos materiales principales, lengua y matemática.
Mariano Nadorowsky, de la Universidad Torcuato Di Tella y uno de los autores del informe, destacó que "la mayoría de los chicos que termina la educación secundaria pertenecen a clases medias o altas y alrededor de un 15% son pobres. Además, el 70 % de los que logran completar el nivel tienen madres con título universitario, es decir, son herederos de capital cultural y en el mismo porcentaje estudiaron en escuelas privadas".
En conversación con el programa Te digo lo que pienso que conduce Ricardo Montacuto por radio Nihuil, el profesional dijo que el dato es interesante "porque en el inicio de la escolaridad, hay un 30% de chicos que van a escuelas privadas y un 70% a públicas, pero en los jóvenes que terminan el secundario en tiempo y forma, los valores se invierten: 70% van a privadas y 30% a escuelas estatales. La radiografía es brutal", remarcó.
"Con nuestros informes le mostramos a la sociedad y a la clase política de que el sistema educativo está colapsado, pero no hay reacción".
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De todos modos, dijo que "hay algunos jóvenes de ingresos más bajos que completan el secundario (3 de 16), pero está claro que la escuela pública no iguala, reproduce o incluso aumenta las desigualdades de cuna. Esta radiografía es un paisaje brutal del fracaso del sistema educativo argentino, porque la educación pública debería igualar oportunidades".
Agregó que en la literatura académica internacional, está súper demostrado que el nivel educativo de la madre, explica mejor el destino educacional del chico, que el del padre. Pero es un tema técnico. "De todos modos, puede ser que algunos de esos tres chicos pobres sobre 16 que completan el secundario en tiempo y forma, puede ser que alguno tengan padres con universitario completo".
"Lo que mejor explica la situación, es la desigualdad de cuna, el nivel de ingresos".
"Los chicos de las escuelas privadas terminan mayoritariamente la escolaridad, porque los sectores de mayores recursos mandan a sus hijos a estas escuelas. No es un logro de las privadas. En la educación argentina, el resultado del ámbito privado es un poquito mejor que el de los colegios estatales. Hay que tener en cuenta que de los 16 que finalizan, no todos son ricos y eso tampoco es una buena noticia para ese sector. Los sectores de mayores recursos también tienen problemas para terminar la secundaria. Entonces, la situación de colapso es general, pero es más dramática cuanto más pobre es la población".
Nadorowsky resaltó que hay coincidencia de muchos actores políticos y sociales de la Argentina en que este sistema está colapsado y que hay que cambiarlo. "Hay datos que lo demuestran. Algunos por evaluaciones propias como Mendoza, Córdoba, y la Ciudad de Buenos Aires, y otros por olfato, como el de Grabois, que conoce los barrios populares. Pero por izquierda, por derecha, por oficialismo u oposición, ya es muy difícil negar lo que está pasando con la educación del país. Los especialistas en educación ya no sabemos qué hacer", se quejó.
"La política educativa, sobre todo nacional, deja mucho que desear. No de este gobierno, es un problema de formato. El problema que tenemos es que la constitución dice que la educación corresponde a las provincias, pero el tema es que las provincias tienen enormes problemas para organizar un sistema educativo. Y las diferencias de financiamiento en un chico formoseño y un chico fueguino es de 3 a 1 a favor del de Tierra del Fuego, incluso por nivel socioeconómico de ingresos de la población. Y la verdad es que el chico formoseño no tiene la culpa de haber nacido ahí".
Agregó que CABA tiene el porcentaje más alto de los que terminan en tiempo y forma, con un 33%, pero también tiene 67% que queda afuera. "Es el distrito más rico de la provincia. Estamos en problemas muy graves. Los alumnos de mayor nivel socioeconómico de Argentina, según las pruebas PISA, tienen un rendimiento equivalente a los alumnos de pero rendimiento de España".
Respecto a la carga horaria, el académico dijo que el tema tiempo no hay que encararlo de manera cuantitativa. "Es equivocado porque se termina forzando hacia una burocracia del tiempo, es decir, hacer de cuenta que vamos a tener 190 días de clases, pero cuando los contás concretamente, nunca son 190. Más que pensar en el tiempo, hay que pensar en resultados. Con las horas de clases que tienen, las escuelas tiene que explicitar a los alumnos y a sus familias objetivos claros de lo que se pretende".
"Hoy, no tenemos claro cuál debe ser el logro de los alumnos desde primer grado hasta el último año del secundario. Tenemos que saber qué es lo que tenemos que aprender", remarcó.
Por último, indicó que no le parece mala la idea del titular de la DGE Thomas de tomar lectura para poder determinar palabras por minuto. Algunos dirán, leen pero no entienden. Yo digo: bueno, pero primero que lean y que las familias tengan en claro que leer de corrido, es un valor en sí mismo. Hace falta mucho, pero fundamentalmente que la clase dirigente se ponga las pilas y empiece a descolapsar la educación", concluyó.
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