El vicerrector de la UNCuyo: "La educación es un valor de los argentinos"

 Este martes se llevó a cabo una histórica movilización en defensa de la educación pública, que incluyó marchas multitudinarias en todo el país, exigiendo mayor presupuesto para las universidades nacionales. En Mendoza, una multitud se movilizó de manera pacífica, sin ningún tipo de incidentes.

La columna partió desde el ingreso a la UNCuyo, desplazándose hacia plaza Independencia. Los datos proporcionados por el Ministerio de Seguridad indicaban la presencia de más de 40 mil personas que colmaron la plaza central de la Capital y también las calles aledañas. 

Ya en la plaza, se montó un escenario donde hablaron el vicerrector de la UNCuyo, Gabriel Fidel, Roxana Laciar y Melisa Farías, presidenta y secretaria general, respectivamente, de la Federación Universitaria de Cuyo,  Francisca Staiti y Noelia Naranjo, representantes del Frente Sindical, Guadalupe Funez, presidenta de la Federación de Estudiantes Secundarios.

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Luego, el vicerrector de la Universidad, en diálogo con el Post, se mostró feliz con la convocatoria y señaló que "es una marcha multitudinaria, diversa. Acá está todo el mundo con distintas ideas, todos los claustros, de los estudiantes, los docentes, no docentes, graduados. Acá no hay distinción, hay gente de todo el mundo en paz", destacó Fidel.

"Esto es una marcha pacífica y una marcha de unidad. Y esto muestra que hay valores que tenemos los argentinos que van, que están por encima de todos. La educación es un valor de los argentinos que desde la Fundación Como Nación está por encima de todos", exclamó.

Fidel comentó que siente un orgullo enorme al hablar de la UNCuyo y que es un sentimiento compartido con toda la multitud presente en la marcha. "Hay mucho orgullo cuando se habla de esta universidad que es maravillosa, en la que se trabaja con seriedad, que funciona con democracia, esto lo demuestra esta marcha, por eso estoy muy contento. Luego, como también le pasa a la rectora, después de toda una vida vinculados a la Universidad, bueno, ver esto es muy emocionante", comentó.

Consultado sobre su opinión acerca de la resolución del Gobierno nacional de depositar los fondos para solventar los costos operativos de las universidades, el vicerrector evitó polemizar con el gobierno, aunque criticó que no fueron consultados acerca de cómo implementar una política de austeridad. 

"Creo que podría haber sido ordenado esto, habernos sentado de entrada, habernos participado de las necesidades de austeridad, porque las entendemos, pero nosotros también tenemos que pagar la luz, nosotros tenemos que contratar seguridad, nosotros tenemos que hacer un montón de cosas, como todo el mundo. Entonces, nosotros no podemos tener tarifas que suben muchísimo, versus un presupuesto que se queda quieto, que es un presupuesto de hace un año, un presupuesto que está quieto en un momento en que las cosas suben un 300%", afirmó el vicerrector y concluyó diciendo que "pedimos trabajar con seriedad, con diálogo, en unidad, que nos escuchen y que entiendan que las universidades y la educación es parte de la solución".

Fidel en el escenario

Ya en la plaza, donde se realizó el acto de cierre, el vicerrector Fidel leyó el documento acordado por el Consejo Superior de la UNCUYO, donde fundamentalmente se planteó "la preocupación y desconcierto por la actual situación a la que se ha sometido a la universidad pública argentina". 

Entre los problemas medulares mencionaron al presupuesto 2024 que será igual al 2023 (pese a la inflación interanual de más del 287%), falta de acuerdos paritarios, suspensión total de obras de infraestructura científica y universitaria en ejecución, y la abrumadora falta de actualización de los gastos de funcionamiento, entre otros.

Respecto de los cuestionamientos del gobierno y ciertos sectores de la sociedad, evaluaron: "Llama la atención cómo por una parte la Universidad es vapuleada con generalizaciones vagas que intentan justificarse en un supuesto adoctrinamiento. Con ello, se la menosprecia no sólo a ella sino a sus integrantes, atribuyéndole un poder que no tiene, ni quiere; porque 'lavar el cerebro de la gente' o producir 'disonancia cognitiva'; no sólo ataca a los estudiantes, sino también a los docentes, que parecieran tener el poder de formatearlos como si fueran entes sin discernimiento o sin pensamiento propio, que pudieran ser arrastrados por quien se le ponga delante con el título de profesor".

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