Hoy empieza un juicio clave. Es el caso por la muerte de Luciana Montaruli, la joven de 27 años que viajaba en taxi, fueron chocados desde atrás por un médico que manejaba a 140 KPH en el Acceso Sur, pasado de alcohol. Ella murió y a él lo acusan de homicidio con dolo eventual.
El que mata manejando borracho... ¿Es un asesino?
Desde las 8:30 de la mañana, en el nuevo edificio del Polo Judicial, se ventilará un juicio que hará la diferencia entre ser un verdadero asesino, o simplemente haber tenido un accidente trágico, sin ser consciente de la posibilidad de matar. Siete jornadas llevará el debate que nos hará ver si una persona que maneja de modo irresponsable a alta velocidad, y además va con seis veces más alcohol que el permitido, es realmente un criminal, o si tanto él como las víctimas, tuvieron mala suerte.
El 18 de mayo de 2019 a las seis y media de la mañana, Luciana Montaruli (27) y una amiga llamada Fernanda Egaña (26) volvían en taxi luego de una salida. "Luli" tenía un vehículo, pero decidió no usarlo esa noche "para hacer las cosas bien" declararía más tarde Fernanda. Ricardo Ruiz (22), el taxista, sintió la violencia del impacto desde atrás, como un millón de cañonazos que lo sacaron de la vía cuando iban por el Acceso Sur entre el puente de la calle Alsina y la bajada al Carril Rodríguez Peña, en dirección al Norte. Luciana Montaruli murió en el acto, y su amiga Fernanda y el taxista recibieron heridas de diversa consideración. El médico José Paulos, entonces de 34 años, los había chocado se supone a unos 140 kilómetros por hora, con un Gol Trend color gris. Los vehículos quedaron destrozados. Paulos trabajaba como residente en el Hospital Español, y también lo hacía en una clínica familiar en Luján de Cuyo. Fue internado, quedó preso, y la fiscal Liliana Giner le imputó homicidio simple con dolo eventual. Esa acusación llegó al juicio oral, por lo que en caso de ser culpable a Paulos le correspondería recibir de 8 a 25 años de cárcel. Entretanto, está con prisión domiciliaria desde septiembre de 2019, seis meses después de la tragedia, con una caución de medio millón de pesos.
La muerte de Luciana Montaruli disparó una ola de indignación, y puso sensibles los reflejos de un gobierno, el de Alfredo Cornejo, que de por sí fue renovador en materia judicial. Así, una reforma del Código de Contravenciones de la provincia agregó días de arresto y multas muy severas para quienes manejasen con mayor alcohol del permitido en sangre, que es de 0,5 para conductores de automóviles, de 0,2 mmg para motociclistas, y de 0 (cero) para conductores profesionales. Aunque pasado el tiempo, lo que se verifica en Mendoza es que todos los fines de semana hay por lo menos una decena de incidentes viales en los que hay conductores ebrios involucrados. En lo que va de este año, de las 26.000 multas aplicadas, 822 fueron contra personas que estaban manejando alcoholizadas. De ellos, 451 tenían más de de 1 gramo de alcohol en sangre. Desde que cambió el Código, más de 3.000 conductores ebrios fueron sancionados. Aún así, son muchos los que salen a manejar en mala condición, sobre todo los fines de semana.
Hoy, las multas por conducir bajo los efectos del alcohol podrían llegar a los 270.000 pesos y hasta 20 días de arresto, que deben aplicarse simultáneamente según el artículo 67 del Código Contravencional de la Provincia. El cuadro de multas es el que sigue, para este año:
Por qué es importante el Caso Montaruli
Ahora... ¿Por qué este caso es importante, y cómo es el dilema? ¿Cuál es la trascendencia del debate por la muerte de Luciana?
En general, el homicidio con dolo eventual, que es la acusación que pesa sobre el médico José Paulos, es más difícil de probar. Los acusadores deben reunir prueba y concluir que a Paulos - por ejemplo- no le importó la eventualidad de matar, si manejaba borracho a exceso de velocidad. Es decir, es lo mismo que hubiese jugado a la ruleta rusa con un revólver en la cabeza de Luciana Montaruli. Hay una especie de truco sencillo para entender este tipo de delito. Si alguien se sube a un auto totalmente borracho y sale a manejar, y alguien le cuestiona, puede decir "que me importa" y sale igual. Ebrio, esa persona acelera a 140 KPH. Otra vez alguien le dice que -borracho- no debe manejar, y mucho menos a esa velocidad. Porque puede matar. Si la respuesta hipotética es "qué me importa", y mata a alguien en la ruta, eso es homicidio con dolo eventual. Lo prevé el artículo 79 del Código Penal y corresponden 8 a 25 años de prisión.
La defensa de José Paulos, ejercida por el abogado Juan Day, ya intentó sacar a su cliente de la figura de homicida. Ofreció un juicio abreviado en que se reconociera la culpa, y se aplicaran penas menores, como las asignadas en el artículo 84 bis del CP. Asigna de 3 a 6 años de prisión a personas que maten a otra, si manejaron de forma negligente, imprudente, antirreglamentaria, sin habilitación, o habiendo consumido más de 1 gramo de alcohol por litro de sangre. Sin estos agravantes, la pena sería de 3 a 5 años e inhabilitación de hasta diez años para manejar. La familia de Luciana se negó, y el caso llegó a juicio oral desde hoy y por siete jornadas, hasta que sea lea la sentencia el 29 de marzo.
¿Cuál es la línea fina que divide a un conductor negligente, irresponsable, alcoholizado, de un asesino al volante tan peligroso como el que le partió la cabeza al trabajador de Cuyoplacas, Emiliano Fernández, para robarle la bicicleta la semana pasada? Un juez mendocino, de mucha trayectoria, lo explica así: "Si el delito es fácil de evitar, con una acción sencilla, o dos, entonces la muerte es homicidio con dolo eventual. Bastaba con no manejar borracho, con no beber y manejar, y mucho menos con hacerlo a 140 KPH. Es decir, era fácil evitarlo. Ahora, si un conductor va a 30 KPH, sólo tomó el café de la mañana, y se cruza un niño que corre tras una pelota y lo mata, eso es homicidio culposo, es decir, accidental. Artículo 84, o nada. Depende del caso. Es una tragedia difícil de evitar para el conductor" explica el magistrado.
A Paulos no sólo lo juzgarán por la muerte de Luciana, sino además por las heridas leves contra la amiga de Luli, y el taxista Ricardo Ruiz.
Los jueces
El juicio por la muerte de Luciana tiene algún condimento político. Y es qué tan "mano dura" serán los jueces, o si van a ceder a un casi seguro pedido de cambio de calificación de la defensa del médico José Paulos. El conductor del debate será Ramiro Salinas, un reconocido juez garantista que reporta a la rama judicial conducida por el juez de la Suprema Corte Omar Palermo. El tribunal se completa con los jueces Mauricio Juan, y Alejandro Miguel. El fiscal será el jefe de los fiscales de la Unidad Fiscal de Tránsito, Darío Tagua. El martes 29 se leerá la sentencia.
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