Las constructoras se meten en la discusión por las tragedias en la ruta a Chile

Desde la CECIM culpan a la ausencia de obra pública nacional y aseguran que ese modelo no va a durar.

Las constructoras se meten en la discusión por las tragedias en la ruta a Chile

 Los accidentes viales con muertos que abundaron en los últimos días en la ruta internacional a Chile pusieron en la mira al presidente Javier Milei y a su política de paralización total de la obra pública nacional en todo el país.

Aunque es justo decir que esta situación no es una novedad para Mendoza, porque dicha política libertaria ya la venía aplicando de hecho, el gobierno del ex presidente Alberto Fernández, al menos sobre nuestra provincia con el abandono o paralización de casi todas las obras nacionales.

Así es como la Ruta Nacional 7, Corredor Bioceánico Internacional del Mercosur hacia Chile, la vía terrestre comercial y de cargas más importante que une el Atlántico y el Pacífico, está cada vez peor por la absoluta falta de inversión del Estado Nacional.

Y allí fue donde se metió sin dudarlo Dalmiro Barbeito, el presidente de la CECIM (Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza), entidad que agrupa a los empresarios pymes de la construcción en Mendoza.

En un mano a mano con Mendoza Post, tras la celebración de fin de año que la cámara empresaria hizo en El Challao, Barbeito culpó por las muertes y accidentes viales de la ruta a Chile, a las políticas de desinversión de obra pública en las rutas nacionales.

Barbeito alertó que el modelo de Milei de desterrar la obra pública desde el Estado nacional es insostenible, que la Argentina no se podrá desarrollar sin obra pública por su gran tamaño y su baja densidad poblacional y que, en la mayor parte del país, no se podrán construir rutas con solo cobrar peaje.

En medio de ese análisis, Dalmiro Barbeito contrastó la impronta de Mendoza y del gobierno provincial, que está impulsando fuertemente la obra pública con fondos fiscales y también con los 1.023 millones de dólares del fondo del resarcimiento.

Dalmiro Barbeito.

¿Cómo está el sector pyme de la construcción después de estos últimos años difíciles?

Hemos tenido un año que empezó muy complejo porque las variantes al comienzo del año fueron malas con una inflación galopante y anuncios que hablaban de la paralización total de la inversión pública.

Sin embargo, el gobierno provincial, gracias a Dios, lentificó las obras, pero no las paralizó, lo que vimos con muy buenos ojos. El gobierno nacional, en cambio, paralizó todos los contratos y dejó de pagar los certificados de obra, lo cual afectó mucho al rubro.

Pero bueno, la situación fue cambiando, a mediados de año se regularizó en Mendoza y las obras siguieron con ritmo normal, e incluso empezaron a haber algunas licitaciones, lo cual fue una buena noticia.

Cambiaron las expectativas.

Creo que van a venir tiempos mejores porque va a haber mucha inversión privada que venía aletargada de hace muchísimos años por la altísima inflación que veníamos sufriendo, además, los fondos del resarcimiento por no haber tenido la promoción industrial van a ayudar mucho: son 1.023 millones de dólares que van a ayudar mucho a la inversión pública de Mendoza y que realmente van a hacer falta, porque el Gobierno nacional no está continuando con los planes de obra pública previstos.

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¿Las empresas de la cámara tienen posibilidades de competir en las licitaciones de los fondos del resarcimiento?

Si, si, por supuesto que sí. Cuando se dinamiza el sector el sol sale para todos, desde los subcontratistas, los profesionales, las pymes constructoras y las empresas con un desarrollo un poco mayor, porque tengamos en cuenta que en Mendoza la mayoría de las constructoras son pequeñas y medianas empresas, no hay grandes empresas constructoras.

¿Grandes de verdad dice usted?

Claro, las empresas constructoras grandes eran IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA), que no está más, y después Cartellone, que hoy tiene un desarrollo más local.

Entonces, lo que digo es que cuando hay inversión, hay inversión para todos, por eso nosotros creemos que vamos a recibir gran parte de las licitaciones de los fondos del resarcimiento, porque las pymes constructoras le damos a Mendoza competitividad y costos menores, que tenemos para enfrentar las licitaciones de obra. Creo que tenemos una gran ventaja y vamos a poder hacer un buen papel.

En ese sentido, justo en Mendoza están en una isla porque en el resto del país la obra pública está paralizada prácticamente.

Si, y entiendo que además de nosotros, Córdoba también tiene algo de actividad, pero la isla que hay aquí es muy chica al lado del gran desarrollo que está teniendo, por ejemplo, Neuquén con Vaca Muerta y todo el oeste argentino con la minería. Entonces, hay un auge de inversiones.

Hay para crecer más.

Creo que sí, creo que Argentina está en un cambio que se va a potenciar muchísimo. Creo que lo de Vaca Muerta es un hecho, que va a traccionar empresas de toda la Argentina. Lo de la minería ya empezó en todo el oeste de nuestro país y va a empezar en Mendoza en algún momento.

En ese sentido, nosotros vemos que, si Argentina crece y este cambio de círculo es virtuoso, las constructoras vamos a tener mucha actividad.

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¿En minería y en petróleo también tiene intereses el sector pyme de la construcción mendocina?

No en Mendoza, pero sí, algunas empresas estamos buscando meternos en esos grandes rubros en otros puntos del país.

Bueno, pero la lengua de Vaca Muerta al sur de Mendoza se va a desarrollar en algún momento y la minería en Malargüe también, a mediano plazo.

Lo de la minería en Malargüe es de mediano a largo plazo, de cuatro a diez años, y lo Vaca Muerta no la veo en Mendoza, pero si en Neuquén y creo que la provincia vecina va a traccionar a algunas empresas mendocinas porque Vaca Muerta es un polo de inversiones en sí mismo que va a ir atrayendo cada vez más.

Por eso digo que es una Argentina distinta, una economía distinta a la que estábamos viviendo, y las empresas pymes siempre nos adaptamos a los cambios. El desafío está con la institución, ver donde están las oportunidades y que las pymes encuentren el desarrollo y el buen camino.

¿Y esto va a derramar en la economía con más puestos de empleo y mejores ingresos salariales?

No hay rubro que genere más derrame en la economía que el de la construcción. La construcción es un rubro que es el primero que se paraliza cuando se frena la economía, y el primero que se reactiva cuando la economía empieza a funcionar.

Hoy, en Argentina, estamos en un contexto de economía recesiva, pero creo que eso se debería terminar en 2025, por lo que las pymes constructoras estamos con expectativas de que esto cambie.

¿Comparten la visión del gobierno nacional de que no debe haber obra pública y que esta la tiene que desarrollar un privado que la construya viendo por su cuenta como recupera el retorno?

Ese es un modelo que no funciona, es un relato. Me parece que, en un país como Argentina, con las dimensiones que tiene y la infraestructura que requiere, por ser el octavo país más grande del mundo, si el Estado no invierte en infraestructura es imposible que se desarrolle.

Nosotros entendemos que el Estado va a tener que invertir a mediano plazo en la infraestructura que no hizo y va a costar mucho más caro arreglar lo que dejó que se deteriore. Nosotros entendemos que la infraestructura en Mendoza la tiene que generar la Provincia de Mendoza con los fondos del resarcimiento, con los 1.023 millones de dólares.

Y las otras provincias que no tienen esos fondos como nosotros, les va a salir mucho más caro poner la infraestructura propia en orden por no seguir con los planes naturales de inversión que se vienen haciendo desde hace décadas.

Es más, las rutas argentinas solo se van a poder mantener con el peaje, pero no se van a poder construir rutas nuevas con este sistema de recupero.

¿Cómo que no se va a poder construir rutas nuevas con el peaje? El Gobierno Nacional dice que los peajes son la solución a esto.

Con peaje vamos a poder construir rutas nuevas en Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Rosario y Córdoba, pero en el resto del país, con el tamaño de país que tenemos y la densidad de población, no se va a poder, va a servir solo para mantener rutas ya construidas.

¿No hay ecuación económica posible ni rentabilidad para construir rutas a partir de un sistema de peaje?

Salvo por la excepción que hice en la pregunta anterior, en el resto de la Argentina no la hay, porque sería tan caro transitar por las rutas que la gente no las usaría.

Por eso creo que hay que ser prudente con los anuncios, porque además Argentina es un país que tiene una gran infraestructura, si nos comparamos con el resto de América Latina. Los argentinos no nos vamos a acostumbrar a tener la infraestructura de Ecuador, de Perú, de Costa Rica.

¿Es mejor o peor?

Argentina tiene mucha mejor infraestructura que esos países y por eso tenemos que tener discursos acordes. Puede ser que políticamente haya convenido decir eso de frenar la obra pública para conseguir un equilibrio fiscal.

¿Pero no sirve a largo plazo?

A largo plazo se cae por sí mismo y lo vemos con las rutas mendocinas nacionales, con los accidentes que hemos tenido en alta montaña la semana pasada, en la ruta nacional 7, con trágicas noticias y varios muertos en una semana y esto va a seguir pasando si no se mantienen los corredores viales.

¿Hay algún país que funcione con este modelo de todo privado en obra pública que no sea financiada por el Estado?

La información que tenemos en la Cámara, es que los países invierten entre el 4% y el 7% del PBI (Producto Bruto Interno) en infraestructura pública y no estamos hablando de países de las dimensiones de Argentina, que es el octavo país más grande del mundo, con una densidad de población muy baja.

Si queremos hacer un esquema de inversión privada, deberíamos ver en qué parte se puede hacer un esquema de este tipo y donde no se pueda hacer, tiene que hacerse cargo el Estado.

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