La odisea libertadora que lideró el General José de San Martín, que tuvo a Mendoza como su base de operaciones, pasa casi desapercibida, tanto para los mendocinos, como también para los turistas.
Escasa promoción turística en Mendoza: la gesta sanmartiniana "invisible"
La epopeya libertadora de Argentina, Chile y Perú, liderada por el General José de San Martín, tuvo como epicentro clave a Mendoza, desde donde se preparó el ejército que realizaría el cruce de los Andes, para liberar el vecino país y seguir con su plan para luego combatir a los realistas en Perú. Unos 208 años después de la partida del ejército libertador, en Mendoza no se aprecia un circuito turístico que valore tamaña gesta, reducida a algunos museos poco visibles para el turista y escasas iniciativas que realcen lo ocurrido en los Andes.
La gesta libertadora del dominio realista en América del Sur comenzó con la declaración de la Revolución de Mayo de 1810. A partir de allí, el General José de San Martín, quien había sido uno de los impulsores de la idea emancipadora, se instaló en Mendoza para llevar adelante su plan para independizar también Chile y Perú, y extinguir así el dominio español sobre el sur del continente, siendo gobernador intendente de Cuyo.
El 17 de enero de 1817 partió desde Mendoza el cuerpo principal del ejército, compuesto por las columnas del General Gregorio de Las Heras y por el propio San Martín, totalizando unos 3.800 hombres. A ellos se sumaron las tropas secundarias, más el armamento, provisiones y toda la logística, que se preparó en nuestra provincia.
Previo al cruce de los Andes, en septiembre de 1816, el propio General San Martín se dirigió al sur de Mendoza, al Fuerte San Carlos, en el marco de la investigación para determinar los lugares en la Cordillera para poder cruzar a Chile. Allí, San Martín se entrevistó con el líder de los aborígenes de la zona, el cacique pehuenche Nacuñán, con el fin de entablar una amistad para poder cruzar por sus tierras. Finalmente, los aborígenes aceptarían el pedido de San Martín, con quien entablaron buena relación.
Las columnas de San Martín y de Las Heras cruzaron por el paso de Los Patos y de Uspallata, respectivamente, con la misión de atacar por dos frentes la guarnición realista en la capital de la Capitanía General de Chile, Santiago, al tiempo que las columnas secundarias atacaban los destacamentos de Coquimbo, Copiapó y Talca.
La columna de Las Heras tuvo que combatir una avanzada realista en Picheuta, a pocos kilómetros de lo que hoy es la Villa de Uspallata, que habían tomado el Fortín de Picheuta, última guarnición patriota antes de llegar a territorio chileno.
Luego, la contienda pasaría a la quebrada de Chacabuco, ya en Chile, donde San Martín obtendría la ayuda del general Bernardo O'Higgins, quien se haría cargo de una de las columnas más numerosas. La victoria en Chacabuco aseguró la posesión de Santiago, pero le siguieron la derrota en Talcahuano y en Cancha Rayada, que envalentonaron a los realistas. Sin embargo, la victoria inapelable en Maipú decretó la libertad de Chile.
Desde Chile, se ideó y llevó a cabo la gesta de liberación del Perú, la cual se consiguió y se proclamó su independencia el 28 de julio de 1821. Tras terminar con la gesta libertadora, los soldados argentinos sobrevivientes, los Granaderos, volvieron a Buenos Aires un 19 de febrero de 1826, sin ser reconocidos por haber participado en la gesta libertadora. Eran 78 soldados los que regresaron a Buenos Aires. Tan solo un periódico de la época se hizo eco de ellos, reconociendo a los héroes de la gesta libertadora.
A 199 años del regreso de los Granaderos, cabe preguntarse qué lugar tiene la historia de la gesta sanmartiniana en Mendoza. Qué lugares se han puesto en valor para mantener vivo el legado del General y qué acciones o promociones turísticas se llevan a cabo para difundir los lugares que fueron importantes y que representan un hito en la historia de Mendoza y de Argentina.
El turismo histórico en Mendoza
La promoción turística de Mendoza posiciona a la provincia en un lugar de excelencia a nivel nacional y en un destino muy requerido para los turistas extranjeros, quienes todos los años llegan en gran número y que, en fechas especiales como Semana Santa, visitan los atractivos turísticos que ofrece la provincia.
La estrategia turística de Mendoza ha sabido posicionar el turismo vitivinícola, debido a la fama que tiene el vino mendocino a nivel mundial, acompañado, además, por propuestas gastronómicas de gran nivel. También el turismo aventura han ganado mucho terreno y las propuestas en verano incluyen los destinos turísticos de los diques y embalses de toda la provincia.
Sin embargo, en el menú principal de las opciones turísticas de Mendoza no está presente el turismo histórico, o al menos, no está promocionado como una opción principal para los visitantes que llegan a Mendoza e incluso para los propios mendocinos. Dentro del área metropolitana no existe una promoción turística que difunda fuertemente los distintos lugares históricos y museos que se pueden visitar respecto de la gesta sanmartiniana.
Solamente el Cerro de La Gloria y el Área Fundacional aparecen como los lugares más conocidos, en donde pueden visitarse el imponente monumento al Ejército de los Andes y las ruinas de la época. Sin embargo, lugares como el Museo Casa de San Martín, o incluso el Museo del Campo Histórico El Plumerillo, no aparecen como lugares turísticos por excelencia en el recorrido obligado del turista, ni tampoco del mendocino.
Sin mencionar el potencial turístico que podrían tener las rutas sanmartinianas en la alta montaña, que podrían revalorizar lugares como el Puente Picheuta, el fortín que se emplazó en ese lugar, recrear el cruce de Los Andes por donde pasaron las columnas de San Martín y de Las Heras, hoy marcados con simples carteles metálicos, algunos en mal estado, entre posibles ideas que permitirían explotar aún más el turismo histórico y que Mendoza se apropie más de una gesta histórica de la cual Mendoza fue parte necesaria y fundamental. Esto ocurre en otros países con edificios y lugares o caminos históricos o de importancia cultural, como el Camino del Inca, en Perú, el Camino de Santiago, en España, o el Sendero de los Apalaches, en Estados Unidos.
Si bien de vez en cuando se busca reflotar la importancia de la gesta en nuestra provincia, la sensación que las políticas implementadas en materia cultural y turística para mantener vivo y posicionar el turismo histórico en Mendoza no han tenido la suficiente fuerza, para motivar una promoción mayor.