El incremento en los costos en la indumentaria y el calzado han hecho que varias familias estén recurriendo a las reparaciones. Los costos y lo que eligen los mendocinos.
Por la inflación y las trabas a las importaciones, vuelven las modistas y los zapateros
La crisis económica generalizada que atraviesa el país toca los más variados ámbitos y la indumentaria no está exenta del sacudón. En este sentido, los precios se han disparado y cada vez se torna más costoso el acceso a prendas y calzados, por lo que se ha comenzado a incrementar la tendencia a realizar reparaciones y composturas.
Vale mencionar que el sector indumentaria y textil ha mostrado una fuerte suba de precios durante el último año. Si bien no es ninguna novedad que los costos se hayan incrementado, el rubro ha liderado las subas por encima de la inflación y tomando en consideración la variación de precios el último incremento oficializado fue de 82.7 por ciento, respecto del año anterior.
En este contexto no es irrisorio pensar que muchas familias están recurriendo a otras alternativas para vestirse y las composturas de las prendas se tornan cada vez más frecuentes. Así los rubros de modistas, costureros y zapateros han visto incrementada su labor en los últimos meses.
Si bien la producción propia de indumentaria no es una constante en los clientes, varios exponentes del sector apuntan a que las reparaciones están a la orden del día. En este sentido, y al parecer, el invierno es el momento en el que más trabajo se genera para esta área. "En el invierno es donde más arreglos se realizan y en el mayor de los casos estamos hablando del cambio de cierres de camperas y pantalones, ya que los abrigos están muy caros y las familias tienen que optar por las reparaciones", precisó una modista al Post llamada Alejandra.
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Seguidamente, la costurera comentó que además de los cambios de cierres, que tienen un costo aproximado de 500 pesos en pantalones y arriba de los 1000 en camperas. Otro de los pedidos más recurrentes es la colocación de elásticos en pantalones para agrandar cinturas, situación que se presentó con mayor intensidad luego de la pandemia. También se realizan algunos reciclados de prendas, pero la mayor demanda se da en la recuperación de camperas.
Además, Eva, modista desde hace décadas, relató que su trabajo se ha visto incrementado en el último tiempo y que debido a la situación actual cada vez más personas deciden darle una segunda vida a sus atuendos si han sufrido el paso del tiempo.
Un tarifario tentativo de precios puede verse en grupos de costureras y modistas en la red social Facebook haciendo click aquí.
Las composturas
En esa misma línea también se encuentran los clásicos talleres de composturas de calzados, un oficio extendido por décadas y que no parece destinado a desaparecer en un contexto signado por elevados precios en calzados.
El encargado de dar su visión del panorama, en lo que refiere a esta actividad laboral, fue Basilio, un zapatero del barrio Bombal de Godoy Cruz que tiene su taller de reparaciones en la calle Arizu desde hace varios años.
Basilio comentó al Post: "Las reparaciones nunca escasean, siempre hay trabajo"; sumado a ello, precisó que una gran parte de la población opta por realizar reparaciones de calzados y marroquinería ya que el costo actual de los mismos es muy alto por lo que siempre es una buena opción no desprenderse de los productos y realizar una inversión considerable.
Seguidamente, el zapatero comentó que las reparaciones son varias y que las más económicas oscilan entre los 1000 y 1500 pesos en adelante; como, por ejemplo, el cambio de algún cierre o hebilla; pero que lo que realmente es un ingreso de consideración en el rubro son los trabajos de ortopedia que se hacen en función especifica de la necesidad del cliente.
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