El abogado mendocino que padecía ELA falleció este lunes a sus 71 años. Luchaba por una ley de eutanasia para poder garantizar el derecho a la "buena muerte".
Cinco frases sobre la vida y la muerte de Daniel Ostropolsky
Luego de años de lucha por una ley de eutanasia, el abogado mendocino Daniel Ostropolsky murió este lunes. El jurista de 71 años padecía esclerosis lateral ameotrófica (ELA), y usó sus últimas fuerzas para visibilizar una problemática que afecta a muchas personas con enfermedades incurables.
Ostropolsky era abogado, recibido en La Plata y supo ser funcionario del Banco Crédito de Cuyo y del Ministerio de Hacienda provincial. También fue director del Banco Nación y presidente del Consejo de Abogados. Entre 2010 y 2014 integró el Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de La Nación como representante de los abogados del interior.
Le diagnosticaron ELA en 2017. Se trata de la misma enfermedad que tiene el ex senador Esteban Bullrich. En múltiples entrevistas, Ostropolsky supo proyectar madurez ante la rara condición que le tocó padecer, que afecta a 2 o 3 personas de cada 100 mil. El abogado pudo darle un sentido a través de la causa que abrazó, la de la ley de eutanasia.
El abogado fue el impulsor del proyecto de ley de eutanasia.
El 25 de noviembre de 2021 se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación el proyecto "Ley de buena muerte. Regulación de la eutanasia", con las firmas de Alfredo Cornejo, Jimena Latorre y Alejandro Cacace, diputados por la Unión Cívica Radical (UCR). El caso de Ostropolsky fue su principal inspiración.
Latorre sostuvo al POST que el proyecto actualmente está en la comisión de salud. "Estaban trabajando los asesores para que unifiquemos diferencias con los otros proyectos que entraron después del nuestro", añadió la legisladora nacional mendocina. Después de ingresado el proyecto de Latorre, Cornejo y Cacace; el también mendocino Julio Cobos presentó otro. El tercero lleva la firma de la cordobesa Gabriela Estévez. Todos son de fines de 2021.
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Ostropolsky supo sintetizar su posición en frases contundentes que dejan en estado de revelación a quien las lee. Así se ven la vida y la muerte bajo el prisma del abogado que falleció luchando por una ley para que las personas puedan morir dignamente.
La razón de vivir
"La vida tiene razón de ser no como un simple hecho de ser viviente, que nace, crece, se reproduce y muere, sino que hay valores que le dan sentido y por los cuales vale la pena vivir. Entre esos valores está la dignidad. Están la honestidad, la franqueza, la amistad, el amor, pero la dignidad personal es algo que acompaña desde siempre. Y no porque uno esté en una fase en donde no puede mantener esa dignidad se debe resignar a perderla".
Por qué una ley de eutanasia
"¿De qué sirve tener a una persona planchada, sedada, inconsciente, sin saber si en algún nivel sigue sufriendo o no, porque no puede expresarlo? Y más sabiendo que a la larga o a la corta, más a la corta que a la larga, va a terminar inexorablemente con la muerte".
"Hay valores que le dan sentido a la vida y por los cuales vale la pena vivir. Entre esos valores está la dignidad".
Qué aprendió del ELA
"La aceptación cultural de que la vida se tiene que terminar creo que es uno de los objetivos que esta enfermedad enseña, porque lo terrible de saber que a uno le queda poco tiempo, aun cuando no sabe cuánto es ese poco tiempo, es un aprendizaje acelerado de vivir la vida con una intensidad increíble".
La muerte digna
"Cuando uno ya no pueda, no solamente moverse ni expresarse, su voluntad de querer terminar no va a ser respetada si no sale esta ley. No es apurar la muerte, sino tener una muerte digna. Para mí la vida merece todo el respeto, el cariño y la intensidad mientras se mantienen los principios que hacen que se tenga conciencia y posibilidad, en una palabra, dignidad".
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"Me siento privilegiado"
"Nunca me he preguntado ni menos cuestionado por qué me tocó a mí esta extraña enfermedad. Habiendo ya alcanzado más edad que mis padres, incluso que mi hermano mayor, más bien me siento privilegiado al haber vivido lo suficiente para ver con orgullo a todos mis hijos adultos y personas de bien, con tantos nietos como notas hay en la escala musical, a la que cada uno en su vida sabrá imprimir el sonido individual de su impronta personal".
Este es el proyecto de ley presentado en el Congreso de la Nación en noviembre del año pasado.
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