El capo se fugó del Centro Federal de Readaptación Social de Puente Grande, en Jalisco, en 2001
Los lujos del "Chapo" Guzmán en la cárcel: baño turco, fiestas con vino y langosta
El Chapo Guzmán se transformó en la cara más visible del Cártel de Sinaloa, su persecución duró años, hasta que finalmente logró ser condenado en Estados Unidos.
En su paso por la cárcel ha sido acusado de recibir extraordinarios beneficios. Mientras se encontraba en el Centro Federal de Readaptación Social de Puente grande, en Jalisco, donde se fugó por primera vez, organizaba constantemente fiestas a las que acudían empleadas de la cárcel y reclusas. Desde adentro manejaba una nómina solo de los empleados de la cárcel, según documentó el periodista británico Malcolm Beith.
Incluso, el escritor señala que en un festejo navideño un camión alcanzó a entregar 500 litros de vino que sirvieron para amenizar una lujosa fiesta patrocinada, la cual llegó a incluir langosta como plato principal.
En el año 2000 un abogado entrevistó, pero debió esperarlo varias horas: "Mire, tenía mi visita conyugal hoy. Luego fui al baño turco y luego tenía que tomar una siesta para poder saludarlo como usted se merece", habrían sido las palabras del narco según el letrado José Antonio Sánchez.
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El representante legal narró que Guzmán se comportaba como el dueño del penal, y hasta llegó a pedir a los guardias bebidas para quienes llegaran a la reunión. Además, reveló a la CNN que no utilizaba esposabas, poseí teléfono personal, pedía comida fuera de la prisión celebraba fiestas con alcohol, música y comida; y se le permitía trasladarse por toda la cárcel.
Sus excentricidades han sido totalmente documentadas: "En el antiguo hotel Sheraton Bugambilias de Puerto Vallarta, en Jalisco, aún se recuerda cuando el capo (el Chapo) alquilaba un piso entero para hospedarse; en aquellas estancias normalmente provocaban los desmanes que tanto le molestaban a su superior, Amado Carrillo", relata la periodista Anabel Hernández en su libro Los señores del narco.
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