Los jueces Palermo, Adaro y Valerio consideraron que se comprobó el contexto de violencia de género en el asesinato de Julieta González. El tribunal anterior lo había condenado a 18 años.
La Corte consideró femicida a Di Césare y le impuso prisión perpetua
La Suprema Corte de Justicia de Mendoza condenó a Andrés Di Césare a la pena de prisión perpetua, luego de entender que está comprobado que asesinó a Julieta Gonález en un contexto de violencia de género, es decir que fue un femicidio.
La Sala Segunda del máximo tribunal, compuesta por los jueces Mario Adaro, Omar Palermo y José Valerio, tuvieron a cargo la revisión de la sentencia del Segundo Tribunal Penal Colegiado de la Primera Circunscripción, que condenó a Di Césare a 18 años de prisión por ser culpable de homicidio simple. La fiscalía y la familia pidieron que se encuadrara como femicidio y el caso pasó a la Corte.
En los considerandos, los tres jueces coincidieron en que, aunque la relación entre Julieta González y Andrés Di Césare no puede tomarse como una "relación de pareja" (que fue lo que los jueces del Tribunal Penal Colegiado tomaron para calificar el hecho de homicidio simple), sí se pudo comprobar que el asesinato fue en un contexto de violencia de género.
Para justificar esto, hicieron referencia a la saña con la que fue asesinada Julieta, a las búsquedas en internet que hizo Di Césare y que luego dijo que no las había hecho él, a pruebas que demuestran que Julieta intentó defenderse y también a que el motivo del asesinato hubiera sido una discusión sobre un posible embarazo de Julieta.
La mamá de Julieta dijo que perdonó a Di Césare
"(...) en consideración del desprecio manifiesto que Di Césare mostró respecto de la vida de Julieta González puede concluirse, en definitiva, que la muerte de la víctima no puede ser entendida sino como un acto de absoluta negación de su dignidad humana y, especialmente, de su condición de mujer. Y la calificación legal que se imponga a su conducta debe, consecuentemente, dar cuenta de ello", escribió Palermo.
El caso
Julieta González despareció el 21 de septiembre y su cadáver fue encontrado el 27 en zona de la ripiera de Cacheuta, Luján de Cuyo, semitapada entre piedras. Tenía las manos atadas y pies amarrados y la autopsia arrojó que murió en forma violenta a causa de traumatismo encefalo craneano y asfixia.
Según la causa, ella y Di Césare se habrían conocido a principios de ese mes y habían mantenido varias conversaciones y salidas. Ese 21 de septiembre, ella se reunió con Di Césare y testigos la vieron subir a su auto. Si bien otros testigos dijeron haberla visto días después, en el auto de Di Césare se encontraron manchas de sangre de Julieta en varias partes del auto. Ella tenía material genético del femicida bajo las uñas.
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