Una corriente que nació hace más de 2.000 años, y hoy sigue transformando vidas. ¿Por qué cada vez más personas buscan en el estoicismo respuestas a su ansiedad, su miedo y su falta de dirección?
Estoicismo: la histórica práctica que renace para ayudarte a vivir mejor
Tranquilidad interior, paz mental y armonía con el entorno. Cuando todo parece agitarse a tu alrededor, cuando suceden hechos que te molestan y te sacan de tu eje; hay una corriente que te invita a hacer lo contrario: a calmarte, pensar mejor y adueñarte de tus pensamientos y tus actos. El estoicismo no es una moda pasajera, es una filosofía práctica, sencilla y poderosa, que propone una idea central: no podemos controlar lo que pasa afuera, pero sí cómo reaccionamos. No podemos sufrir por lo que no es y no fue, sino disfrutar lo que sí tenemos y sí podemos hacer.
Origen del estoicismo
El estoicismo nació en Grecia alrededor del año 300 a.C., de la mano de un comerciante llamado Zenón de Citio. Dicen que naufragó y perdió todo lo que tenía. En vez de derrumbarse, "entró en una biblioteca, leyó distintos autores", y entendió que eso que le había pasado no era una tragedia... era una enseñanza y podía usarlo a su favor.
A partir de ese momento, comenzó a enseñar estas ideas para mantener la templanza y no dejarse llevar por las emociones. Con el tiempo, sus pensamientos llegaron a Roma, donde fueron adoptadas por emperadores, soldados, escritores y esclavos. No eran simples palabras vacías, era una guía práctica para la vida diaria, para el dolor, el amor, la muerte y el poder.
Algunas ideas principales del estoicismo
Hay tres disciplinas fundamentales en el estoicismo, según Ryan Holiday en el libro "Diario para estoicos":
La percepción: cómo vemos el mundo. No son los hechos los que nos afectan, sino la interpretación que hacemos de ellos. "Si algo externo te molesta, no es por eso en sí, sino por tu juicio sobre ello." - Marco Aurelio.
La acción: actuar con justicia, valor, templanza y sabiduría. Hacer lo correcto aunque nadie mire. "No nos afecta lo que ocurre, sino cómo respondemos." - Epicteto
La voluntad: aceptar lo que no podemos controlar y enfocarnos en lo que sí está a nuestro alcance. No resignarse, sino amar el destino (lo que los estoicos llamaban "amor fati").
Además, promueve ideas tan simples como potentes: ser dueño de uno mismo, elegir bien cada acción, no reaccionar impulsivamente, entrenar la mente todos los días, etc.
Quiénes lo practicaron (y por qué sigue vigente hoy)
El estoicismo fue practicado por figuras muy distintas entre sí:
Marco Aurelio, emperador romano, escribió su diario íntimo Meditaciones en medio de guerras y traiciones.
Séneca, un consejero del poder que reflexionó sobre la muerte, el tiempo y la avaricia en sus cartas.
Epicteto, un esclavo cojo que enseñaba que la libertad no depende de las cadenas, sino de la mente.
En tiempos modernos, Nelson Mandela, George Washington, Michelle Obama, Malala Yousafzai, han citado o aplicado principios estoicos.
Una de las enseñanzas sobre la felicidad:
La felicidad no es tener más, sino desear menos. Cuanto más deseamos, más sufrimos. El estoico es quien aprende a disfrutar de lo que tiene, y a soltar lo que no necesita.
*Mensaje para el lector: este artículo es una rápida introducción, te invitamos a leer futuros artículos que irán profundizando sobre temas concretos.
Ver más: Para vos que te enojás fácil, usá el estoicismo para superarlo
Fuentes: Libros: Diario para estoicos (Ryan Holiday) y La sabiduría de los estoicos (recopilación de enseñanzas de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio)